Cuando  pensábamos este nuevo número de Equidad supimos, definitivamente, que el contexto inaugurado por la pandemia debía ser materia obligada de discusión en la propuesta que presentáramos. Y ello no solo por la novedad del asunto sino porque creemos que ha atravesado dimensiones de la vida social donde las generaciones más jóvenes de nuestra sociedad han resultado de las más afectadas. Por un lado, las desigualdades sociales que la crisis visibilizó en algún aspecto, y profundizó en todos ellos, han repercutido considerablemente en los índices de lo que se conoce como la infantilización de la pobreza. Por otro lado, las medidas sanitarias implementadas restringieron el nivel de ingresos de muchas familias y, a su vez, aumentaron la proporción e intensidad de los trabajos de cuidados y escolares al interior de los hogares.

 

Así, la exacerbación de la violencia y los conflictos al interior de los hogares fue un reflejo previsible de la crisis desencadena, que se sumaba a la crisis económica ya instaurada en el país. Los tan mentados derechos de niñas, niños y adolescentes fueron tensionados por la gravedad del contexto y el vínculo entre Estado y sociedad se veía reducido a una dimensión asistencial que no resultó suficiente. 

 

De este modo, creemos que debe ser prioridad de agenda como profesionales e investigadores de las Ciencias Sociales y Humanas en general, y de las temáticas de infancias y derechos en particular, avanzar en la discusión, problematización y conocimiento de lo que el contexto pandémico ha transformado, y repercutido en las poblaciones.

 

 En este número que tenemos la alegría de presentar y que con mucho esfuerzo, luego de un año atípico, pudimos concretar, contamos con cuatro artículos de divulgación, un relato de experiencia, una entrevista y una sección testimonial donde algunes niñes nos cuentan cómo vivieron la vuelta a las aulas luego de la virtualidad que caracterizó la experiencia educativa durante el 2020. Todos los trabajos que integran esta edición de EQUIDAD reflexionan desde un lugar situado sobre las formas en que este novedoso contexto ha incidido en diversas dimensiones de la vida de niñes y adolescentes. Así se abordan temas en relación a la transformación de los espacios de juego y recreación, la experiencia de retorno a las aulas, el trabajo de las organizaciones sociales en las tramas de acción territorial, el trabajo del Estado en cuanto a la protección de los derechos de niñes y adolescentes y la afectación que produce el confinamiento como experiencia para analizar el encierro punitivo en adolescentes y jóvenes.

 

 

Les invitamos a la lectura de este número en un contexto que se avizora esperanzador en cuanto a la cuestión sanitaria, pero con múltiples desafíos por delante, deseándoles un muy buen comienzo del 2022.

                                                                               

  Natalia Larrea -  Equipo editorial