Intersecciones en Comunicación 13 (1)  2019 - ISSN-e 2250-4184 - Copyright © Facultad de Ciencias Sociales - UNCPBA - Argentina

LA SOCIALIZACIÓN LABORAL EN MEDIOS DE COMUNICACIÓN. UN MODELO DE ANÁLISIS SOBRE LOS ESTUDIOS DE CASO

Laura Rosenberg • Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), Argentina. E.mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Recibido: 05/06/19 - Aceptado: 15/06/2019

Resumen

Este artículo tiene por objetivo analizar la socialización laboral de trabajadores de prensa en Argentina. Se propone un modelo de análisis para la comprensión de las carreras profesionales de trabajadores de Página/12 y Tiempo Argentino, que fue construido a partir de categorías que emergieron del trabajo de campo realizado entre los años 2011 y 2015. En consonancia con la propuesta epistemológica y metodológica de los estudios sobre newsmaking, se emplearon las técnicas etnográficas de recolección de datos (observación participante y entrevistas) para conocer las experiencias de los periodistas más jóvenes en el primer trayecto de su carrera laboral. El análisis se desarrolló desde la óptica de la sociología interaccionista, que hace hincapié en el modo en que las personas le asignan sentido al mundo a partir de las interacciones que establecen con los demás. En este caso, se indagó cómo los periodistas más jóvenes incorporaron roles y reglas formales e informales del oficio a partir de los lazos que establecieron con otros integrantes del mundo periodístico (colegas con más trayectoria, jefes, fuentes de información, entre otros).

Palabras Clave: Periodismo – Carrera laboral – Proceso de socialización – Interacción Social – Análisis cualitativo

Abstract

WORK SOCIALIZATION IN MEDIA. A MODEL OF ANALYSIS ON CASE STUDIES. This article aims to analyze the socialization of journalists in Argentina. A model of analysis is proposed to understand the professional career of media workers of Página/12 and Tiempo Argentino newspapers. This model was constructed from emerged categories of the field work -which was carried out between 2011 and 2015. In line with the epistemological and methodological proposal of the newsmaking studies, the ethnographic techniques like participant observation and interviews were applied to learn about the experiences of younger journalists in the first part of their career. The analysis was developed from an Interactionist Sociology perspective, which emphasizes the way in which people assign meaning to the world from the interactions they establish with others. In this case, we investigated how young journalists apprehended formal and informal roles and rules of the job based on the bonds they established with other members of the journalistic world (colleagues with more experience, chiefs, sources of information, among others).

Keywords: Journalism – Career –Socialization Process – Social Interaction – Qualitative Analysis

INTRODUCCIÓN

En este artículo se analiza la primera etapa de las trayectorias laborales de los trabajadores más jóvenes de dos medios de prensa, Página/12 y Tiempo Argentino, editados en la Ciudad de Buenos Aires1. La investigación se desarrolló entre los años 2011 y 2015 y se compararon los procesos de socialización laboral de periodistas de ambas empresas, con el objeto de proponer un modelo de análisis de esas trayectorias que permita conocer de primera mano cómo se aprende el oficio en espacios laborales de medios tradicionales. Se espera que este modelo analítico pueda resultar un insumo en otros estudios sobre periodismo, e incluso de otras profesiones.

En relación al campo específico de este estudio, la sociología de la producción de las noticias o newsmaking studies -cuyas primeras investigaciones datan de los años 70 en Estados Unidos e Inglaterra (Altheide, 1984; Epstein, 2000; Fishman, 1988; Gans, 2004; Golding y Elliot, 1979; Schlesinger, 1987; Tuchman, 1983; Tunstall, 1978; entre otros)- indagó en las prácticas periodísticas recurriendo a técnicas de la etnografía. Esos trabajos aportaron análisis significativos sobre las culturas organizacionales de las empresas periodísticas y la deontología profesional de los periodistas, atendiendo simultáneamente a factores contextuales y los condicionamientos políticos, económicos y tecnológicos de los medios de comunicación que fueron campo de su estudio.

Siguiendo aquella propuesta metodológica, buscamos conocer las rutinas de trabajo en las Redacciones de Tiempo Argentino y Página/12 y los sentidos sobre el oficio que los más jóvenes fueron incorporando en la primera etapa de su socialización laboral. Entre 2011 y 2015 se llevaron a cabo observaciones en las salas de redacción y entrevistas (en profundidad, semiestructuradas e informales) con periodistas de ambas Redacciones y miembros de espacios de formación académica en periodismo y comunicación.

Para el análisis se tomaron en consideración 24 casos de periodistas jóvenes que reunían los siguientes criterios:

1) Experiencia laboral: Jóvenes que no habían tenido un trabajo estable en medios de prensa gráfica diaria y que no contaban con más de cinco años de experiencia laboral en el mundo periodístico.

2) Etario: Tenían entre 23 y 31 años de edad al momento de ingresar al diario. Todos ellos contaban con estudios terciarios o universitarios en curso.

3) Jerarquía laboral: Tenían los cargos inferiores en la estructura jerárquica de los diarios (cronistas, redactores o pasantes).

En los siguientes apartados, se exponen las referencias teóricas centrales que orientaron esta investigación y se desarrolla el modelo de análisis propuesto sobre el estudio de caso realizado.

MARCO TEÓRICO

La sociología del periodismo ha incorporado en los estudios sobre newsmaking perspectivas teóricas de la sociología interpretativa, para pensar al periodismo como una actividad que se construye y se sustenta en las interacciones sociales entre distintos actores –algunos pertenecientes al mundo periodístico, otros a otras esferas, tales como la política, la económica, la social y la cultural– en un contexto determinado. El trabajo de Tuchman (1983) resultó uno de los pioneros en incorporar estos enfoques teóricos al estudio sobre el periodismo, mientras que otros posteriores como los de Travancas (1992) y Pereira (2008) recuperaron la utilidad de la noción schutziana de mundo social para aplicarla al estudio sobre este oficio. En su trabajo, Pereira caracteriza al mundo periodístico como un espacio de interacción cuyas fronteras son flexibles, donde importa tanto la participación de periodistas como de otros actores no necesariamente aferrados a las lógicas del mundo periodístico, pero cuya intervención resulta de suma importancia para completar el trabajo que realizan cotidianamente los medios (un claro ejemplo lo constituyen las fuentes de información, sin cuya colaboración se vería imposibilitada la tarea de construcción de las noticias). Aquí recuperamos esta mirada sobre el periodismo como mundo social, destacando la relevancia que adquirieron en la formación y adquisición de experiencia laboral los lazos que los recién llegados a las salas de redacción construyeron con esos otros actores.

La Escuela de Chicago fue prolífica en investigaciones empíricas sobre las ocupaciones, que abonaron la perspectiva analítica que yuxtapuso la indagación de los aspectos colectivos e individuales de los fenómenos sociales en la situación de interacción social. Esta sociología del trabajo contó con Andrew Abbott, Howard Becker, Everett Hughes, Robert Park y Anselm Strauss entre sus máximos exponentes. Al concepto de mundo social aplicado a ámbitos laborales, sus investigaciones aportaron desde el interaccionismo simbólico otras nociones igualmente útiles a nuestros fines, como es la de carrera ocupacional.

Con este concepto, destacaron el punto de vista de los individuos como miembros activos de su proceso de socialización, al cual analizaron centrándose en las situaciones de interacción que los actores mantienen entre sí: “el comportamiento humano debe ser comprendido como un proceso en el cual la persona forma y controla su conducta teniendo en cuenta (a través del mecanismo de “asunción de roles”) las expectativas de los otros con quienes interactúa” (Becker et al 1961: 19). En Hughes (2012) la carrera ocupacional es definida en función del punto de vista subjetivo, como la perspectiva móvil desde la cual las personas perciben su vida como un todo, se orientan a sí mismas con referencia a un orden social, e interpretan el significado de los atributos, las acciones y las cosas que les suceden.

Otros dos elementos fundamentales que se incorporan a la definición de carrera ocupacional se relacionan con su carácter secuencial y con la consideración del rol que cumplen los otros, de modo que la carrera ocupacional no puede ser entendida sino en términos de un proceso, que se desarrolla en el tiempo a través de una serie de etapas, donde el análisis de las situaciones de interacción social resulta, en definitiva, una condición sine qua non para arribar a la comprensión de la socialización laboral.

La tercera noción que aportaron estos trabajos y que retomaremos en nuestras páginas es la de redes de cooperación. Según Hall (1948) las profesiones son practicadas en el marco de redes que involucran instituciones, organizaciones formales y relaciones informales, y las carreras pueden ser comprendidas como un conjunto de ajustes más o menos exitosos a esas instituciones y a las organizaciones formales e informales. Por su parte, Becker (2006) considera las redes de cooperación para explicar el carácter colectivo de los procesos productivos, donde existe una división del trabajo por la que cada persona que participa se encuentra a cargo de un conjunto específico de labores, cooperando junto a los demás en la concreción del producto final. En otro estudio, también explica que estas redes son centrales a la hora de definir el éxito de las carreras profesionales: los miembros de una “red informal de camarillas” no solo comparten aprendizajes sobre la profesión, sino que estas redes “están ligadas por vínculos de mutua obligación, y los miembros se apoyan unos a otros para la obtención de ciertos trabajos” (Becker 2009: 126).

Tomando como punto de partida los antecedentes reseñados, a continuación se expone el modelo de análisis construido a partir del trabajo de campo realizado en Tiempo Argentino y Página/12 a los fines de comprender el proceso de socialización laboral de periodistas jóvenes. Las nociones presentadas en este apartado trazaron el recorrido de nuestra investigación. Otros conceptos que refieran a estadios específicos de la carrera periodística serán introducidos oportunamente en el desarrollo de cada una de las dimensiones que se exponen en el modelo de análisis propuesto.

Este modelo se compone de cinco dimensiones: 1) Los canales y las estrategias de ingreso al mundo periodístico; 2) Los ritos de pasaje; 3) Las formas de socialización; 4) Los procesos de identificación; y 5) Las estrategias implementadas para la continuidad laboral en el mundo periodístico. Cada una de estas dimensiones de análisis apunta sobre la relevancia que tienen en cada instancia de su carrera los lazos que los jóvenes establecen con otros integrantes del mundo periodístico.

MODELO DE ANÁLISIS DE LAS CARRERAS LABORALES DE PERIODISTAS JÓVENES

Estrategias y canales de acceso al mundo periodístico

En esta primera dimensión del análisis del proceso de socialización laboral de periodistas de Página/12 y Tiempo Argentino, se indagó en las prácticas implementadas por los jóvenes para insertarse en el mundo periodístico, acorde a los canales de ingreso disponibles en estos medios. Teniendo en cuenta que no existen procedimientos y normativas que regulen la inserción laboral de los periodistas en el país2, se estudiaron las estrategias individuales adoptadas para tal fin, entre las cuales se destacaron tres: la formación en carreras terciarias y/o universitarias de Periodismo y Comunicación, la participación en espacios pre-profesionales; y la rentabilización de las redes con integrantes de organizaciones periodísticas.

En todos los casos analizados, los jóvenes contaban con estudios universitarios y/o terciarios, en su mayoría relacionados con el periodismo y la comunicación, y se encontraban en una instancia avanzada de la carrera. Una de las convenciones más citadas en el campo periodístico es la que plantea que el periodismo es un oficio que se aprende en la práctica. Sin embargo, en el retorno de la democracia en nuestro país se notó un crecimiento de las academias para periodistas y de la formación de comunicólogos en distintas universidades públicas y privadas, así como un incremento exponencial de la matrícula de esas carreras en igual período (Ulanovsky, 2012).

Es entonces que advertimos que, si bien hoy en día no se establecen requisitos de colegiatura o titulación para el ejercicio de la práctica periodística, la formación académica orientada al oficio se convirtió en una de las estrategias de ingreso al campo laboral de los medios. Esta formación representó a la vez un modo de aprender el oficio y una estrategia de acceso a un trabajo. A veces, desde los ámbitos académicos se gestan espacios de práctica profesional, como periódicos, radios y agencias universitarias integradas por docentes y estudiantes de la casa de estudios.

El recurso a las diferentes estrategias de inserción en los medios se vio condicionado por los canales habilitados por las organizaciones periodísticas, a saber: si en Página/12 el canal privilegiado resultó ser el sistema de pasantías educativas3, en Tiempo Argentino se recurrió a los vínculos previos con periodistas del medio para lograr una incorporación al staff del diario cuando se encontraba en su etapa de nacimiento. En este sentido, a los pasantes se les exigió un seguimiento más riguroso de la normativa vigente y se vieron obligados a pasar por distintas instancias de evaluación. En cambio, en Tiempo Argentino se privilegió la red de relaciones de los jóvenes con integrantes del flamante staff del diario.

Esta diferencia que se advertía en la etapa de inserción en ambos diarios se disipó más adelante cuando se analizó la continuidad laboral de los jóvenes en estos medios, resultando el recurso a las redes de contactos la estrategia privilegiada en todos los casos. Tal como expuso Becker en sus investigaciones sobre las carreras laborales de médicos y músicos:

“Es posible pensar una carrera exitosa como una serie de escalones donde cada nuevo escalón es consecuencia del patrocinio, un desempeño exitoso y el establecimiento de relaciones provechosas. El desempeño exitoso y la movilidad profesional están en función de las relaciones del individuo con una red de organizaciones informales compuestas por sus colegas” (Becker, 2009: 209).

Un pasante de Página/12 se manifestó en el mismo sentido a partir de su experiencia: “Es muy difícil conseguir un trabajo estable en los medios. Diría que es casi imposible si no tenés un contacto que ya trabaje ahí”.

Los ritos de pasaje

La segunda dimensión de análisis se sitúa en los primeros meses de trabajo en el diario, e indaga sobre las prácticas en función de las cuales los jóvenes dejan de percibirse a sí mismos –y dejan de ser percibidos por los demás– como “recién llegados” en un espacio donde ya dominan la rutina de trabajo. Esa transición se analizó en términos de ritos de pasaje, concepto aportado por Hughes (2012) para dar cuenta de instancias de transición de un estadio de la vida a otro. Estos ritos pueden ser formalizados en ciertas prácticas institucionales, como las ceremonias de graduación, o pueden ser informales y observables en las interacciones que se gestan en el marco de las rutinas de trabajo (Harper y Lawson, 2003). En nuestro trabajo nos centramos en estos últimos, buscando responder el siguiente interrogante: ¿cuándo se convierten los “recién llegados” en periodistas?

Se indagó en la internalización de las reglas de trabajo y de los modos de distinción al interior del mundo periodístico vinculados a las prácticas de elaboración de una “buena nota periodística”. Para ello, se atendió en una primera instancia a las dificultades que atravesaron los jóvenes periodistas, cuya resolución significó la transición hacia una nueva etapa de su carrera donde manejan con mayor soltura las tareas relacionadas a la producción noticiosa. Los inconvenientes planteados respondían al dominio de los ritmos de trabajo, a la posibilidad de “ver” una noticia y proponerla al editor, y a la construcción de una “agenda de contactos”.

Respecto al último punto, se advirtió una diferencia entre el trabajo con “fuentes propias” y el trabajo con fuentes secundarias. Entre las últimas, se destacó el recurso a información de la web y cables de agencia, práctica que, por más frecuente que sea en las salas de redacción, es menos valorada a la hora de producir una nota y se vincula con el modo estandarizado de producción de las noticias. Para los periodistas de ambos medios, la construcción de las noticias en base a información de segunda mano desde la sala de redacción redunda en una pérdida de calidad en el producto. En cambio, “salir a la calle” proporciona posibilidades de tratar con fuentes que aporten información novedosa sobre hechos que son abordados por una amplia gama de medios de prensa, aportando una veta creativa al trabajo. Así, “realizar bien el trabajo” va de la mano con el objetivo de distinguirse positivamenteen un contexto que tiende crecientemente a la homogeneización de los productos noticiosos (Boczkowski, 2010). En los términos de una periodista de Tiempo Argentino“Un diario también cobra valor en la medida en la que, de aquello que todos hacen de una manera, hace algo distinto”.

Un primer indicador del rito de pasaje es la primera nota que aparece firmada por los periodistas ingresantes al diario, donde se plasma el reconocimiento por el trabajo realizado “con producción propia”. Muy excepcionalmente este tipo de labor puede realizarse con información de segunda mano; por lo general, las notas que llevan la firma del redactor involucraron una cobertura in situ y un vínculo directo con las fuentes, como graficó un pasante de Página/12: “la firma arriba es una distinción, es una forma de premiarte que tiene mi editor en particular. Te mandó a hacer una cobertura, la hiciste bien, te firmo arriba. Como reconocimiento”.

En este camino, las redes de cooperación cobraron protagonismo en ambos diarios, a la hora de acceder a las fuentes de información cuando los jóvenes carecen de una “agenda propia” de contactos. Los más jóvenes fueron asesorados por sus jefes o por colegas con mayor trayectoria acerca de los modos de conseguir información o bien se les facilitaron los contactos para obtenerla.

De este modo, el segundo indicador del rito de pasaje estuvo representado por la instancia en la cual los jóvenes ya contaban con una “agenda propia” de fuentes a las cuales recurrir para realizar las noticias. Se contemplaron factores asociados a la dimensión ética de la práctica periodística, relativos al “cuidado”, “el trato respetuoso”, “la confianza”, “la seriedad” y “la constancia”, queconsolidan las bases de un buen vínculo con las fuentes y resultaron sustanciales para garantizar futuras coberturas.

Las formas de socialización

La tercera dimensión de análisis recupera el interés por el rol de las redes de cooperación a la hora de realizar el trabajo cotidiano, pero se aboca específicamente a conocer cuáles son las formas de socialización que componen el entramado de estas redes y sus implicancias en la construcción de un ambiente laboral. Más allá de la distribución formal de los roles que pauta el vínculo entre los diferentes integrantes de la sala de redacción y los compromisos que cada uno asume con la organización periodística, se identificaron tres formas de socialización que caracterizan los lazos informales al interior de cada diario: la sociabilidad, la lucha y la pedagogía. Su predominancia varió acorde a las diferentes secciones de las Redacciones de Tiempo Argentino o de Página/12. Cada una de ellas tiene un rol específico en la consolidación de los vínculos dentro de las salas de redacción y en la socialización laboral de los trabajadores más jóvenes.

Ya nos hemos referido anteriormente a la cooperación de los colegas de mayor trayectoria como un aporte sustancial en el aprendizaje de las prácticas laborales cotidianas de los periodistas más jóvenes. “Aprender a aprender” de los colegas (Woods 1972: 24), forma parte de la familiarización con un oficio. Sin su asesoramiento o los contactos que los más experimentados tenían con las fuentes, el trabajo de los más jóvenes parecía una tarea inabordable. Estos últimos establecían una analogía entre el trato que recibían de sus jefes y el vínculo pedagógico que une a docentes y estudiantes. La forma pedagógica de la socialización estaba presente, en este sentido, desde la etapa de llegada a las Redacciones:

“El laburo con gente creo que es lo que más sumó (…) vas aprendiendo por ejemplo tus derechos como trabajador, tus obligaciones como trabajador… qué tenés que hacer y qué no tenés que hacer en una nota, en una entrevista. Además, al tener casi todos con mucha experiencia en el diario, el diálogo diario, cuando te editan… ¡Sobre todo en los primeros meses es re importante! ¡Son casi docentes! (Redactor de Tiempo Argentino)

La segunda forma de socialización observada fue la sociabilidad, cuya importancia ha sido pocas veces considerada por los estudios sociales sobre el trabajo4. En el caso del diario Tiempo Argentino, se reflejó en lo que los periodistas describían como el “buen clima de trabajo”. Para abordar esta cuestión, recuperamos la definición de Simmel (2002a), que define la sociabilidad como forma lúdica de socialización, donde el interés de las personas no es otro que el de compartir su tiempo con otros, haciendo a un lado cualquier tipo de motivación material. La sociabilidad, apunta el autor, crea la sensación de igualdad entre aquellos que interactúan, por lo cual la compara con un juego donde todos los participantes se encuentran en igualdad de condiciones; crea una sensación de mundo artificial donde todos tienen los mismos derechos y jerarquías.

El “buen clima de trabajo” que caracterizaba el ambiente laboral según los periodistas de Tiempo Argentino nos llevó a profundizar sobre la pregunta por los lazos que se establecían en esta sala de redacción y la función que jugaron en la socialización laboral. Así, se observó que los vínculos afectivos y los momentos de esparcimiento dentro y fuera de esa Redacción resultaron ser indicadores del lugar que allí ocupa la sociabilidad en la consolidación del colectivo de trabajo. En este estudio de caso, el análisis realizado nos permite afirmar que esta forma de socialización cumple centralmente dos funciones.

La primera es reforzar el carácter colectivo del trabajo periodístico. La observación de las conversaciones sociales en el espacio de la Redacción permitió identificar la circulación de sentidos compartidos que permiten decodificar las temáticas del trabajo cotidiano, a partir de la discusión e interpretación colectiva de las noticias. Es en este sentido que se fortalecía el trabajo colectivo sobre el producto noticioso, análisis que contrasta con la mirada que los periodistas tenían sobre su actividad, a la cual definieron en más de una ocasión como “un trabajo muy individual”.

Pero la sociabilidad no sólo permitía definir el carácter colectivo del trabajo periodístico, sino que los lazos de amistad y los subgrupos y equipos de trabajo en la Redacción también cumplen una segunda función. Estos vínculos dejaron una impronta en la trayectoria de los jóvenes periodistas de Tiempo Argentino, convirtiéndose en una garantía de continuidad de su carrera laboral en este medio y no en otro. Así, “venir con ganas a trabajar” y sentir que se está trabajando “con amigos”, formaba parte de los motivos que a ellos los llevó a imaginarse trabajando en este medio más allá del corto plazo5.

El contrapunto que se marcó en lo que respecta a la sociabilidad como forma de socialización comenzó con la incorporación de la categoría de lucha –también concebida por Simmel– para caracterizar situaciones conflictivas que se desarrollan en la Redacción de Página/12 y que coexistían, sin embargo, con un clima “cordial y ameno”. El “respeto” por la distribución de temas en una sección, o una edición considerada excesiva sobre la nota de un redactor podían ser motivo de conflictos que reforzaban la división formal entre redactores y editores:

“Hay cierta tensión entre redactores y editores. Pero parece que es como la puja en todos los medios, ¡porque el editor es como un policía! ¿No? El que te recorta la nota, el que te la edita, el que te dice dónde va… Entonces, si bien no hay mala onda es como que son mundos aparte. Estamos los redactores que tomamos mate en un lado de la mesa y los editores del otro. Son como dos rangos separados, ¡como que son dos castas diferentes!” (Redactor de Página/12).

Las críticas que se gestaban al interior de algunas secciones entre periodistas que desempeñaban diferentes roles exponían faltas a reglas no formales que, desde la perspectiva de los redactores y pasantes, cometía “la jefatura”: la división del trabajo en función de la especialización temática; la planificación de la agenda; y el diálogo en la instancia de edición. Estas faltas fragmentaron al grupo de trabajo y debilitaron el desarrollo de un trabajo colectivo en los términos que facilitaba la sociabilidad en Tiempo Argentino.

El estudio de estas tres formas de socialización -la pedagogía, la sociabilidad y la lucha- en las salas de redacción contribuyó a comprender cómo los periodistas más jóvenes incorporaron convenciones propias del oficio a partir de las interacciones entre los integrantes de estos espacios durante la rutina de trabajo, cuestiones que no hubieran salido a la luz en un análisis enfocado exclusivamente en las normas explícitas o en la distribución formal de roles que rigen en todo ámbito laboral.

Los procesos de identificación

Al indagar en la cuarta dimensión de análisis que trata de los procesos de identificación de los jóvenes periodistas, nos basamos en las concepciones sobre la identidad que se apartan de las perspectivas esencialistas que la definen como algo monolítico y estático. Por el contrario, la idea de proceso remite a algo que se encuentra en construcción continua, que puede ser reconfigurado de un momento a otro.

Nos basamos en la perspectiva de Erving Goffman (2006) que al estudiar los procesos identitarios definió como identidad del yo al “sentido subjetivo de la propia situación que un individuo alcanza como resultado de las diversas experiencias sociales por las que atraviesa” (Goffman 2006: 126). El análisis de distintas situaciones vitales de las personas llevó al autor a cuestionar la idea de biografía como único relato posible sobre las experiencias y la identidad de los actores. Más bien, atiende a la existencia de una multiplicidad de yoes que se manifiestan en diferentes situaciones atravesadas. Esta mirada es la que nos permitió abordar distintas adscripciones identitarias entre los redactores y pasantes, con el objeto de hacer durante toda la investigación un análisis en situación.

En el marco del proceso de socialización laboral de los integrantes más jóvenes de las Redacciones se observó la emergencia de identidades múltiples, que eran interiorizadas acorde a las reglas pertinentes a distintas situaciones de interacción en las que participaban durante su integración al mundo periodístico. Tal como lo expuso Lemieux (2010) en su investigación sobre el trabajo periodístico, se trata de un universo donde coexisten diferentes reglas que, en la práctica, pueden resultar contradictorias, llevando a los actores a vivenciar situaciones dilemáticas. Su análisis enriquece la comprensión de las practicas periodísticas y las representaciones de los actores cada vez que estas contradicciones se hacen presentes.

Es por ello que se abordaron diferentes situaciones compartidas por los periodistas de los diarios en su trabajo cotidiano, observando que en sus interpretaciones ellos emplean un conjunto de categorías que, al tiempo que les permiten identificar al “otro” en la instancia de interacción, afianzan los sentidos asignados a las prácticas y a los grupos con los cuales ellos mismos se sienten identificados. En función del análisis realizado, se desprenden tres formas de identificación:

-Los periodistas “rasos” y “la cúpula” del diario:

En una primera instancia, se observó que en este proceso se manifestaba la reposición de las jerarquías que en el análisis de la sociabilidad en Tiempo Argentino aparecían suspendidas. Las miradas sobre las decisiones editoriales de “los de arriba” -modo en que los redactores se referían a la cúpula periodística del diario- pusieron de manifiesto la distinción de dos grandes subgrupos en esta sala de Redacción: los periodistas “críticos” y “los talibanes”, que en el caso de Página se vio reflejado en la mirada de los redactores respecto a los “periodistas rasos” que demuestran “fidelidad a la dirección”.

Esta diferenciación de la Redacción en dos subgrupos permitió identificar críticas y adhesiones a la línea editorial que hacían los propios integrantes de los diarios. Con ello, se pudieron reconstruir los criterios de noticiabilidad que, en lugar de reglas a priori del trabajo periodístico, son resultado de su puesta en práctica e incorporados por los periodistas durante su socialización laboral. De este modo, el análisis de los criterios de noticiabilidad empleados en las rutinas de trabajo no sólo permite describir los procesos de construcción de las noticias, sino también la construcción de la identidad profesional de los periodistas, al dar cuenta de las luchas internas para que la delimitación y jerarquización de los temas noticiables no quede supeditada a los intereses políticos de la dirección del diario (Rosenberg, 2018b). En esta primera adscripción identitaria, en ambos diarios se ejemplificaron las disputas en torno a la definición de una identidad profesional no subsumida a la identidad política del diario o de sus integrantes.

- “Los de Clarín”:

Una segunda adscripción identitaria remitió a la rivalidad entre las empresas editoras de Tiempo Argentino y el diario Clarín en el contexto del segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, con posterioridad a la sanción de una nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. En esta instancia, las rivalidades al interior de la sala de redacción cedían lugar a las manifiestas con la línea editorial del multimedio más importante del país. Como competidor y como antagonista político, en la etapa analizada Clarín aunaba al colectivo de Tiempo Argentino.

Bajo esta segunda adscripción identitaria, la caracterización del diario, de su lector imaginado y de sus integrantes se reforzaba en esta oposición con ClarínTiempo era un diario “para la clase media que no lee Clarín” y si bien la agenda muchas veces coincidía, se pretendía imprimir un enfoque diferente.

- “Los trabajadores” y “los dueños”:

Una tercera adscripción identitaria se vio representada en la distinción entre “los dueños” y “los trabajadores” de las empresas periodísticas, y pueden condensar su sentido en una frase tantas veces citada en las salas de redacción, protestas y movilizaciones del gremio periodístico: “los periodistas no son los medios”. Se demostró que la identidad de los periodistas no sólo se definía en función del medio donde trabajan, sino más allá de sus fronteras. Esta adscripción tendió a imponerse sobre las anteriores, incluyendo también a los pasantes de Página/12, cuya condición en el diario no se encuadra formalmente bajo una relación laboral.

A pesar de los esfuerzos de la dirección de cada diario por distinguirse de sus competidores, en el marco de protestas gremiales la identificación de los periodistas como trabajadores posicionaba a todos “los dueños” en un mismo grupo, enfrentado a “los laburantes” o “compañeros”. En estas situaciones, la enemistad con los integrantes de Clarín quedaba supeditada al rol que cada uno jugara dentro de aquella organización periodística. Si eran trabajadores “rasos”, eran “compañeros”.

En función del análisis realizado se constató que no existe una sola acepción del “ellos” y el “nosotros” en la descripción del proceso de identificación de los jóvenes redactores y pasantes de estos diarios. Por ejemplo, “los de arriba” podían convertirse parte del nosotros cuando en Tiempo se hacía referencia a Clarín; o a la inversa, en aquellos casos donde predominaba la empatía con colegas de este medio en contextos de protesta laboral. Y ello no entrañaba una contradicción, sino que es una característica del propio proceso en el cual los periodistas utilizan aquellas categorías que les permiten interpretar las situaciones, compartir puntos de vista y necesidades con ciertos actores y no otros, y actuar en consonancia a la posición adoptada.

Por lo expuesto, se concluyó que un análisis que pretenda abarcar las distintas dimensiones de la socialización laboral exige comprender tanto las preguntas acerca del aprendizaje de prácticas laborales concretas, como aquellas cuestiones que indaguen en identidad de los actores involucrados, y que refieran al modo en el cual las prácticas laborales y las relaciones sociales son vividas y sentidas. La sociabilidad y la identificación nos hablan de los valores y los sentimientos que fundamentan cada una de las prácticas analizadas y se vinculan con las posiciones que los jóvenes periodistas ocupan en el mundo periodístico.

Continuidad y discontinuidad laboral

La quinta dimensión de análisis se preguntó por las chances de continuidad laboral de los jóvenes que habían ingresado en Página/12 y en Tiempo Argentino. Atendiendo al contexto de crisis del mercado laboral en la prensa en la actualidad, los más jóvenes recurrieron a estrategias individuales y colectivas para ser empleados en estas organizaciones periodísticas.

Se observó que, a diferencia del recorrido evidenciado en las trayectorias de los estudiantes que se postularon a las pasantías, las chances de conseguir un empleo estable en un medio de comunicación dependieron más de la red de contactos que los jóvenes hayan establecido con integrantes del mundo periodístico que de sus aptitudes profesionales. Las estrategias empleadas para insertarse en planta permanente tanto en Página/12 como en Tiempo Argentino contrastaron la formalidad exigida en el proceso de reclutamiento de pasantes, que en su mayoría habían sido evaluados por sus antecedentes académicos y sus potencialidades como periodistas. A la hora de ingresar a trabajar en los medios de prensa, el canal más efectivo corre por cuenta de la red de relaciones en la cual se hallan inmersos.

Por definición, las pasantías exponen a los más jóvenes a una pertenencia breve en los espacios laborales. Concebidas como instancias de formación educativa, en la práctica los pasantes actuaron como “un/a redactor/a más” de la Redacción de Página/12. Los trabajadores del diario interpretaron que el medio “deja ir” a los jóvenes cuando ya se encuentran capacitados para desarrollarse profesionalmente –y superaron el rito de pasaje. La empresa optó por resolver parte del trabajo cotidiano apelando al sistema de pasantías educativas que brinda recursos humanos sin la necesidad de incorporar trabajadores en planta permanente.

La permanencia en el campo periodístico como periodistas colaboradores se presentó ante los pasantes como una de las opciones más accesibles, pero en condiciones laborales signadas por la precarización. Además, las colaboraciones se diferenciaron entre su carácter permanente –que brinda una mayor estabilidad laboral, aunque por debajo de la que gozan los trabajadores en planta permanente– o esporádico, tendiendo a ser este último el que predomina en el caso de los ex pasantes del diario. Este camino no garantiza una permanencia en el campo a largo plazo y tiende a concebirse como una opción transitoria durante la búsqueda de un empleo que brinde mayor estabilidad.

Tiempo Argentino representó un caso paradigmático de las estrategias colectivas implementadas de cara a la búsqueda de continuidad laboral en el mundo periodístico. En el marco del análisis sobre la continuidad laboral de los periodistas más jóvenes de este medio, se identificaron tres condiciones de posibilidad de la cooperativa: la sociabilidad de la Redacción de este medio, la preeminencia de la identidad laboral sobre otras adscripciones identitarias, y el factor político-moral que signó el apoyo de los lectores y un sector de la población identificado políticamente con el kirchnerismo y desencantado con el proceso político en ciernes desde fines del año 2015 (Rosenberg, 2018a). Si bien la participación en un medio autogestivo no resulta una práctica excepcional entre los trabajadores de prensa -habituados por otra parte a sucesivos cambios en la gestión de las empresas periodísticas y a frecuentes cierres de medios- el caso de Tiempo Argentino se consolidó en el último tiempo como una excepción en una larga etapa marcada por la reducción de medios de comunicación y los despidos masivos (SIPREBA, 2019).

CONCLUSIÓN

Este artículo se propuso analizar comparativamente la socialización laboral en dos medios de prensa, con el objeto de conocer cómo aprenden el oficio los integrantes más jóvenes del mundo periodístico. Para ello, se propuso un modelo de análisis construido a partir de categorías que emergieron del trabajo de campo: los canales de ingreso al mundo periodístico, los ritos de pasaje en la carrera laboral, las formas de socialización, los procesos de identificación y la continuidad laboral. Este esquema se aplicó al conocimiento de las trayectorias de periodistas jóvenes, pero puede resultar de utilidad para el estudio de otros oficios y profesiones.

Cada una de estas dimensiones de análisis fue abordada desde un enfoque interaccionista, según el cual los conocimientos y los sentidos asociados a las prácticas que realizan los actores son incorporados en situaciones de interacción con los demás.

El análisis de la socialización no circunscribió sus hallazgos a las trayectorias individuales, sino que se propuso alumbrar sobre la dinámica interna de funcionamiento de los medios de comunicación en cuestión. Atendiendo a esto último, es que esta investigación tuvo como propósito realizar un aporte a la sociología del periodismo que indaga sobre la participación de diferentes actores involucrados en el mundo periodístico, pero también en las condiciones de funcionamiento de los medios informativos.

Conocer la vida interna de las Redacciones explica las transformaciones que asisten al periodismo y a los medios en la actualidad. Los periodistas no son los medios, pero sus prácticas y representaciones nos permiten conocer a estos últimos y comprender el modo en que interactúan con actores de la esfera política y económica y participan en la construcción de la realidad social.

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NOTAS

1.- Se trata de empresas periodísticas que, durante el período de elaboración de este estudio, tenían estructuras intermedias (en vista a las dimensiones de su staff y su tirada). Ello hacía comparables estos casos, además de sus líneas editoriales homólogas que eran afines al oficialismo nacional en el período analizado. Las diferencias entre ambos medios se presentaban en lo relativo a la posición que cada uno ocupaba en el campo periodístico: Cuando Página/12 ya tenía veinticinco años de trayectoria y había alcanzado un reconocimiento en virtud de investigaciones sobre casos de corrupción y sus coberturas en materia de derechos humanos, Tiempo Argentino recién iniciaba su camino en 2010. El nuevo medio se identificó prontamente con el proyecto político kirchnerista, encontrando en ello puntos de contacto con su competidor. Otra divergencia entre ambos medios resulta de su posición en el siempre cambiante mapa de medios local durante el lustro que comprendió la investigación: se comenzó analizando el caso de Tiempo Argentino cuando formaba parte del multimedio Grupo 23. Al concluir esta investigación, el grupo se disolvió y comenzó a gestarse el proyecto de la cooperativa Por Más Tiempo. Por el contrario, Página/12, que era editado por la empresa La Página S.A que sólo producía este diario, pasó a integrar el floreciente multimedio Grupo Octubre a inicios de 2016. Estos cambios se produjeron en simultáneo con la transición política del kirchnerismo al macrismo en el gobierno nacional, brindando una muestra de los condicionamientos ante los que se hallan los medios y sus trabajadores en escenarios políticos tan cambiantes.

2.- A pesar de que el “Estatuto del periodista profesional” (Ley Nº 12.908) establece la obligatoriedad de la inscripción en la Matrícula Nacional de Periodistas y la obtención de un carnet profesional para el ejercicio de la profesión, ello no tiene vigencia en la práctica. Sobre esta cuestión se puede consultar en Suárez (2016).

3.- Jacinto y Dursi (2010) caracterizan las pasantías como “mecanismos de socialización laboral” en contextos como el local donde la inserción laboral de los jóvenes por vías formales y a largo plazo resulta cada vez menos frecuente.

 

4.- Una excepción notoria representa la investigación de Roy sobre el trabajo de operarios de fábrica, donde, a través de observación participante, el autor ejemplifica cómo la interacción informal entre los miembros de un grupo de trabajo resulta “una fuente clave de satisfacción” (Roy 1959: 166).

5.- En Rosenberg (2018a) se analiza la sociabilidad en Tiempo Argentino como uno de los factores principales para explicar la conformación de la cooperativa de trabajo Por Más Tiempo en el año 2016.

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