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Educación

Relato de una experiencia como becaria en el Departamento de Educación de FACSO

-Marianela Recofsky
-Director/a del becario: Mag. Analía Errobidart
-Departamento y/Proyecto de Investigación: Departamento de Educación - Proyecto “La educación como práctica sociopolítica, sentidos y estrategias de inscripción social”. IFIPRACED 2011-2013
-Característica de la Beca (indicar docencia, investigación o extensión): En investigación
-Duración de la Beca: Dos años

Introducción
El presente escrito es ante todo el relato de la experiencia vivida a partir de la obtención de la beca para estudiantes avanzados de FACSO durante un de dos años. El objetivo de estas palabras es contar no solo algunas de las características y los avances que me permitió llevar adelante en mi trabajo final de integración de la carrera Comunicación social, sino y principalmente, comentar la vivencia de ser becario, las posibilidades en el mundo académico que se visualizan y la oportunidad de profundizar y ampliar los conocimientos adquiridos durante la carrera de grado.
Mi acercamiento a la beca para estudiantes avanzados de FACSO se vincula a una experiencia previa en la que participé durante el año 2010 en la materia Comunicación y Educación, la cual pertenece a los planes de estudios de las carreras de Comunicación social con orientación en institucional y del Profesorado en Comunicación. En dicha materia, junto a un grupo de compañeros, debimos elaborar el diseño de un material edu-comunicativo, realizando para ello un diagnóstico sobre los destinatarios de la propuesta, los cuales eran jóvenes de una escuela secundaria de reciente creación con quienes trabajamos en el espacio curricular de la materia Construcción de ciudadanía, llevando adelante las intervenciones en la Mutual de arte popular Macondo Creativa junto a sus talleristas.
Esta participación inicial encuadrada en los requisitos de acreditación de la materia, luego derivó para algunos de los inicialmente involucrados, en una participación voluntaria para continuar trabajando con este grupo de jóvenes en la Mutual de arte, como parte de un proyecto llevado adelante por integrantes del Departamento de Educación.
Es de este modo que siendo estudiante de comunicación, comienzo a interesarse en temas que se relacionan con el campo de la educación y en problemas y perspectivas que articulan a ambas disciplinas. Por lo que me acerco al Departamento de Educación de la Facultad de Sociales de UNCPBA, donde elaboro la propuesta para presentarme a la convocatoria a la beca de FACSO para estudiantes avanzados a comienzos de 2011.
Mi objetivo inicial con la beca obtenida por el periodo 2011-2012 fue concretar la realización de la tesis de grado, pero durante el recorrido de la misma fui descubriendo nuevas posibilidades para la continuidad de mi formación vinculadas al mundo académico de la investigación social.
Para desarrollar el Trabajo Final de Integración (TFI) exigido por la carrera de Comunicación social con orientación en institucional y enmarcándome en el proyecto del grupo IFIPRACED , abordé uno de los diversos programas sociales que se definen como socioeducativos destinados a los jóvenes, ya que en la actualidad se han constituido en espacios fructíferos para indagar las posibilidades que ofrece la educación no formal – en el marco de un entramado social caracterizado por la crisis de los sentidos modernos y las nuevas redes sociales y representaciones organizacionales – en un contexto como el de nuestro país de pobreza y fragmentación social. Esta investigación no solo se acotó a mi tesis, sino que derivó en distintos trabajos que fueron surgiendo en el trascurrir de la beca.

Sobre la investigación
Para el análisis llevado a cabo se partió de considerar que estos nuevos formatos socioeducativos no formales pueden generar inscripción social en los jóvenes – entendiendo por la misma las posibilidades de comprender el mundo en el que viven, asignarle un sentido y participar en consecuencia – en la medida que trabajen en red con otras organizaciones, tal como la nueva configuración estatal lo requiere; como menciona S. Fleury (2002) actualmente las redes se han visto “como la solución adecuada para administrar proyectos y políticas donde los recursos son escasos y los problemas complejos”. Estos lugares y el posible trabajo en red contribuyen a una mayor democratización de la educación y a des estigmatizar a lo que se produce desde estos nuevos espacios y a quienes desde allí producen.
Por lo que en la investigación se estableció como unidad de análisis La Callejeada sede Sierras Bayas, en tanto espacio recreativo y socioeducativo, realizando un trabajo de campo durante un periodo de tiempo de aproximadamente un año (mayo de 2011 a mediados de 2012).
Es decir, el análisis desarrollado se propuso indagar las características del programa social la Callejeada Sierras Bayas, y las relaciones que establece con las organizaciones escolares del sistema formal – las dos escuelas secundarias de la localidad, en tanto el programa tiene como público destinatario adolescentes y jóvenes – como así también con el Estado que planifica y
subvenciona dicho programa.
El trabajo de campo se llevó a cabo atendiendo a una perspectiva metodológica socioantropológica, teniendo como concepto central la noción de “reflexividad”, trabajada por Rosana Guber (2001), y coherente con un tipo de diseño de investigación cualitativa. Esta perspectiva se vincula al marco teórico definido para la tesis, el cual establece a los espacios como configuraciones culturales (Grimson A. 2011) en tanto totalidades simbólicas abiertas y atravesadas por los sentidos del campo social, es decir como particulares regímenes de significación.
La pregunta que orientó el análisis plantea: ¿De qué manera, la ausencia o presencia de redes interorganizacionales entre La Callejeada sede Sierras Bayas y las dos escuelas secundarias locales afecta a las posibilidades de trabajar para la inscripción social de los sujetos que asisten a este espacio?. Dicha pregunta se vincula a la hipótesis: Las dificultades para favorecer la construcción de redes, en especial con las escuelas de niveles educativos secundarios de Sierras Bayas, contribuye a la cosmovisión social estigmatizante del programa social Callejeadas y desvaloriza sus posibilidades de trabajo en torno a la inscripción social de los sujetos.
La complejidad del campo social contemporáneo, llevó a que las perspectivas tradicionales con las que se abordan los problemas de comunicación institucional resultaran insuficientes para comprender los procesos analizados, en tanto las disciplinas aisladas unas de otras, como fueron definidas por los procesos de la modernidad, revelan una falta de capacidad explicativa de los problemas actuales cuando se trabaja desde un solo campo de estudio (Errobidart, A. 2008). Por lo que, para el abordaje de la investigación se trabajó con definiciones no reduccionistas de la comunicación y la educación, entendiendo por la primera, la posibilidad de crear sentidos compartidos a partir de problematizar la palabra (Martín Barbero J. 2003) y por la segunda, una práctica política donde el otro aparece como legítimo beneficiario de la herencia cultural, obteniendo herramientas para poder elegir como posicionarse frente a la misma (Frigerio G 2003).
La articulación de ambos campos permitió hablar de prácticas edu-comunicativas en el espacio, entendidas como prácticas que se distancian de la finalidad del sistema educativo históricamente reproductor del orden social y se orientan a crear re- significaciones que permiten emerger al sujeto en nuevas lógicas de integración, posibilitando la reflexión sobre sus condiciones de existencia a partir de la posición social que ocupa. En otras palabras, prácticas que se orientan a la producción de la inscripción social de los jóvenes.
Por otra parte, la noción de redes - en tanto categoría que remite por un lado a las transformaciones recientes en la función del Estado y sus relaciones con la sociedad, pero también a un enfoque analítico que permite observar la comunicación interorganizacional - permitió problematizar las relaciones con el entorno inmediato del espacio, particularmente con las dos
escuelas secundarias locales.
En este proceso se pudo abordar a unas primeras conclusiones. Las mismas permiten decir que en estos espacios se encuentran dos posibilidades que reflejan una tensión y que conviven en una misma configuración: el asistencialismo, que aparece como idea de atenuar la conflictividad social generada por la carencia extrema a partir de una repartija mínima a los sectores necesitados y remite fuertemente a la noción de control social. Y por otra parte la asistencia, que implica el reconocimiento de derechos sociales conculcados y que posiciona al quehacer profesional en la línea de generación de cambios hacia la construcción de un orden social distinto (Alayon, N 2008). La oscilación entre uno u otro, dependerá más bien de los actores particulares de cada configuración que de los lineamientos generales de los planes y programas.
Es decir, la potencialidad de los espacios y las posibilidades de trabajar para la inscripción social de los sujetos radica más en los actores que se desempeñan en estos programas a diario, que en las prescripciones y funciones asignadas desde instancias estructurales. Sin embargo, su tarea se focaliza mayormente en actividades alrededor de la contención y la reconstrucción de lo vincular, lo cual logran situacionalmente, redefiniendo de este modo el sentido moderno de lo educativo en torno al trabajo sobre el lazo social.
Por otra parte, existen al interior del espacio múltiples rupturas momentáneas con los sentidos hegemónicos, que pueden definirse como prácticas edu-comunicativas. En las mismas se generan nuevos sentidos y apropiaciones, que corren a los jóvenes momentáneamente de su posición social y los encuentra con “nuevos mundos”, abriendo la frontera de “lo posible”
en relación a su campo de acción. Estos momentos dejan huellas en sus subjetividades y se vuelven el motor del trabajo que se visualiza en algunos jóvenes, habilitando el desarrollo de nuevos objetivos y estrategias, marcando un cambio en las conductas y en los sentidos que le atribuyen a esos momentos, al menos de modo situacional.
En relación a la red con otras organizaciones, la misma es concebida en el espacio en torno a contactos esporádicos o recurrentes y a la visibilidad de las acciones y de los actores. No se generan posibilidades de trabajos cogestionados que impliquen una comprensión y la creación de sentidos compartidos entre organizaciones que orienten las estrategias, porque además las escuelas secundarias no llevan a cabo un acercamiento que implique una mutua comprensión y el delineamiento de objetivos compartidos, en tanto requisito que implica la definición de una red (Dabas, E. 1998). Por lo que el espacio se convierte en un circuito paralelo por donde transitan mayormente aquellos jóvenes que el sistema escolar o bien expulsó u obliga a circular indefinidamente en situaciones de repitencia. Es decir, al reconstruir el lazo en esa situacionalidad, y pese a la potencia de este hecho, durante el periodo de tiempo analizado el espacio no logra integrarse definitivamente en un entramado mayor, existiendo en este sentido una reproducción de la fragmentación y el orden social existente.
La beca como experiencia formativa
Para llevar adelante el relevamiento de datos, análisis y proceso de escritura, la beca obtenida me habilitó la posibilidad de permanecer y trabajar durante un prolongado en el campo, siendo de suma relevancia para la interpretación de lo observado. De este modo, ser becaria de Facso me permitió un mayor conocimiento diacrónico del campo delimitado, presenciar diversos
cambios en las prácticas y sentidos que lo habitan, y en relación a los mismos problematizar y ampliar las perspectivas y las categorías teóricas para poder abordarlo.
Esta permanencia prolongada, entre otras cuestiones propias de la experiencia formativa, no solo me permitió desarrollar las preguntas planteadas en la tesis, sino abordar otros nuevos interrogantes surgidos del propio campo o bien del trabajo en el marco del proyecto del grupo de investigación IFIPRACED. Asimismo, este modo de trabajar posibilitó en mi análisis la predominancia del campo, apareciendo el mismo como disparador de nuevas búsquedas teóricas.
El trabajo en grupo – ya que se conformó el denominado “Grupo Cinco” como seminario de formación en el cual las dos becarias designadas para el Departamento de Educación durante este periodo compartimos un espacio de encuentro con la directora y co-directores , trabajando sobre autores, leyendo e intercambiando registros de campos con comentarios y preguntas –
me permitió el acercamiento a nuevas perspectivas teóricas y metodológicas desconocidas durante la carrera, que me ayudaron a abordar el campo para la tesis, pero también a sintetizar e interpelar mucho de lo aprendido como estudiante.
La posibilidad de acceder a la beca me facilitó sostener un ritmo continuado en la realización del trabajo final, sintiéndome acompañada en el proceso a través de la consulta y la reflexión con otros. Pero de manera más amplia, fue la posibilidad de continuar la formación, ampliando el conocimiento sobre algunos de los campos estudiados durante la carrera. Un ejemplo de
esto fue la participación en tres seminarios, vinculados a las perspectivas teóricas metodológicas trabajadas/relevantes para IFIPRACED.
Por otra parte, la beca se mostró como una posibilidad de conocer diferentes espacios académicos, que no necesariamente se acotan a la comunicación social, sino multidisciplinares y de producción interdisciplinar. Tal como fue la participación en el Congreso Pedagógico Provincial 2011 o en la Red de investigadores en Juventudes (RENIJA) durante el 2012. Como así también
realizar escritos para publicar, ya sea en coautoría (Revista ALAIC) o de manera individual
(Intersecciones en Comunicación).
Resumiendo, ser becario fue la posibilidad de conocer y considerar el ámbito académico como un posible espacio para continuar trabajando a futuro. El acompañamiento experimentado en múltiples sentidos, el sentirse parte de un grupo y el hecho de que te inviten a involucrarte en nuevo proyectos, son factores que llevan a querer continuar el camino emprendido gracias a esta beca. Referencias bibliográficas
Alayon, N. (2008): Asistencia y asistencialismo ¿pobres controlados o erradicación de la pobreza? Grupo Editorial Lumen. Buenos Aires.
Dabas, E. (1998): Redes sociales, familias y escuela. Editorial Paidós SAICF. Buenos Aires
Errobidart, A. (2008): Una mirada transdisciplinar para pensar la relación entre comunicación y educación. Revista Intersecciones en Comunicación. Facultad de Ciencias sociales – UNCPBA.
Frigerio, G. (2003): “Los sentidos del verbo educar”. Cátedra Jaime Bodet, N°7, Crefal, Pátzcuaro, México.
Fleury, S. (2002): “El desafío de la gestión de redes políticas”. Revista Instituciones y Desarrollo
Nº 12-13. Institut Internacional de Governabilitat de Catalunya. http://www.iigov.org
Grimson, A. (2011): Los límites de la cultura, crítica de las teorías de la identidad. Siglo XXI
editores. Buenos Aires.
Guber, R. (2001): La etnografía, método, campo y reflexividad. Grupo Editorial Norma.
Martín Barbero, J. (2003): La educación desde la comunicación. Grupo Editorial Norma, Colombia.

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