A tantos kilómetros de la Justicia...
La Corte anuló la personería jurídica de seis comunidades mapuches
Lo hizo a pedido de la provincia de Neuquén, argumentándose que ella no había sido consultada por el Gobierno nacional en el año 2002.
De esta manera, ante la solicitud de la provincia de Neuquén, la Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró la nulidad de la personería jurídica otorgada por el Gobierno nacional a seis comunidades mapuches por el Gobierno nacional a través del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).
La decisión del máximo tribunal fue adoptada por sus cinco miembros, con el voto propio del juez Horacio Rosatti, en su último acuerdo de ministros, el mismo en el que se resolvió no renovar la presidencia del máximo tribunal a Ricardo Lorenzetti y otorgársela a Carlos Rosenkrantz para el próximo período de tres años, que comenzará en tres semanas.
Dieciséis años después, desaparecieron del mapa legal estas comunidades mapuches que habían nacido al amparo de la Nación bajo la presidencia de Eduardo Duhalde en forma previa a que Vaca Muerta comenzara a ingresar en el interés económico de la provincia.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró la nulidad de la personería jurídica otorgada en 2002 a seis comunidades mapuches por el Gobierno nacional a través del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).
Básicamente se rechazó que el INAI le haya otorgado la personería a las comunidades Lof Gelay Ko, Lof Lonko Purran, Lof Lefiman, Lof Wiñoy Tayin Raquizuam, Lof Maripil y Lof Wiñoy Folil, “sin participación ni conocimiento previo de la Provincia del Neuquén”. La medida fue previa a la ley 26.160 que se sancionó tres años después, durante el kirchnerismo, que estableció un parate al desalojo de comunidades indígenas.
Falló contra el gobierno nacional al indicar que “el INAI ha actuado sin el debido respeto a los poderes concurrentes de la provincia en la materia, por lo que corresponde declarar su nulidad”.
Insistió que la Provincia del Neuquén “no fue informada ni consultada respecto de lo solicitado por las comunidades y, por consiguiente, no participó en la conformación del conjunto de datos que resultan relevantes para reconocer a una comunidad aborigen con personería jurídica”.
Para que quede claro, el fallo fue taxativo: “El organismo nacional, en el marco del régimen constitucional vigente, no tiene, el poder de otorgar la personería a las comunidades en tanto subsistan objeciones de la Provincia del Neuquén”.
Reforma constitucional en Chile. Reconocimiento de los Pueblos Originarios
La iniciativa busca garantizar la igualdad salarial entre hombres y mujeres y reconocer a los pueblos aborígenes.
Además, amplía la protección de los derechos civiles.
La presidenta chilena Michelle Bachelet firmó un proyecto para redactar una nueva constitución que garantiza la igualdad salarial entre hombres y mujeres, reconoce a los pueblos aborígenes y amplía la protección de los derechos civiles.
La firma de la iniciativa y su envío al Congreso se produjo a sólo cinco días del término de su mandato, lo que despertó críticas de oficialistas y opositores.
Pero es poco probable que el proyecto prospere en el Congreso, donde no hay una mayoría clara. A su vez, Bachelet será sucedida el próximo lunes por el centroderechista Sebastián Piñera, quien no se ha mostrado proclive a una reforma constitucional.
En un corto mensaje a la nación Bachelet explicó el lunes por cadena de radio y televisión los aspectos más destacados del proyecto. Dijo que la nueva constitución busca "proporcionar un marco normativo legítimo" en alusión a que la carta magna vigente fue redactada durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), aunque ha sufrido sucesivas reformas.
Enfatizó que la iniciativa protege los derechos al debido proceso, la huelga, la protección de los datos privados, la calidad de la salud, la vivienda, el trabajo y la gratuidad de la educación.
A su vez se eliminan los quórums que la actual carta magna exige para ser modificada -de dos tercios y hasta cuatro séptimos-, lo que virtualmente impide realizarle cambios.
También reduce drásticamente las facultades del Tribunal Constitucional que en la práctica actúa como una tercera cámara y que en reiteradas ocasiones ha revertido proyectos aprobados por el Congreso, como sucedió en 2017 con la ley que despenalizó el aborto por tres causas.
Respecto de los pueblos originarios, cuya población no supera el millón de los más de 17 millones de chilenos, Bachelet dijo que su reconocimiento constitucional es "una materia inaplazable". La nueva carta magna reconoce los derechos, identidad, cultura y legítima aspiración de tener una representación en el Congreso Nacional de los habitantes ancestrales de Chile.
Bachelet propuso una nueva constitución durante su campaña electoral pero una vez en el gobierno dejó claro que el proyecto no sería debatido ni aprobado durante su gestión (2014-2018).
Para Álvaro Elizalde, presidente del Partido Socialista, el envío del proyecto implica que "la presidenta una vez más demuestra que cumple sus compromisos", mientras su colega del liberal Partido Por la Democracia, Gonzalo Navarrete, señaló que su fuerza está disponible "para trabajar por una nueva constitución".
Sin embargo, Jacqueline van Rysselbergher, presidenta de la ultraderechista Unión Demócrata Independiente, opinó que "en la última semana de gobierno mandar un proyecto de esta naturaleza me parece casi una falta de respeto", mientras que el dirigente comunista Guillermo Teillier sostuvo que "aunque sea tarde es un texto que va a servir".
Fuente aquí
Ni banderas ni términos apócrifos
Acerca de la negación de argentinidad del pueblo mapuche y la pretensión de señalarlos como chilenos, como si ser chilenos fuera un deshonor, es una falacia total. Mapuche significa “gente de esta tierra”, hay mapuches en Chile y los hay en Argentina.
La Presidenta del Instituto de Culturas Aborígenes redacta lo siguiente: Azorada tras la lectura del artículo de Juan Manuel Lozita y Raúl Alejandro Verblud, publicado por el diario La Voz y titulado “Banderas y términos apócrifos”, quiero señalar una serie de errores conceptuales e históricos orientados hacia una peligrosa tendencia. Los autores de la publicación lamentan que se minimice un detalle, pues bien, yo creo que no hay que minimizar su mensaje.
Soy coya, madre y abuela que ama profundamente su país, Argentina, pero no la argentinidad fabricada por un decreto o por la imposición de mesianismos nacionalistas de los que tenemos sobrada experiencia y que nunca sembraron actos heroicos sino que diseminaron sangre y lágrimas de muchas familias compatriotas.
Soy una mujer “originaria” y, si no les gusta el término, soy aborigen, indígena, soy una “india”, que sabe que su cultura milenaria es raíz de este hermoso pueblo argentino. Soy “una india” segura de que las palabras “pueblos originarios” no siembran confusión sino señalan raíces, que tendrían que enorgullecer a la sociedad de este país.
El concepto de “Patria” es mucho más rico que lo definido por el artículo de Lozita y Verblud. La integridad cultural no supone la uniculturalidad en un país pluricultural. Esta multiculturalidad es real, no sólo porque la construyen también las sociedades indígenas, sino porque en su historia y tradición participaron hermanos “negros”, con orígenes afro, y personas de diversas naciones europeas como lo son España, Italia y otras, como así también familias de procedencia asiática. La unidad cultural será imposible si niega o desprecia la diversidad de culturas.
La expresión “son pocos los descendientes de nativos” contradice los datos de diversas universidades nacionales e incluso a un estudio realizado hace poco tiempo por este diario.
Falacias
Acerca de la negación de argentinidad del pueblo mapuche y la pretensión de señalarlos como chilenos, como si ser chilenos fuera un deshonor, es una falacia total. Mapuche significa “gente de esta tierra”, hay mapuches en Chile y los hay en Argentina.
Simplemente quiero recordar que la cordillera de los Andes, recurso orográfico que sirvió a ambos estados como límite territorial, fue desde siempre espacio de convergencias de los hermanos mapuches, que se movilizaban desde el Atlántico al Pacífico y viceversa.
Guste o no a quienes responden a un nacionalismo cerrado, los “pueblos originarios” preexisten a estos Estados. Aunque fuese cierto que todos los mapuches vienen de Chile, estas construcciones históricas olvidan que muchos de ellos están en Argentina desde hace siglos. Sería como negar a los bisnietos de italianos nacidos aquí la argentinidad porque sus antepasados vinieron de Europa.
En cuanto a “esa bandera a cuadros multicolores”, esa expresión me dolió en el alma por la descalificación que contiene. No es extraño que nacionalismos recalcitrantes sean descalificadores.
Por las dudas que estas personas no sepan, se llama Wipala y no es una bandera porque, como bien dicen estos autores, el término bandera es de la modernidad europea cuando surgieron los estados nacionales.
La Wipala es un emblema con una rica simbología y es anterior a la época colonial, es milenario, es preincaico. Lleva muchos mensajes y algunas resignificaciones, como por ejemplo cuando actualmente flamea en espacios populares está diciendo: ¡las culturas originarias seguimos existiendo! ¿Eso es peligroso? No es una moda ni una corriente exótica, es la esperanzadora concientización popular de los valores vigentes de las culturas ancestrales que enriquecen al país.
Flechas, identidad y tradición
¿Han pensado en las flechas?
¿Qué tan rápido vuelan y qué lejos llegan? Muy rápido, muy lejos.
Y sin embargo, antes de ir hacia delante tuvieron que ir hacia atrás, tensarse en la cuerda del arco, tomar fuerza e impulso.
Así, del mismo modo, nosotros los Pueblos Originarios, si queremos avanzar, necesitamos también las fuerzas que vienen de nuestras antiguas culturas, las tradiciones y la sabiduría de los ancianos.
Fuente aquí
Chile: mapuches buscan potenciar la economía de La Araucanía
En el hermano país de Chile, loncos y machis solicitaron al presidente Sebastián Piñera medidas para preservar la lengua y el desarrollo económico de las comunidades mapuches de La Araucanía.
Lo propio se haría por medio de tecnologías para preservar el mapudungún, la revitalización de autoridades ancestrales del pueblo y la creación de un fondo de inversión indígena.
El lonco Aniceto Norín Catrimán explicó que quiere recuperar la cultura mapuche, además de ser reconocidos y respetados.
El director de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, destacó la sabiduría de las autoridades ancestrales, apoyando su revitalización.
Por lo anterior, el Consejo de Loncos y la Corporación de Machis quedan a la espera de una respuesta para poder fomentar el desarrollo económico y social de las comunidades.
Fuente aquí
Página 48 de 55