Reseñas de libros

El cambio educativo en Finlandia. ¿Qué puede aprender el mundo?

Analía Errobidart 
Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos AiresArgentina

El cambio educativo en Finlandia. ¿Qué puede aprender el mundo?

Intersecciones en Comunicaciónvol. 1, núm. 102016

Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires

 
 
 

Recepción: 19 Noviembre 2016

Aprobación: 10 Abril 2017

 
 

Resumen:El cambio educativo en Finlandia. ¿Qué puede aprender el mundo? Pasi Sahlberg. Ediciones Paidós, Cuestiones de Educación. Buenos Aires, 2013. ISBN:9789501261660. 240 pp. Reseña de Analía Errobidart1

INTRODUCCIÓN: INQUIETUDES CON LAS QUE LLEGUÉ A ESTE LIBRO

En tiempos en los que las políticas colocan “el fenómeno educativo de Finlandia” como un espejo en el que el mundo occidental debe mirarse para producir las transformaciones -o cambios- de los sistemas educativos, de acuerdo a las prescripciones de los organismos internacionales que ordenan los procesos globales, la lectura de este libro puede conducirnos a reflexiones más profundas y críticas sobre las voces que pregonan el cambio educativo.

Quizá el nudo de los debates no está en el análisis del fenómeno Finlandia sino en comprender cabalmente el alcance del término “cambio educativo”. ¿Cambio de qué? ¿Cambio para qué? ¿Cambio desde dónde? …parecen ser algunas de las preguntas con las que abordamos la lectura que nos propone la obra de Sahlberg.

Algunas reflexiones del autor que propongo compartir exponen que este libro no es un recetario que pretende constituirse en un modelo a seguir y tampoco es un planteo de pasos que nos conducirán, inexorablemente, a salir de nuestro laberinto para convertirnos en un país del primer mundo. Por el contrario, desde el prólogo escrito por Andy Heargraves (2013: 20), éste realiza una severa crítica a “la coerción, presión, vergüenza, intervención verticalista, exigencia, competencia, estandarización, evaluación y la entrada más fácil y más rápida a la enseñanza, el cierre de escuelas que fracasan, el despido de docentes y directores ineficaces (…)”. A partir de las críticas a los modelos de cambio educativo imperantes podemos inferir que tal proceso–para que sea real, si es que resulta necesario- no puede ser impuesto por una minoría, no debería iniciarse por la superficie sino que debiera implicarse en él un trabajo radical, profundo y complejo en el que se involucre a toda la sociedad en un proyecto común (filosófico, social, político, económico, cultural, tecnológico).

La lectura de este libro -y de otros que su prosa me llevó a consultar- produjeron la sensación de estar vislumbrando un nuevo paradigma ante el cambio educativo: para eso resultó fundamental haber conocido el proceso llevado adelante por Finlandia.

EN EL PRÓLOGO, ANDY HARGREAVES NOS INTRODUCE EN EL ANÁLISIS DE “ASUNTOS NO FINLANDESES”

Tal como anticipa el título del apartado, el prólogo ha sido escrito por Andy Hargreaves, sociólogo y educador nacido en Inglaterra que en los últimos treinta años ha trabajado, con una mirada inquisidora, sobre los procesos de cambio educativo que se desarrollan en el mundo globalizado.

Luego de analizar algunas estrategias marcadamente competiti- vas, con mayores evaluaciones estandarizadas y orientadas a alcanzar metas exitosas desarrolladas en EEUU, China, Japón y Rusia en los años ochenta y noventa, Hargreaves apunta contra la llamada Race to the Top implementada durante el gobierno de Barak Obama y que se pretende diseminar por los países que ese encuentran bajo la órbita económica de EEUU. Se trata, dice, de un tipo de políticas verticalistas, competitivas e individualistas que también han sido objeto de críticas radicales por parte de H. Giroux, entre otros peda- gogos que desafían con su obra el orden impuesto por EEUU en la actualidad. La estrategia Race to the top apunta -entre otras cosas- a “cambiar las 5000 escuelas de peor desempeño del país, levantar las barreras para el establecimiento de escuelas chárter e introducir medidas como el otorgamiento de una remuneración en función del desempeño para elevar la calidad de los educadores” (p. 20).

Menciona, en contraposición a la exposición anterior, el caso actual de China que está comenzando a descentralizar el sistema educativo, diversificar la evaluación y fomentar la autonomía e innovación; y al caso de Singapur, que promueve el desarrollo de entornos creativos en las escuelas bajo el lema enseñar menos, aprender más. En las sociedades angloamericanas, en cambio, se han desarrollado políticas educativas que muestran “una obsesión enfermiza con todo lo que es más grande, más duro, más costos, más rápido y más fuerte” (p. 21). Llama a estos modelos tendientes a aumentar el rendimiento (de las escuelas) sin considerar el cuerpo entero (la sociedad), modelos “esteroides”.

Desde hace una década aproximadamente, Canadá y Australia se inclinan por un modelo más flexible, al que Hargreaves llama tercera vía. Este modelo pone énfasis en el propósito moral de la educación y en la creación de capacidades en los sujetos. Si bien resulta superador de los anteriores, en la práctica van extendiendo los mismos propósitos morales independientemente de la cultura en que se aplica, resultando finalmente propósitos morales cosméticos, ajenos a la idiosincrasia de los sujetos que la reciben.

Este camino recorrido por los cambios educativos que se impusie- ron en los países con fuerte protagonismo en el mundo globalizado nos sirven para contraponer el modelo que Hargreaves llama cuarta vía, en la que ubica a Finlandia y Canadá (en la actualidad). Ambos países, para producir el cambio educativo, toman como lema “la toma de posesión y el desarrollo colectivo de una comunidad hacia sus propios fines y necesidades principales” (p. 23).

PASI SAHLBERG PRESENTA EL PROYECTO FINLANDÉS

“Se ha hecho evidente en todo el mundo que las escuelas que tenemos hoy no serán capaces de ofrecer oportuni- dades de aprender lo necesario en el futuro. El pedido de una enseñanza y un aprendizaje de mejor calidad y de una educación más equitativa y eficiente es universal”.

Así comienza Sahlberg el análisis -que define como personal y académico- frente a los desafíos que enfrentan los sistemas edu- cativos: por un lado, el del cambio que deben realizar las escuelas para que los jóvenes aprendan nuevos tipos de conocimientos ne- cesarios para desempeñarse en un mundo impredecible y, por otro

lado, cómo hacer para que todos los niños y jóvenes tengan acceso a los conocimientos necesarios, con independencia de su posición socioeconómica.

A partir del relato de las particularidades de un pueblo cuya histo- ria y cultura comienza mucho antes que las demandas globales por los cambios educativos, Sahlberg relata cómo llega Finlandia a alcanzar los más altos niveles educativos de toda su población, fenómeno que constituye un polo de atención de estudiosos internacionales de distintas disciplinas. Se reconocen, en esa trayectoria, distintas “marcas finlandesas” que permiten identificar los rasgos constitutivos de la identidad del pueblo. Una de esas marcas consiste en entender a la educación como un bien público y un derecho esencial de todos los ciudadanos, que está garantizado en su Constitución Nacional.

En el Capítulo 1 el autor presenta el modelo finlandés. Analiza el contexto histórico y político de Finlandia, un país relativamente pequeño con 5.430.000 habitantes que han aprendido, a lo largo de su vida, a sobrevivir entre potencias poderosas desarrollando habilidades como la diplomacia, la cooperación, la resolución de problemas y la búsqueda de consenso. Describe cómo Finlandia ha pasado de ser un país pobre y moderadamente educado, a ser una sociedad moderna con una educación de calidad, logrando altos rendimientos y reconocimientos internacionales a partir de favorecer la permanencia en las escuelas de niños de temprana edad hasta los más avanzados niveles académicos universitarios.

Ese movimiento comienza en la posguerra (1944) y demandó veinte años de debates políticos que sentaron las bases de las decisiones que se tomarían entre los años 60 y 70, consolidando valores como la igualdad y la justicia social en los distintos sectores de la población. Sahlberg ubica en 1970 el nacimiento de la escuela unitaria básica completa -denominada peruskoulu-, que comprende 9 años de escolaridad obligatoria y está compuesta por 6 grados de educación elemental o escuela primaria y tres grados más de educación superior o escuela secundaria inferior. Esta escuela unitaria, pública y común a todos los niños, se constituye en el engranaje fundamental del cambio educativo.


Figura 1

Ilustra con claridad la estructura del sistema educativo finlandés a partir de 1970:

Página 58. Ver en: http://portal.amelica.org/ameli/jatsRepo/216/2161116007/html/index.html

 

Todos los estudiantes, independientemente de su domicilio o situación socioeconómica, fueron matriculados en la mis- ma escuela básica regu- lada por las autoridades educativas locales (municipales). Las consecuencias concretas de la emergencia de la perus- koulu fue una rápida ex- pansión de la enseñanza secundaria superior.

La reforma de la escuela integral que sentó las bases particulares

del sistema educativo de alto desempeño se sostiene sobre tres pi- lares:

1.- reunir una amplia variedad de estudiantes en las mismas escuelas y clases bajo el principio de igualdad de oportunidades. Esta amplitud incluye el debate sobre la inclusión de estudiantes con necesidades especiales, que rápidamente se convirtió en una parte integral de los diseños curriculares.

2.- la orientación vocacional y el asesoramiento son obligatorios en el curriculum escolar de todas las escuelas. Esto tuvo por objeto reducir la toma de decisiones preci- pitadas e inadecuadas para su futuro, por parte de los estudiantes.

3.- esta nueva escuela requirió que los educadores que trabajaban en escuelas con cierta homogeneidad, aprendieran a trabajar con cursos de jóvenes con diversos intereses. La peruskoulu exigía “que los educadores emplearan métodos de instrucción alternativos –diseño de entornos de aprendizajes que permitieran distintos aprendizajes a diferentes alumnos- y que percibieran la enseñanza como una profesión de alto vuelo” (Sahlberg, 2013: 60).

En el capítulo 2, el autor desarrolla la paradoja por la cual Finlandia es considerada como una de las sociedades más instruidas y alfabetizadas del mundo: menos es más.

La primera paradoja que sostiene el sistema educativo finlandés es: enseña menos, aprende más. Esto supone que los educadores disponen de más tiempo para “planificar, aprender y reflexionar sobre la enseñanza con otros educadores” (Sahlberg, 2013: 115). Con ello, los jóvenes no necesitan hacer más deberes en el hogar ya que esta práctica, sostienen, no conduce necesariamente a producir mejores aprendizajes. La segunda paradoja presentada por Sahlberg: menos pruebas, más aprendizajes nos conduce a conocer cómo en ese país, los estudiantes son sometidos a pocas evaluaciones estandarizadas pero necesariamente realizan en todos los cursos evaluaciones de diagnóstico, formativas y recapitulativas como parte integral del pro- ceso de enseñanza y aprendizaje. La tercera paradoja: más equidad a través de una creciente diversidad, nos muestra cómo la escuela puede integrar la creciente diversidad cultural y étnica que llega al país desde su ingreso a la Comunidad Económica Europea y hacer de ello un potencial para el aprendizaje.

Otro aspecto particular del sistema finlandés que atraen nuestro interés, es su concepción de repitencia y rendimiento, ya que “en lugar de repetir un grado completo, un estudiante sólo repite aquellos cur- sos que no ha superado satisfactoriamente” (Sahlberg, 2013: 110). En el Capítulo 3 se desarrolla la valoración social del trabajo docente, que es considerada por el autor como una ventaja del país en las comparaciones internacionales.

“La experiencia finlandesa indica que es más importante asegurarse de que el trabajo de los docentes en las escuelas esté basado en la dignidad profesional y en el respeto social, a fin de que puedan cumplir con su intención de elegir la docencia como una carrera de por vida” (Sahlberg, 2013: 125)

La enseñanza es una de las profesiones más admiradas, por delante de la medicina, la arquitectura y la abogacía y solo los finlandeses más aptos logran convertirse en educadores, ya que el acceso a la carrera es altamente competitivo. Los programas de estudio comprenden tres áreas temáticas: teoría de la educación, conocimiento del contenido pedagógico y didáctica y práctica de las asignaturas. Al finalizar los cursos deben realizar una tesis de maestría cuyo objeto de investigación resulta, mayoritariamente, la práctica de la enseñanza. A partir de este ejercicio de investigación-acción, los docentes se convierten en investigadores de su propia práctica. El Capítulo 4 desarrolla y ejemplifica las expresiones iniciales del autor respecto de que el éxito de las políticas educativas se encuentra en las estructuras básicas de la sociedad, que ha logrado alcanzar y sostener un Estado de bienestar capaz de brindar a todos los niños

la posibilidad de iniciar una trayectoria educativa exitosa.

Finalmente, en el Capítulo 5 el autor plantea que la excelencia alcanzada por Finlandia se debe en primer lugar a que el país ha adoptado una vía alternativa al movimiento de reforma educativa global (p. 200). La elección realizada en los años 70, con la perus- koulu ha dado los frutos que se esperaban y por los que han trabajado ardua y cooperativamente distintos sectores de la sociedad, en especial los propios ciudadanos beneficiarios del proceso educativo. El reto queda planteado hacia el futuro de Finlandia, pues se entiende que el mundo global, en su inestable dinámica, ofrecerá

nuevos desafíos.

A MODO DE CIERRE DE ESTA RESEÑA

La lectura analítica de este libro nos deja una serie de aportes relevantes teniendo en cuenta que, en los tiempos actuales, la educación en Argentina vuelve a estar en el foco de los debates. Se convierte en un faro para orientar la toma de decisiones y para resignificar la necesidad de mirar nuestra propia historia en pos de articular la tradición y el cambio ante las demandas/necesidades de un mundo global.

También, para sostener un debate abierto que nos permita pensar en un futuro que incluya a los diferentes sectores sociales, a los adelantados y a los excluidos, sin necesidad de renunciar a ninguno de ellos.

Y finalmente, nos conduce a hacer una reflexión especial sobre el respeto de un pueblo hacia el trabajo de los docentes, conscientes de que si la educación puede llevar a un país a obtener máximos logros, es porque antes de ello los docentes alcanzaron una rigurosa forma- ción, profesionalidad y recibieron una alta valoración por su tarea.

Notas

1 Docente e investigadora del Departamento de Educación de la Facultad de Ciencias Sociales. Doctora en Educación, directora del Proyecto de investiga- ción: “La educación secundaria bajo el mandato de inclusión social. Sujetos, historias e instituciones”. Docente de la Licenciatura en Comunicación Social y de los Profesorados de Comunicación Social y Antropología de la FACSO. Autora de diversos artículos y libros.

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