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patagiselaNombre del proyecto: Conocer para actuar. Propuestas de articulación institucional destinadas a sectores vulnerados de/en una ciudad de rango medio del centro bonaerense en el marco del impacto del Covid 19[1].

Autoras: Patricia Pérez Lic. en Comunicación Social y Gisela Giamberardino Dra. en Sociología de los fenómenos internacionales, del territorio y el Trabajo Social

Disciplina Científica: Comunicación Social y Trabajo Social

Campo de aplicación: Ciencias Sociales y Ciencias Humanas

Directores: Patricia Pérez

Lugar de trabajo: PROINCOMSCI – FACSO -UNICEN

 

Resumen

El desarrollo recorre muy someramente algunos aspectos que se vieron modificados a partir del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio dispuesto en el país como consecuencia de la pandemia  mundial causada por el covid 19. Asimismo pretende brindar un panorama acerca de cómo hacer para investigar desde las ciencias sociales y humanas en las condiciones que impone la pandemia, con la mediación de las tecnologías de la información y la comunicación; pero sobre todo, enfatiza en la necesidad de pensar nuevos rumbos para la las investigaciones sociales desde la puesta en marcha de metodologías feministas.  Entendemos por metodología feminista a una forma de producir conocimientos dejando de lados los sesgos androcéntricos y las formas sexistas que históricamente han permeado las investigaciones. La pandemia afecta de manera diferencias a las personas de acuerdo al lugar que cada quien ocupa en la sociedad; entre las personas más afectadas, encontramos a las mujeres y a las disidencias de los sectores más vulnerados de nuestra ciudad.

Palabras clave: Pandemia- metodología feminista- violencia por razones de género.

Desarrollo

Cuando mediaba el mes de marzo, el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nro. 297/2020 dispuso el “Aislamiento social, preventivo y obligatorio” (ASPO de ahora en más) por la pandemia del COVD 19 modificó plenamente la vida de las personas en el país. Un sinfín de medidas aparecieron concatenadas a este decreto en todas las instituciones y organizaciones que son parte de nuestra propia existencia -tanto las estatales como las que denominamos de la sociedad civil-. Una cantidad de prácticas antes socializadas, también, recayeron para su resolución al interior de los hogares. Inmediatamente, con las recomendaciones de las autoridades sanitarias y con más oscuros que claros sobre el momento particular, nos dispusimos a seguir aportando al conocimiento aún con posibilidades de acercamiento rarificado a nuestro campo de estudio y a nuestros/as informantes.

Atravesar la pandemia y seguir trabajando desde la mediación de las tecnologías de la información y la comunicación es todo un desafío complejo: entrevistas por teléfono, poner la mirada en las producciones comunicacionales mediáticas como insumos clave, encuentros virtuales con el uso de diferentes plataformas, etnografías digitales. Se impuso como imperativo sanitario pesquisar desde otro lugar.

Más complejo es aun cuando la tarea es investigar e intentar transmitir la importancia de hacerlo considerando lo que las feministas denominamos “investigar con perspectiva de género”. ¿A qué llamamos perspectiva de género? ¿Qué es investigar desde estos principios? A eso nos referiremos en este breve aporte.

La perspectiva de género nos permite mirar las cosas desde otro lugar, nos posibilita acercarnos de manera diferente a aquello que es de nuestro interés entender cómo y porqué “funciona” de una manera dada. Invita a que razonemos por qué históricamente han existido desigualdades e inequidades de género en todos los aspectos sociales (económicos, políticos, culturales, biomédicos, jurídicos, educativos, etc.). Nos muestra, entonces, las posiciones desiguales y de subordinación que las mujeres (también las disidencias sexuales) hemos tenido históricamente con los varones. Esas posiciones son ubicuas y están entramadas en relaciones de poder. Pero, la perspectiva de género también nos promueve hacia la posibilidad de evidenciar cómo estas sociedades patriarcales que tenemos, basadas en un orden sexogenérico heteronormado, son profundamente discriminatorias y excluyentes de todo aquellos pareceres, subjetividades, actividades, prácticas, orientaciones y demás aspectos que no se asemejan a esa lógica naturalizada, inequitativa y desigual existente. En definitiva, la perspectiva de género nos incita continuamente a querer desestabilizar lo aprendido (en términos de teorías y de prácticas concretas) para pensar en nuevas formas posibles de construcción compartida de sociedades y ciudadanías más igualitarias y equitativas.

Ahora bien, dado este primer panorama general, investigar en Ciencias Sociales con perspectiva de género no ha sido una tarea fácil. Los “universales masculinos” que incluyen el todo y la nada en la misma mirada, han subordinado en esa lógica todas las otras existencias no masculinas -dominantes- prevaleciendo en la academia. Esto se debe, probablemente, a que tampoco nunca ha sido fácil incorporar el concepto de género en nuestras prácticas. Está aceptada y es incuestionable pensar la desigualdad de clase como causante de graves problemáticas; sin embargo, la desigualdad de género como productora de prácticas nocivas no se considera como debiera ser. Junto con Giamberardino (2020) nos preguntamos: “¿De qué manera las universidades y los demás ámbitos que validan conocimiento (como científico), participan del proceso por el cual el género se vuelve un organizador social, y por ende un distribuidor de poder?”; la autora, insiste en la necesidad de proponer una crítica epistemológica, que contenga “tanto los modos de construcción y validación de conocimiento, como el lenguaje utilizado, las categorías de análisis y sobre todo los paradigmas teóricos bajo los cuales nos han enseñado (y muchas veces enseñamos) a pensar científicamente (o en términos de saberes especializados” (2020:178)

Y allí, entre el prejuicio, el confort, el desconocimiento y los “universales” se balancean las Ciencias Sociales que no se animan de pleno a dejar lo viejo y los privilegios obtenidos para analizar desde otros lugares los procesos sociales entre los que estamos inmersas e investigamos.

Sostener una metodología de investigación feminista es prioritario, por lo que expresaremos más abajo. ¿Y de qué hablamos cuando hacemos mención a esta manera de investigar? Básicamente hacemos referencia a una forma de producir conocimientos que pueda orientar la práctica específicamente en las actividades concretas de las mujeres y disidencias -cualesquiera fueran estas- dejando de lados los sesgos androcéntricos y las formas sexistas que históricamente han permeado las investigaciones. En este sentido, acordamos también con Castañeda Salgado (2019) cuando supone que en este tipo de investigaciones es imprescindible “implementar procesos de generación de conocimientos centrados en la intersubjetividad; contribuir a la transformación radical de la ciencia y la academia; recuperar la noción de la ciencia como práctica social y del conocimiento científico como producto que debe ser socializado por ser parte de los satisfactores de la vida de los seres humanos; romper con el carácter instrumental de la ciencia y la investigación para recuperar la epistemofilia de las mujeres; demostrar que la transformación social no sólo es una aspiración utópica, sino que se puede impulsar en todos los espacios en los que actúan las feministas” (2019:20)

Indefectiblemente, la pertenencia de clase afecta de manera diferente por la pandemia. ¿Y las mujeres y disidencias al interior de esas clases sociales? sin lugar a dudas también. Para este proyecto sostenemos que debemos mirar con perspectiva de género lo que sucede en cada uno de los aspectos sociales que fueron modificados por el ASPO; así, las niñeces y juventudes, las violencias por motivo de género, las maneras de aprovisionamiento y las formas en las que se produce y apropia la información, junto con las lógicas que asume la institucionalidad del estado o de las organizaciones de la sociedad civil son y serán consideradas en todo el trayecto del proceso investigativo desde ese particular enfoque.

Particularmente nos interesa proponer algunas maneras de mitigar la violencia causada por razones de género en los sectores más vulnerados de nuestra ciudad. Como ya adelantamos antes, somos las mujeres y las disidencias sexuales quienes más vemos alteradas nuestras vidas en ASPO. Para Pérez (2018) “La violencia de género o violencia machista es un problema que está actualmente en la agenda de gobierno, en la agenda mediática y también en la de las UUNN; no se trata de una situación que responde a una cuestión de “moda”, sino al mayor grado de visibilización sostenido desde la fuerte incidencia del feminismo en la sociedad” (2018:4). En este sentido, algunos datos provistos por el recientemente creado Ministerio de las Mujeres Géneros y Diversidad de la Nación indican que las acciones de violencia por razones de género en nuestro país se han recrudecido en el contexto de pandemia. (https://www.argentina.gob.ar/generos/linea-144/informacion-estadistica).

Ahora bien, desarrollar en ASPO una investigación no es tarea ni cómoda ni ingenua; con la premisa de trabajar para las mujeres y con las mujeres -modificando esos esquemas de producción de conocimiento tradicionales- pensamos en arribar a un campo mediado por las tecnologías de la información y la comunicación atendiendo a diseños que incluyan las demandas y las necesidades de las mujeres; esto no es meramente “sumarlas”, sino y sobre todo, escuchar sus demandas, revalorizar sus saberes y hacer junto con ellas propuestas de transformación posible en las instituciones estatales y en las organizaciones de la sociedad civil que transitamos con pretensión de que su vez puedan incidir en las unidades domésticas. Una metodología de investigación feminista puede utilizar las técnicas de recolección y análisis de datos usuales para cada campo disciplinar; sin embargo, incorpora en los instrumentos la consideración necesaria para que se pueda visibilizar cómo se da al interior de las unidades domésticas, o de las instituciones del estado y de las organizaciones de la sociedad civil, por ejemplo, la división social y sexo genérica de los cuidados en todos esos ámbitos y la valorización de las diferentes tareas; la forma en la que se distribuyen los recursos y quiénes resultan con mayor beneficio de estos, la manera en la que se toman las decisiones y a quiénes afectan las violencia por razones de género. En relación a los resultados de la investigación, -siempre parciales, siempre fluctuantes por el contexto- hay que incorporar las voces consensuadas de las mujeres porque esta práctica feminista para investigar realidades de sectores vulnerados co-construye conocimiento junto con ellas; co-demanda cambios; no las subsume al todo, ni universaliza sus conclusiones provisorias.

Sin lugar a dudas, la pandemia y el ASPO modificarán varias prácticas sociales; nos ratifican que la experiencia inédita dejará, incluso, temáticas novedosas para profundizar en el marco de las Ciencias Sociales en general y en la Comunicación Social en particular. La pretensión es poder modificar un estado de cosas que no resulta favorable para nosotras, pero que sí, afecta al todo.

Bibliografía

Castañeda Salgado, Martha (2019). “Perspectivas y aportes de la investigación feminista a la emancipación”. En: Otras formas de (des)aprender. Investigación feminista en tiempos de violencia, resistencias y decolonialidad. Bilbao, Hegoa; SIMReF, 1vol; 978-84-16257-40-9, Español, Euskera.

Giamberardino, Gisela (2020). “Batallar entre paradigmas. Orientaciones teóricas-epistemológicas en torno a prácticas y sentidos feministas (y disidentes) en las ciencias” En: Revista Plaza Pública Núm. 22 (12): Sujetxs colectivxs, territorialidad y Trabajo Social en tiempos de precarización de la vida. Tandil. WEB: www.fch.unicen.edu.ar/plazapublica

Pérez, Patricia (2018). “Análisis sobre las representaciones acerca de la violencia de género en contextos académicos”. Presentado en: Programa de Apoyo al Fortalecimiento de la Ciencia y la Técnica en la UNICEN/ Subsidios a proyectos en áreas de menor desarrollo relativo. Mímeo



[1]Resolución de Adjudicación Nº 170/2020 Anexo IF-2020-37418385-APN-SSFCTEI#MCT, fue beneficiado para ejecutar su proyecto presentado en el marco del “PROGRAMA DE ARTICULACIÓN Y FORTALECIMIENTO FEDERAL DE LAS CAPACIDADES EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA COVID-19”. Identificación de proyecto: BUE 161. Código de seguimiento de Expediente Electrónico GDE: BSAS 22 COVID FEDERAL EX-2020-38759129- -APN-DDYGD#MECCYT

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