tallerLa actividad se llevó a cabo en el marco de las actividades que el Observatorio de la Niñez y Adolescencia viene desarrollando por los “60 años de los derechos del niño”, y la celebración de los 15 años del Jardín Maternal Upa La Lá.

En continuidad con el proyecto de trabajo sobre ESI que el jardín desarrolla, la propuesta invitó a las familias de los niños y niñas de la sala de 2 años de Upa La Lá, a revisar sus propias infancias a partir de los juegos y juguetes que habitaron su niñez. El taller versó centralmente sobre los niños y niñas como sujetos de derechos y sobre una de las dimensiones de la ESI: el género como condición social y cultural construida históricamente. 

Se reflexionó sobre cómo los roles de género crean imaginarios de posibilidades de acción, pero también limitaciones. De esta manera, y a través de la dinámica de taller, los participantes pudieron desnaturalizar los estereotipos de género que se construyen desde la infancia a partir de los juegos y juguetes asignados a tal o cual género, e identificar prácticas cotidianas de crianza que reproducen los estereotipos de género. Por último, se pudieron reconocer las inequidades que esto genera y se socializaron alternativas que permitan superarlas desde la cotidianeidad de cada familia.

Se recuerda que la ESI (Ley Nacional de Educación Sexual Integral) es un “espacio sistemático de enseanza-aprendizaje que promueve saberes para la toma de decisiones conscientes y críticas por parte de los niños, niñas y adolescentes en relación con el cuidado del propio cuerpo, las relaciones interpersonales, el ejercicio de la sexualidad y sus derechos”. Su carácter integral intenta articular “los aspectos físicos, emocionales, intelectuales y sociales relativos a la sexualidad”, y a la vez convoca a todos los sectores involucrados en la educación de los niños y niñas a participar: familias, organizaciones sociales y centros de salud, entre otras.

La ESI involucra 5 dimensiones: los derechos, la perspectiva de género, la diversidad, los cuidados y la afectividad. Su programa aborda la sexualidad de manera sistemática, obligatoria y transversal a todos los niveles educativos. Dicha ley asume el compromiso de establecer una cultura democrática regida por los principios de igualdad y de no discriminación, así como el fortalecimiento de la participación, el acceso a la información, comunicación y educación para un pleno desarrollo de vida de los propios niños, niñas y adolescentes.