03/10/2024 - En una multitudinaria movilización, la comunidad de Olavarría volvió a sumarse a la marcha en defensa de la educación y la universidad pública gratuita convocada por la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
Este miércoles se llevó adelante la segunda Marcha Federal Universitaria a la que una vez más se sumó la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires en cada una de sus sedes. En Olavarría la movilización dio inicio en la Facultad de Ciencias de la Salud, y se trasladó hasta el Paseo Jesús Mendía, donde se realizó el acto central.
Con la participación de cientos de personas, la comunidad universitaria volvió a reclamar por la defensa de la educación pública universitaria y de la ciencia, así como garantizar el presupuesto universitario y las paritarias docentes y nodocentes. Asimismo se demandó por la Ley de Financiamiento Universitaria, que este jueves fue vetada por Presidencia.
El acto central fue encabezado por las autoridades de las unidades académicas de la UNICEN Olavarría, Gabriela Gamberini por la FACSO, María Peralta por la Facultad de Ingeniería y Héctor Trebucq por la Facultad de Ciencias de la Salud; Daniela Carli del Jardín Maternal “Upa La La”; junto a referentes de los sindicatos docente y nodocente y de los espacios estudiantiles universitarios. Acompañaron también el intendente municipal Maximiliano Wesner, concejales, representantes gremiales y sindicales e integrantes de organizaciones sociales y culturales, entre otros.
Al cierre se dio lectura el documento emitido por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la Federación Universitaria Argentina (FUA) y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) en el marco de la marcha federal, titulado “La Universidad pública, base de la democracia y el desarrollo social, lucha por su supervivencia”.
Sigamos defendiendo a la universidad pública argentina
Hace 5 meses convocamos a una manifestación nacional preocupados por el desfinanciamiento que estaban experimentando el sistema universitario y científico. En aquella gesta colectiva de abril, con plazas y calles de todo el país colmadas por la sociedad argentina, alzamos nuestra voz en defensa de la Universidad Pública, la educación y la ciencia.
Siempre dispuestos a la búsqueda de soluciones, advertimos en aquel entonces las dificultades que el sistema atravesaba. Queríamos evitar la grave situación que vivimos hoy. La reconducción del presupuesto 2023 para el año 2024 hizo que las partidas de gastos de funcionamiento quedaran completamente desactualizadas. Paritarias discontinuadas, unilaterales y sin voluntad de acuerdo profundizaron la pérdida del poder adquisitivo del salario. El profundo desfinanciamiento del sistema científico puso en jaque su desarrollo. Nunca aparecieron respuestas a más de 100 obras de infraestructura paralizadas y los programas de asistencia a estudiantes se actualizaron tarde y mal, perjudicando a miles que lo necesitaban para continuar sus estudios.
Como si esto no fuera suficiente, soportamos una campaña injusta, planificada e intencional, que busca sistemáticamente desprestigiar lo que sucede en el ámbito científico y universitario para fundamentar la desjerarquización y el ahogo presupuestario. No ha habido, ni siquiera, vocación de diálogo. Todos los intentos que promovimos para buscar espacios que permitan gestionar las dificultades y encontrar soluciones fueron infructuosos.
Hizo falta que la sociedad se manifestara conmovedoramente en toda la Argentina para que empezáramos a tener algunas respuestas; respuestas que prolongaron la agonía, pero que no pudieron, porque no quisieron, resolver estructuralmente los problemas.
La situación hoy es más crítica que a comienzos de año, con un capítulo dramático en materia salarial. La pérdida de quienes trabajamos en las universidades públicas es de una gravedad inusitada; con un porcentaje enorme de docentes y nodocentes percibiendo un salario por debajo de la línea de la pobreza, cuando no de la indigencia. Esto compromete uno de los núcleos de la Universidad Pública, pues pone en riesgo la continuidad de los cuadros académicos, de administración y de servicios esenciales para su funcionamiento. (...)
La Ciencia es la Universidad, la crisis que atraviesa el sistema científico es más profunda y será terminal si no se consideran medidas urgentes. La falta de actualización salarial de los docentes investigadores, junto con la reducción del financiamiento para becas y programas de apoyo, afecta gravemente al sistema científico-tecnológico argentino. El 60% de quienes hacen ciencia lo hacen en universidades nacionales, y la disminución de estos recursos impacta tanto a jóvenes en formación como a equipos de investigación consolidados. A esto se suma la paralización de las obras de infraestructura planificadas para impulsar la investigación en el ámbito universitario, así como el cese de políticas de financiamiento para la adquisición de equipamiento e insumos, lo que pone en peligro proyectos en curso. (...)
Para toda la comunidad estudiantil, lo que meses atrás era una profunda preocupación por el ajuste presupuestario, hoy es una emergencia que pone en riesgo la esencia misma de la educación pública argentina. Una realidad cada vez más difícil donde el acceso irrestricto está amenazado por la crisis económica y social que se profundiza con cada medida y afecta particularmente a estudiantes de todo el país. El acceso y la permanencia para los hijos e hijas de familias trabajadoras se convierten en una realidad cada vez más lejana. Ante un Estado que decide no invertir en el futuro de los jóvenes y su acceso a la educación, con instituciones desfinanciadas; la excelencia en la formación está en riesgo.
Cada vez más deben trabajar al mismo tiempo que cursan su carrera, cada vez más la deserción obligada por la situación económica cancela el sueño de miles de ser profesionales. Las becas estudiantiles no alcanzan y la decisión de congelarlas y recortarlas revela la indudable intención de asfixiar el sistema, desmantelando, uno a uno, los pilares que lo sostienen.
Soñamos un país en el que el futuro no esté condicionado por el lugar dónde a cada quien le tocó nacer. La educación es el derecho humano que se alza contra el azar injusto de la desigualdad. Con la misma fuerza y claridad que lo dijimos en abril, estudiantes de todo el sistema universitario reiteramos: no queremos que nos arrebaten nuestros sueños, nuestro futuro no les pertenece.
Hijos e hijas orgullosos de la Universidad Argentina; custodios de la Universidad pública, gratuita, de excelencia y sin restricciones que legaron generaciones de argentinos, la comunidad estudiantil defenderá la Universidad en una irrenunciable resistencia democrática y pacífica, por la educación y el país que la sociedad toda anhela. (…)
Exigimos también que reconsidere el proyecto de presupuesto 2025. Queremos advertirlo con la gravedad que el problema tiene. Si el proyecto de presupuesto para el 2025 no se modifica, la situación de las Universidades y el sistema científico será mucho más grave que la que atravesamos hoy. Lo que estará en juego es su continuidad. Ni más ni menos que eso. (...)
Es un error no reconocer que en las Universidades no hay un problema, sino la posibilidad de encontrar soluciones a los problemas estructurales que la Nación enfrenta. Es un error entender como un gasto y no como una inversión lo que el Estado destina a educación, Universidades y desarrollo científico. Los países desarrollados invierten dos o tres veces más que la Argentina en estas áreas porque saben que en la sociedad del conocimiento el diferencial para crecer depende de cuánto más y cuanto mejor se hagan las cosas allí. Es con más ciencia y educación superior pública y de excelencia, no con menos. Si en un contexto de escasez, cuando deben ponderarse prioridades, no se privilegian éstas áreas, el desarrollo de la Nación y la posibilidad de desandar sus profundas desigualdades, será una utopía. (…)
La columna vertebral de la Nación es la educación pública que iguala y nos hace libres y la Universidad Pública es la herramienta por excelencia de movilidad social ascendente. Que no despojen al pueblo argentino de sus sueños de grandeza. Que no apaguen las vocaciones más nobles vinculadas al conocimiento y al trabajo con niñas, niños, jóvenes y adultos que transitan nuestras aulas y laboratorios. Los deseos, las aspiraciones y las luchas de generación tras generación consagradas en derechos, imponen una responsabilidad en el presente para que el futuro sea posible.
Sigamos defendiendo a la universidad pública argentina, SIEMPRE