La publicación propone “Un periodismo más comprometido con la niñez y adolescencia, que incida en la construcción de una realidad "más positiva" y justa para ellos, es el desafío de los medios gráficos”.
El informe se fundamenta sobre noticias relevadas en cuatro medios gráficos en su versión digital de las ciudades de Olavarría, Azul y Tandil, un total de 196 coberturas sobre infancia, y analiza: , “el 62,24% no incorpora voces citadas o identificadas y el 31,63% utiliza apenas una…. lo más preocupante es que casi no aparece la propia voz de los chicos y chicas: sólo dos notas (2,70 %) los incluyen como fuente y más de la mitad de las noticias sobre violencia utiliza estereotipos y términos peyorativos”. “Identifica los temas más frecuentes con los que esos medios vinculan a los chicos y chicas, y también los invisibilizados o de los que nunca se habla. Analiza además, cuáles son las fuentes prioritarias consultadas, la profundidad de las coberturas y si éstas contribuyen a la promoción y defensa de los derechos o, por el contrario, a su amenaza u omisión. El objetivo del informe es detectar puntos clave como esos para contribuir al desarrollo de un periodismo de mayor calidad en la temática, que colabore en la consolidación y defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes”.
La nota publicada por la agencia también desarrolla un subtitulo vinculado con los derechos del sector:
“La defensa de los derechos, tarea pendiente del periodismo”
Los medios son actores estratégicos con capacidad de instalar temas y enfoques favorables al desarrollo y ejercicio pleno de los derechos. Pero a veces, la falta de tiempo con el que se trabaja en las redacciones, el interés por la noticia minuto a minuto o la falta de conocimientos específicos en niñez y adolescencia genera que las notas queden descontextualizadas, carezcan de profundidad y perspectiva de los propios chicos y chicas.
La mayoría de las notas analizadas (71, 93 % del total), no se encuadran desde una perspectiva de derechos, según el informe y las pocas que sí lo hacen, los promueven en materia de educación, salud, deportes, políticas públicas e igualdad de género.
El 20, 68% de las notas omiten derechos o refuerzan su vulneración en temas como cuidado parental, tenencia de niños y niñas y abuso sexual. En éste último, si bien los medios contribuyen a la promoción de los derechos porque denuncian casos o hacen seguimiento de causas, también vulneran la privacidad y dignidad de los niños, niñas y adolescentes. La mayoría de las notas mencionan información innecesaria, estigmatizan el entorno cercano a las víctimas (familia, barrio), utilizan términos peyorativos y espectacularizan el relato. En muchos casos se omite el derecho a la privacidad y reputación de las niñas y los niños cuando son víctimas (establecidos en los artículos N° 10 y 22 de la Ley de Protección Integral de los Derechos del Niño y la Niña) al no preservar datos que pueden dañar su dignidad individual y la de sus familias.
En temáticas vinculadas a la violencia social y los delitos, se hace hincapié en la minoridad, utilizando términos peyorativos y reforzando estereotipos que vinculan a adolescentes procedentes de determinados barrios como agentes de violencia.
¿Quiénes tienen la palabra? Cuando se refieren a los chicos y chicas, los medios analizados por el Observatorio, olvidan su derecho a la expresión (garantizado en el Artículo 13 de la Convención de los Derechos del Niño) y prefieren la voz de los adultos. El entorno cercano a los niños y niñas, familias y docentes (37, 84%) y los poderes públicos a través de sus funcionarios (35, 14%) concentran las voces de las coberturas. Menor espacio tienen la sociedad civil (18, 92%), los expertos (14,86%) y casi nulo los propios protagonistas de las coberturas, consultados sólo en dos ocasiones (2,70%).
Dedicarle más tiempo al armado de una nota, investigar más, consultar más fuentes y valorar como prioritaria la voz de los chicos para incorporar sus puntos de vista a sus propias realidades, es el desafío de los medios de Olavarría y la región. Para ello es necesario un cambio de mirada que contemple a los niños y niñas como ciudadanos plenos con derechos adquiridos, y no ya como destinatarios pasivos de la ayuda de los adultos.
El texto completo se puede leer en www.agenciacomunica.com.ar
Agencias de