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Silvina Aida Romero[1]

Agradecimientos

En primer momento quisiera agradecer por la iniciativa  de los conversatorios “Investigar Educación en Pandemia. Problemas y horizontes de posibilidad” a la Dra. Analía Errobidart y a todo el equipo de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Entiendo que estos ciclos de charlas contribuyen al fortalecimiento interinstitucional de las universidades al poner en diálogo saberes y experiencias  de investigación. Considero que el conocimiento es una construcción colectiva que se hace con otrxs, en ese sentido, este espacio se constituye en  una oportunidad para seguir reflexionando y pensando sobre las prácticas investigativas en las universidades y para consolidar y mejorar  las mismas. Escuchar y compartir  formas  y metodologías de acercamiento a los conocimientos es una tarea  que ayuda a todo investigador a reflexionar sobre su propia práctica y a pensar sobre  el sentido social que la investigación tiene en las universidades. Adentrándonos en el objeto de investigación que nos convoca, la educación, observamos que  la relevancia social que tiene  de por sí se vio complejizada en  tiempos de pandemia y post pandemia, aparecieron nuevos problemas y otros que se resignificaron.  ¿Cómo acontece este fenómeno en un contexto en donde los vínculos se vieron condicionados por la virtualidad?  Así, objeto y metodologías de investigación se vieron fuertemente afectadas, reflexionar sobre este acontecimiento  es la tarea que nos convoca.

En una primera parte presentaré las características de la investigación que nuestro equipo está desarrollando, luego referiré a cómo el objeto de indagación intervención se vio condicionado por la pandemia, finalmente me referiré a las condiciones de posibilidad para investigar  en la universidad en estos tiempos. 

Investigar la emancipación

Hace tiempo que junto  al equipo de investigación nos propusimos  investigar prácticas sociales  que se pretenden emancipadoras, pero ¿qué entendemos por emancipación? ¿Por qué investigar procesos emancipatorios? Optar por las prácticas emancipatorias en tanto objeto de estudio presupone tanto un desacuerdo con el sistema social actual  como una apuesta a las experiencias de transformación social que a lo largo y ancho del mundo impugnan el orden establecido. Nos proponemos vincular el trabajo intelectual con las fuerzas sociales que luchan por construir un orden social más justo. Esto no puede realizarse sino desde el pensamiento crítico y por tanto, hundidos los pies en el barro del capitalismo, se trata de dirigir la mirada y aprehender desde y con experiencias que ensayan y prefiguran otros mundos posibles.

En ese sentido, nos alejamos de la forma tradicional de hacer ciencia, buscamos hacer una ciencia comprometida que pretenda la transformación del mundo. Es así que para investigar la emancipación nos involucramos, construimos y analizamos prácticas con los propios sujetos y juntxs pensamos la transformación. Consideramos que la emancipación no es una cosa en sí misma, sino un proceso, una construcción, un camino hacia una utopía posible. Así entre las varias experiencias en las que participamos intentamos visibilizar cómo se manifiestan las formas de dominación en tanto generadoras de injusticias y desigualdades. En ese proceso pretendimos articular las funciones de la Universidad: docencia, investigación y extensión en la búsqueda de la superación de esa partición inútilmente instaurada que obstaculiza pensar a la universidad como parte de la sociedad en donde aprendemos, nos comunicamos y creamos con otrxs. La complejidad de estudiar estos procesos  implica la construcción de una lógica de investigación diferente, se estudia mientras se hace, por eso la metodología de abordaje que consideramos es la investigación acción participativa (IAP).

La pandemia y la resignificación de los procesos  emancipatorios

La pandemia, en relación a los procesos investigativos, no solo implicó la reformulación de la práctica sino también la resignificación del objeto. ¿Cómo pensar en prácticas educativas emancipadoras cuando no podemos encontrarnos? Una de las características de las prácticas emancipatorias  se basa en los encuentros presenciales, ya que es ahí donde se produce el diálogo, se ponen en juego experiencias y sentidos, donde se problematiza la realidad, se crea ese clima social tan necesario  para darnos cuenta  de lo que nos pasa y por qué nos pasa. La situación sanitaria aisló a los sujetos, y, cuando se trató de intervenir, nos desafió a crear nuevas formas estar. La salud fue y aún sigue siendo lo prioritario. Sin la vida todo carece de sentido. Preservarla en todas sus manifestaciones es una tarea ineludible y para ello es necesario tomar conciencia de los efectos del hombre sobre el mundo natural.

En este contexto, nuestra única posibilidad de trabajo estuvo mediada por la tecnología. Nuestro territorio de intervención fueron escuelas secundarias en donde junto a docentes y estudiantes creamos y recreamos prácticas educativas transformadoras. Parte del equipo se encontraba en la etapa de sistematización de experiencias  y pudo continuar con la actividad sin mayor dificultad. Esto se debió a que previamente se habían construido vínculos entre los distintos participantes: se conocían, compartían una mirada del mundo, había confianza, empatía en algunos casos, afectos y un recorrido transitado que facilitó la reflexión y análisis de las experiencias. 

Sin embargo, otra parte del equipo debió reformular estrategias, nos cuestionamos: ¿Cómo crear el vínculo para el trabajo colectivo cuando no nos conocemos? ¿La tecnología nos permitiría  el trabajo de reflexión colectiva?  El desafío consistía en generar un espacio de encuentro a distancia. ¿Sería posible?

El trabajo en una primera instancia, resultó complejo poder coordinar  encuentros con las/os docentes de las escuelas secundarias no fue fácil. La situación hizo  que los y las docentes se encontraran desbordadas/os de trabajo: intentaban planificar clases y conectarse con les estudiantes por whatsApp, mail, classroom muchas veces sin éxito. Para ellxs  esa pasó a ser la prioridad.  No obstante, un grupo seguía demandando la necesidad de sistematizar sus prácticas, por lo que en septiembre decidimos empezar a encontrarnos de manera sincrónica por un espacio virtual. Conversamos sobre los desafíos que implica enseñar en una escuela secundaria técnica, con respecto a la necesidad de las clases prácticas, sobre todo en este especial contexto de pandemia. Además,  se rescataron los vínculos entre los propios docentes y sus estudiantes, las modificaciones y adaptaciones de los contenidos curriculares, la intención de generar proyectos pedagógicos como una estrategia. También se reflexionó  sobre inclusión, dada la situación de las familias de las/os estudiantes y de los problemas sociales en general, que atravesamos en estos tiempos.

Nos dimos cuenta que el trabajo podía ser posible, pero implicó una adaptación y la reconsideración de las formas de abordaje. Con algunos docentes pudimos crear vínculos y aún estamos trabajando con ellos. Con otrxs no fue factible. 

Respecto al proceso de investigación en tiempos de virtualidad, observamos que los registros  se facilitaron, la plataforma nos permitía grabar las reuniones para luego sistematizar y analizar los temas. Las reuniones del equipo de investigación también se vieron facilitadas por esta lógica.  En la actualidad lxs docentes investigadores tienen bajos salarios por lo que para subsistir cuentan con varios empleos. El contexto de aislamiento social  hizo que las reuniones virtuales fueran más fáciles de organizar, por ser los tiempos más flexibles,  aunque  el obstáculo fue la vida cotidiana del hogar, la precariedad de la conectividad, entre otras cuestiones sobre las que es necesario reflexionar.

Para finalizar, propongo pensar sobre las condiciones de posibilidad para investigar  en la universidad en estos tiempos.

Con o sin pandemia las tareas de investigación y extensión en las universidades no están lo suficientemente remuneradas. Por un lado, la sobrecarga de tareas docentes hace que estás se realicen de forma marginal, ocupando muchas veces tiempos como voluntariado. Por otro lado los fondos destinados a la investigación son insuficientes, obligando a los equipos a presentarse a concursos para obtenerlos, tarea que requiere tiempo de trabajo no pago,  se instaura una lógica de trabajo basada en la competencia que enajena a los integrantes de los equipos y a los propios procesos investigativos. Nos preguntamos: ¿cómo investigar prácticas emancipatorias cuando las políticas universitarias  tienden a consolidar lógicas de acceso a la investigación en la que se precarizan  el trabajo  de los  investigadores?

Les invito a seguir pensando sobre estas y otras problemáticas que nos interpelan hoy…



[1] Silvina Aida Romero: Doctora en Ciencias Sociales y Humanas por la UNLu, Máster en Informática Educativa por la UNED, Lic. en Ciencias de la Educación por la UNLu y Profesora de educación Primaria. Actualmente docente adjunta efectiva en Comunicación Educativa en la Lic. de Comunicación social de la UNSL. Directora de proyectos de investigación y extensión con temas referentes al campo de la Comunicación/educación. FCH- UNSL Proyecto de Investigación:   Prácticas emancipatorias: miradas desde la comunicación /educación: análisis de experiencias en la provincia de San Luis. PROIPRO 04/2420. Docente de cursos de posgrado. Autora de Libros, de capítulos de libros, de artículos en revistas. Educadora popular.

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