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foto BelnNombre del proyecto: Conocer para actuar. Propuestas de articulación institucional destinadas a sectores vulnerados de/en una ciudad de rango medio del centro bonaerense en el marco del impacto del Covid 19.

Autora: Belén Fernández Massara, Doctorado en Comunicación (UNLP). Diplomatura en Estudios sobre Jóvenes, Medios y Política (UNLP). Licenciatura y Profesorado en Comunicación Social (UNICEN).

Disciplina Científica: Comunicación Social

Campo de aplicación: Ciencias Sociales y Humanas

Directores: Patricia Pérez

Lugar de trabajo: PROIMCOMSCI - FACSO-UNICEN

 

Resumen

Este artículo tematiza las vinculaciones entre apropiación digital y ciudadanía. Ofrece contribuciones a la investigación en el marco del proyecto de la FACSO- UNICEN, en atención a las condiciones de vida de los sectores vulnerados a partir de la pandemia por COVID-19. Las preocupaciones sobre el rol de la tecnología no son, por supuesto, novedosas. Pero en un escenario de aislamiento prolongado, las oportunidades de uso digital rigen toda la vida cotidiana. En principio, parecen concretarse las promesas de igualación democrática: todas y todos nos comunicamos a través de computadoras, tablets y teléfonos celulares. Sin embargo, asumida Internet como servicio público, emerge una contradicción evidente: las desigualdades cada vez más agudas en los tipos y niveles de acceso digital.

Estas consideraciones conllevan entonces otra pregunta: ¿cuáles son las posibilidades que ofrecen –o limitan- las tecnologías en el ejercicio de la ciudadanía? El acceso material es condición necesaria pero no suficiente. Es indispensable que las personas se apropien de las TIC, de acuerdo a objetivos propios: acceder a información certera y fiable, producir conocimiento socialmente válido, visibilizar sus condiciones vulnerables y movilizarse efectivamente hacia sus cambios. Asumimos que la categoría de ciudadanía cultural ofrece mayor densidad explicativa, que permite pasar de una ciudadanía formal basada en derechos, a una ciudadanía cultural en el reconocimiento de la diversidad y la participación efectiva.

Palabras clave: apropiación de tecnologías, ciudadanía cultural, participación social.  

Introducción

En una publicación reciente, Néstor García Canclini (2020) sostiene que la pandemia por COVID-19 muestra que estamos transitando el pasaje de un capitalismo de la precariedad, que abulta sus ganancias agravando la injusticia y la inseguridad social, a un capitalismo de la prescindibilidad. En Argentina, la crisis sanitaria y la consecuente política del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), ponen en evidencia un alto grado de fragmentación, agravando situaciones como la pérdida o inestabilidad de los trabajos, el crecimiento de la pobreza, el aumento exponencial de violencia familiar y de género, la desigualdad educativa y el abandono escolar en sus distintos niveles, entre muchas otras.

Este escenario renueva para la Universidad Pública un compromiso que es, al mismo tiempo, teórico y político: comprender críticamente y contribuir a atenuar las profundas dificultades de vastos sectores de la sociedad. Nuestro proyecto radicado en la FACSO- UNICEN pone especial énfasis en los modos en que estos sectores vulnerados experimentan la situación del ASPO, los lugares de actuación que promueven y los canales que dinamizan para hacer valer sus derechos, incluso negociar o resistir sus condiciones de emergencia.

Tales condiciones están necesariamente mediadas por procesos de apropiación de tecnologías de la información y la comunicación (TIC). En procesos de globalización, los procesos de selección, inversión y desarrollo tecnológico, la presencia (o no) de políticas tendientes a atenuar la brecha digital, las actuaciones estructuralmente mediadas por las TIC, se inscriben dentro de relaciones sociales y económicas existentes y responden, en un orden social concreto, a sus usos y ventajas particulares (Williams, 2018).

Compartimos algunas reflexiones sobre los sentidos y alcances de la ciudadanía mediada por las tecnologías interactivas. Los estudios de comunicación recuperan aquí las contribuciones de la antropología social y la teoría política, entre otras, para operar dos desplazamientos conceptuales cuya discusión se propone en este artículo. En primer lugar, las tecnologías no se reducen a los dispositivos, sino que comprenden las prácticas, lenguajes y sensibilidades que se ponen en juego en condiciones de uso o no-uso. En segundo lugar, la ciudadanía ha de pensarse como espacio socio-histórico en construcción, y no como mero status universal. Entendidas como ciudadanías (en plural), tienen a la diversidad cultural como una dimensión constitutiva. Las distintas posiciones intervienen en múltiples ámbitos, como las calles, las organizaciones comunitarias y las redes sociales.  

Discusiones teóricas

Las iniciativas de inclusión digital se orientan a disminuir las desigualdades en los accesos a las tecnologías interactivas. Los Estados nacionales se han involucrado en promover más y mejores oportunidades de inclusión social, digital y educativa. El Programa Conectar Igualdad constituyó sin duda la política pública más importante del país, interrumpida en 2015 durante el gobierno de Mauricio Macri. En medio del ASPO, el actual presidente Alberto Fernández se comprometió a recuperar la propuesta de integración de tecnologías en las instituciones educativas, al tiempo que ha ratificado el acceso a Internet y telefonía como servicios públicos.

Las tematizaciones sobre la apropiación de TIC asumen una posición crítica que rechazan los determinismos: aquellos que las ubican en una relación inexorable con sus beneficios sociales, naturalizando así las relaciones de poder que las estructuran. A propósito de su dimensión política, acompañamos a Morales (2017) en sus definiciones de apropiación digital en tanto supone una elucidación sobre los condicionamientos sociales e ideológicos atribuibles a las TIC que permite a los actores la adopción y adaptación creativa de esos dispositivos en función de la construcción de proyectos de autonomía individual y colectiva.

La categoría de apropiación de tecnologías es consistente con una ciudadanía cultural: la construcción de hegemonía comporta la participación como alternativa para la construcción de consensos. Internet es, a la vez, motor de acumulación económica de los sectores poderosos, y espacio de visibilidad y demanda para amplios sectores postergados. Pero actualmente estos cambios no se basan en la acción directa, sino en lo que la teoría crítica entiende como lucha por el reconocimiento, de acuerdo a Honneth (Roggerone, 2019).

La problemática TIC/ciudadanía conduce a otra cuestión: la necesidad de ampliar una ciudadanía basada en derechos, hacia aquella definida por las capacidades de participación en el espacio público (Habermas, 1997). Estas experiencias están hoy tecnológicamente mediadas. ¿Qué significa esa mediación? Que las personas, grupos y colectivos sociales interpelan al Estado y a otros actores mediante un uso estratégico dirigido a la visibilización pública de sus reclamos y la movilización para su cumplimiento. En un contexto de aislamiento, Twitter, Facebook y WhatsApp son vitales componentes de esas luchas.

Definimos a la ciudadanía cultural como una construcción socio-histórica donde los sujetos se constituyen en miembros de un Estado de derecho, pero a la vez se involucran como agentes en procesos de participación proactiva, reflexiva y responsable en el espacio público. La ciudadanía cultural contiene y supera las nociones clásicas basadas en derechos (ciudadanía política, civil y social) hasta la más novedosas como ciudadanía juvenil y comunicativa, al tiempo que somete a discusión los conceptos de ciudadanía consumidora y ciudadanía digital, por considerarlas reduccionistas o ligadas a intereses dominantes. 

En suma, estas experiencias conllevan formas novedosas de hacer política, cuando plataformas y redes sociales se utilizan como lugares de expresión, organización y convocatoria de movimientos que desplazan constantemente los territorios de participación. Estos procesos tienden a descentrar y desterritorializar las posibilidades mismas de la producción cultural y sus dispositivos (Martín Barbero, 2010). Es así que los sectores populares ejercen una consciencia práctica que habilita formas de negociar los alcances de las políticas de aislamiento y, en sentido más amplio, de intervenir en las discusiones que hacen al bien común, haciendo de las TIC un uso crítico y orientado a la transformación. 

Apuntes finales

Las condiciones de apropiación digital cobran una importancia decisiva en un escenario de crisis. Es necesario alentar políticas públicas que promuevan condiciones equitativas, en vías de generar oportunidades efectivas para que todas las personas puedan integrarse plenamente a la sociedad de la que forman parte. Por una parte, las relaciones TIC/ciudadanía apelan a derechos como el acceso físico y el dominio operativo, hasta la libertad de expresión, de consciencia y de manifestación en línea. Segundo, una ciudadanía efectiva se sustenta en la capacidad de agenciamiento y en la lucha activa por el reconocimiento, con el propósito de superar el derecho abstracto de la democracia para implicar las diversas prácticas que permiten a los sujetos intervenir reflexivamente en la ciudad y en el mundo. 

Un proyecto de autonomía puede contribuir a comprender y desarrollar capacidades ciudadanas. En diversas formas de participación, los sectores populares operan complejas negociaciones (o negaciones) de las condiciones de “prescindibilidad” a las que hoy parece resignarlos la sociedad capitalista. De ahí que la investigación no puede relegar las vinculaciones que efectivamente establecen con las TIC en su vida cotidiana, sus condiciones más o menos favorables de apropiación digital y las experiencias que movilizan hacia el cumplimiento de derechos, incluyendo el derecho a la información y la comunicación.

Bibliografía

Martín Barbero, J. (2010). Convergencia digital y diversidad cultural. En De Moraes, D. (comp.), Mutaciones de lo visible. Comunicación y procesos culturales en la era digital. Buenos Aires: Paidós.

Morales, S. (2017). Imaginación y software: aportes para la construcción del paradigma de la apropiación. En Cabello, R. y López, A., Contribuciones al estudio de procesos de apropiación de tecnologías. Buenos Aires: Gato Gris, RIAT. 

Roggerone, S. (2019) Poder, reconocimiento, libertad: la teoría crítica de Axel Honneth. En ¿Alguien dijo crisis del marxismo? Axel Honneth, Slavoj Zizek y las nuevas teorías críticas de la sociedad. Prometeo: Buenos Aires.Williams, R. (2018). La política del modernismo. Buenos Aires: Godot.

 [1]Canclini y Habermas están desordenados Xb

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