Paraguay: mujeres indígenas reclaman al Estado más políticas públicas
Mujeres indígenas reclaman más políticas públicas al Estado
Trabajo, acceso a sanidad y medicina, educación y becas para los jóvenes, y garantía de tierras fueron algunas de las exigencias planteadas tras la celebración del II Encuentro Nacional de Mujeres Indígenas del Paraguay.
A través de conversatorios y debates en la ciudad de Luque (Gran Asunción), las más de 110 asistentes intercambiaron y analizaron los problemas de sus comunidades, con presencia de 15 pueblos indígenas, para trazar una hoja de ruta común para mejorar sus condiciones de vida.
En esos encuentros, organizados por la articulación Mujeres Indígenas de Paraguay (MYPY), las asistentes se encontraron con problemas comunes como “la persistencia de la extrema pobreza”, “la falta de acceso a un sistema de agua potable” o una “deuda histórica en materia de salud y educación”.
A eso añadieron otras complicaciones, como el aumento de los casos de abuso sexual y drogadicción, el embarazo adolescente, la violencia intrafamiliar o los escasos espacios de poder con los que cuentan las mujeres indígenas, “con apenas 6% de cacicas y lideresas”.
Ante esa realidad, las mujeres indígenas demandaron al gobierno que mejore los servicios y las infraestructuras en estas comunidades, y que canalice y atienda los pedidos que hacen ante el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) y el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert).
En cuanto a la cuestión del territorio, una de las principales preocupaciones de los pueblos indígenas, solicitaron el “aseguramiento de tierras y transferencia de títulos”, para evitar el alquiler de esos lugares, así como “proyectos de vivienda digna”, que sirvan para potenciar el trabajo y la artesanía local.
Las mujeres reivindicaron también “centros de salud para niños y jóvenes”, así como capacitación para ellas mismas sobre las leyes que atañen a sus comunidades.
En resumen, demandaron “un trabajo mancomunado entre todas las instituciones del Estado para desarrollar las políticas públicas que necesitamos”.
No obstante, las mujeres de este encuentro también expresaron en este manifiesto una lista de compromisos por su parte, como la lucha por una mejor calidad de vida para sus descendientes, la defensa y el mantenimiento de la cultura de los pueblos originarios y la denuncia de las situaciones de injusticia.
Esta fue la segunda ocasión en que las mujeres indígenas se reunieron en este Encuentro, cinco años después de la realización del primer evento, en el que también redactaron un documento con peticiones al Estado, de las que un lustro después dicen no haber visto resultados.
La población indígena de Paraguay asciende a unas 120.000 personas, el 76% de las cuales vive en situación de pobreza extrema y de marginación, debido principalmente a la apropiación indebida de sus tierras, según datos oficiales.
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El arte de los indígenas mexicanos mira al futuro
Mural de Tlacolulokos en Tlacolula de Matamoros (Oaxaca). COLECTIVO TLACOLULOKOS
Los jóvenes creadores formados en escuelas reivindican la artesanía de sus antepasados pero dan el salto a los museos
A mediados de este año que ahora acaba, la diseñadora Carolina Herrera presentó una colección de vestidos inspirados en los diseños textiles de los pueblos indígenas mexicanos, que se sintieron plagiados y mostraron públicamente una indignación que, como todo hoy en día, dio la vuelta al mundo en unas horas. “Lo indio está de moda, el buen salvaje es bonito”, dice con sorna el artista Darío Canul, zapoteco por parte de madre y maya por vía paterna. Y no anda desencaminado. Sin que pueda precisarse el origen de un fenómeno así, sin duda han influido factores como el turismo globalizado; un mundo occidental gastado que busca nuevos valores en aquellas poblaciones que los encarnan; la vuelta a la naturaleza como combate al cambio climático; o quizá un gesto de rebeldía hacia la igualdad que ya inició el movimiento zapatista en 1994. A este resurgir de lo originario se ha sumado con fuerza el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que presenta su mandato con ínfulas de cambio histórico y coronó su toma de posesión con una ceremonia prehispánica en el corazón indígena de México. No es extraño que ahora le toque al arte, con su vocación de intervención en el espacio público y político, traer a la actualidad la plástica de los pueblos indígenas.
La sociedad mexicana también está transitando el camino que ya recorrieron otros países, como Australia y Canadá en los noventa, para traer a la luz el arte de sus pueblos y equipararlo con el canon occidental imperante.
“En México hubo algún acercamiento en los años 50, con Frida Kahlo y Diego Rivera, pero muy medido, sin evolución artística. México todavía no se ha incorporado a una narrativa compleja que permita la entrada de ciertas prácticas indígenas al corpus del arte. Australia tiene grandes colecciones y en Canadá hay toda una retórica del arte contemporáneo indígena”, dice Helena Chávez, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
Bolsonaro propone una ley que permite la minería y la extracción petrolera en reservas indígenas
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció esta semana que presentará un proyecto de ley en el Parlamento que permitiría la explotación de recursos en tierras indígenas protegidas. La iniciativa —que incluye la minería, la extracción de petróleo y gas, la construcción de hidroeléctricas y la exploración de tierras para agricultura, ganadería y el extractivismo forestal— será enviada al Congreso para su tramitación, donde se enfrentará al rechazo de la comunidad indígena y de los ambientalistas, que califican la propuesta de “genocida”.
La Constitución de Brasil prevé la minería en estas reservas, pero hasta el momento no se ejecuta porque prescinde de un desarrollo normativo que la regule y además debe contar con la aprobación de la población indígena. Por estas causas, no hay declarada ninguna mina oficial en las 619 áreas indígenas localizadas en el país, aunque esté probada la existencia ilegal de decenas de ellas, principalmente en la región amazónica, donde mineros que practican la actividad de forma ilícita han asesinado a indígenas de la región.
El proyecto de Bolsonaro también prevé que se permita la exploración de tierras de los pueblos originales para el turismo, la agricultura, la ganadería o el extractivismo forestal. Y sugiere que el Parlamento consulte a los indígenas sobre su propuesta, pero que se les impida ejercer su derecho a veto, una solicitud que iría en contra de la Constitución del país.
El presidente, que anunció la incitativa durante la celebración de sus 400 días en el poder, presionó al Legislativo para que apruebe su propuesta y declaró que, si pudiera, encerraría a los ambientalistas en la Amazonia. “Este gran paso depende del Parlamento, que sufrirá la presión de los ambientalistas. Esos del medio ambiente”, dijo con su habitual estilo de desprecio a los defensores de la naturaleza. “Si un día pudiera, los encierro en la Amazonia, ya que les gusta tanto el medio ambiente, así dejan de molestar a los amazónicos aquí desde dentro de las áreas urbanas”, señaló.
En su discurso alegó que los indígenas son “seres humanos”. “Exactamente iguales que nosotros. Tienen corazón, sentimientos, tienen alma, deseos, y son tan brasileños como nosotros”, añadió. La frase refuerza la idea del actual Gobierno —que evoca al pasado de la dictadura militar— de que los indígenas deben “integrarse” a la sociedad no indígena.
Según el comunicado emitido por el Ministerio de la Casa Civil, las comunidades indígenas afectadas por la industria minera percibirían indemnizaciones de las empresas que exploten las áreas y se contaría con consejos de vigilantes que estarían compuestos únicamente por indígenas. El texto prevé también que los indígenas puedan explorar las áreas en las que residen. El pasado enero, el Ministerio de Minas y Energía brasileño ya había realizado una reunión para presentar el proyecto a todos los embajadores europeos en Brasilia y dejar claro que Bolsonaro va a insistir en su objetivo.
Entidades vinculadas a las comunidades indígenas protestaron contra la medida y recordaron que Bolsonaro está obligado a respetar los derechos constitucionales de los indígenas, incluido el de mantener las particularidades de sus modos de vida. La ONG Observatorio do Clima advirtió a los presidentes de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia; y del Senado, David Alcolumbre, de que rechazarían este tipo de propuestas. “Esperamos que cumplan sus palabras y no acepten este proyecto genocida. Ambos se habían comprometido a no someter a votación aquellas propuestas que amenazasen a los bosques ni a los pueblos tradicionales. Es hora de poner a prueba esa determinación”, escribió la asociación en una nota.
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Indiferencia, desidia, inacción e incompetencia
Muertes por malnutrición en Salta: fallecieron tres niños wichis en una semana
Los decesos se dieron entre el martes y el sábado poniendo de relieve la crítica situación de los pueblos originarios en el norte argentino.
En el Hospital de Santa Victoria Este, provincia de Salta, se registró este sábado la muerte de un niño dos años de edad que pertenecía a la comunidad Wichí. Había estado internado dureante cuatro días y, según informaron los médicos, las causas de su fallecimiento fueron insuficiencia orgánica, diarrea y vómitos.
De acuerdo al diputado provincial Ramón Villa, el padre del menor había solicitado que fuera trasladado a una institución médica de mayor complejidad. “Pero lo pidió antes de que el nene empeorara. Sé que cuando vio a su hijo ya grave dijo ‘para qué lo van a trasladar si ya se va a morir’, y al final falleció”, relató el legislador al diario Página/12.
Se trata de la tercera víctima fatal en una semana en el Chaco salteño. El martes 7 de enero fue un niño de un año y dos meses de la comunidad La Mora 1, ubicada cerca de Tartagal. En este caso, el parte oficial habló de muerte por deshidratación. Asimismo, otro chico wichi de dos años, de la comunidad Misión El Quebrachal, murió este sábado en su domicilio.
A la situación económica crítica que viven las comunidades, donde la mayoría de la población no tiene trabajo, se le suma la falta de agua. “No tenemos presión de agua y en estas épocas de calor no sale nada de agua. Y la delegación municipal manda el tractor con tanque de agua a la comunidad, pero a veces no mandan”, relató el cacique Fabián Fernández de la comunidad Misión La Chirola, en el municipio de Embarcación.
El líder comunal también comentó que viene pidiendo desde hace días atención para un niño de un año y cuatro meses cuyo estado es crítico, producto de la desnutrición. Recién este domingo le brindaron asistencia y lo trasladaron al hospital municipal.
“No dijeron nada. Solo dijeron que lo llevan a hacerle los estudios y lo traen hoy mismo”, apuntó Fernández.
El diputado Villa remarcó que en la provincia está vigente la ley 7856 pero que, en cinco años, nunca fue reglamentada.
La normativa, impulsada por el legislador, plantea la conformación de una Red de Apoyo Sanitario Intercultural e Interinstitucional para Pueblos Originarios “Sumaj Kausai (Buen Vivir)”. Así se busca garantizar atención médica y accesibilidad a la alta complejidad, así como también facilitadores bilingües en los hospitales, con el objetivo de permitir una adecuada armonización intercultural entre el sistema de salud occidental y el paciente originario, garantizando su atención y contención.
Ante esta situación, desde el Instituto de Asuntos Indígenas (INAI) expresaron su “preocupación” y anunciaron que harán un pedido de informe al gobierno provincial sobre la política social y sanitaria hacia las comunidades indígenas. “Queremos llamarles la atención porque registramos varias situaciones alarmantes”, definió la titular de ese organismo, Magdalena Odarda.
“No es la primera vez que pasan cosas así, solo que en los últimos cuatro año estuvieron invisiblizadas y ahora las vamos a visibilizar”, completó la funcionaria.
Fuente https://notasperiodismopopular.com.ar/2020/01/12/muertes-malnutricion-salta-fallecieron-tres-ninos-wichis-semana/
Los mata la indiferencia, la desidia, la inacción y la incompetencia. No hace cuatro años que están ahí y este tema NO TIENE QUE SER USADO para hacer política partidaria. Lo que hace falta es que alguien capacitado tome las riendas de una buena vez y se activen mecanismos de auxilio eficaces de manera urgente.
"Tú drume negrita
si te duerme voy a hace'
una cunita
que va a tene' capitel
que va a tene' cascabel".
Brasil: “No hay forma de desvincular la violencia del discurso de Bolsonaro”
Sonia Guajajara, coordinadora de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil, culpa al Gobierno brasileño de fomentar el racismo hacia los indígenas
Es un icono de la resistencia pacífica en la Amazonía. Sonia Guajajara (Maranhão, Brasil, 45 años) está graduada en Letras, Enfermería y Educación Especial en la Universidad Estatal de Maranhão y lidera el grupo de Pueblos Indígenas de Brasil. Lleva años luchando por la dignidad de las comunidades del país y alzando la voz por los más de 800.000 indígenas brasileños. Con la llegada del ultraderechista Jair Bolsonaro a la presidencia de la República, su voz se ha endurecido y no tiembla al criticar las políticas "xenófobas y extremistas" que amenazan a su comunidad y que, según Guajajara, legitiman el discurso del odio de los brasileños. Hace un par de semanas que llegó a Madrid para asistir a la COP 25 y poner en valor el conocimiento y la sabiduría ancestral de las comunidades e incidir en el “continuo ataque del Gobierno a la población indígena”.
Pregunta. El sábado volvieron a asesinar a otros dos activistas indígenas en Brasil. Hace poco más de un mes fue Paulo Paulino Guajajara. ¿Por qué es tan peligroso ser ecologista e indígena en Brasil?
Respuesta. Mi país se ha convertido en un lugar muy peligroso para los que defienden los derechos humanos. Y principalmente para nosotros, los indígenas, los que estamos en primera línea de lucha en la defensa de los territorios. La tierra se convirtió en un objeto central en la disputa del poder político y económico. Ellos quieren cambiar y flexibilizar la legislación medioambiental para acabar con nuestros derechos territoriales y el Gobierno incita continuamente a la explotación de madera y minera. Entonces, si nosotros estamos haciendo el trabajo de protección y conservación y tratamos de garantizar nuestros derechos: somos el enemigo. Los indígenas nos hemos convertido en el enemigo del Gobierno. Y nosotros solo queremos mantener nuestros modos de vida.
P. ¿Quiénes están detrás de estos asesinatos?
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R. Mira, la manera en la que el Gobierno se posiciona hoy, fomenta mucho la rabia: promueve el odio y la violencia. Todas esas personas que se encontraban en nuestra contra se sienten ahora respaldados por el Gobierno, porque legitima ese discurso agresivo. La sociedad brasileña guardaba desde hace mucho tiempo ese racismo que ahora está apoyado por esa posición tan clara del presidente de la República. No hay forma de desvincular esos asesinatos de esa postura del Gobierno Federal.
P. ¿El racismo del que usted habla está más presente desde que Jair Bolsonaro está en el poder?
R. Mucho más, principalmente en las redes sociales. Ya no existe un mínimo de pudor. La gente expresa ese racismo de manera muy violenta. Son ataques muy muy graves. Estamos sintiendo en la vida real todo lo que se entrevé en las redes. Los asesinatos no son crímenes aislados. Están muy bien articulados por actores que no consiguen empatizar con nuestra visión sobre el territorio. Estábamos construyendo políticas para poner en valor nuestra cultura, pero con el Gobierno de Bolsonaro hemos vuelto a la nada. Como es un presidente que ataca continuamente a los negros, a los que vienen de la periferia, jóvenes, pobres, indígenas, activistas… Estimula mucho el coraje para que la gente lo exprese abiertamente.
P. En una entrevista reciente, el ministro brasileño de medio ambiente Ricardo Salles advirtió que los indígenas corresponden al 1% de la población, y sin embargo ocupan el 14% de la tierra. Además, aseguró que hay grupos organizados que no son indígenas y deciden por ustedes.
R. Es un ataque abominable que el ministro, que debería de proteger nuestros derechos, nuestra vida, nuestro medio ambiente, se apoye en una estrategia que promueve el separatismo. Busca el enfrentamiento entre nosotros. Ellos quieren deslegitimar a todas las personas que luchan y que están dispuestos a construir; solo quieren el camino libre para implementar sus políticas, que para nosotros es una agenda totalmente destructiva.
P. ¿Cuál es el papel de los pueblos indígenas en la preservación del medio ambiente?
R. Los pueblos indígenas tienen un modo de vida propio que protege de forma gratuita la vegetación, mantiene el agua limpia y cuida la biodiversidad. Los indígenas representamos el 5% de la población mundial y con nuestro modo de vida protegemos el 82% de la biodiversidad. Está comprobado que los territorios indígenas funcionan como barreras del calentamiento, de forma que si los pueblos indígenas estamos amenazados, la biodiversidad también lo estará.
P. ¿Y qué le parece la representación indígena en la COP? ¿Qué espera que pase después del 13 de diciembre?
R. Aún falta mucho para tener una presencia indígena más representativa. Porque es difícil: la burocracia es grande, las acreditaciones son muy restrictivas… Todavía falta abrir un gran espacio para que la voz indígena sea escuchada de verdad. El conocimiento de nuestros pueblos es una de las últimas alternativas para contener el calentamiento global pero falta tener a indígenas dentro de las negociaciones. Hoy no tenemos ese espacio.
P. ¿Y por qué aún no forman parte de esas negociaciones?
R. Por ese discurso tan agresivo que surge del Gobierno y que te comentaba. Pero nosotros no queremos compartir esa forma de hacer política desde el ataque. Queremos concienciar a la gente para elegir parlamentarios que representen de facto sus ideales. Y estamos en ese camino: el año pasado lanzamos 130 candidaturas indígenas y para las próximas elecciones municipales, estamos intentando involucrar a más indígenas y especialmente mujeres.
P. ¿Por qué?
R. En los últimos años, las mujeres hemos asumido un protagonismo gigante en las principales luchas sociales. Estamos saliendo a la primera línea. Y nosotras, las mujeres indígenas, estamos dentro de ese avance también. Antes lo hacíamos desde atrás, pero llega un momento en el que toca ser las protagonistas. Ya no aceptamos ser sumisas porque a final de cuentas tenemos las mismas aptitudes y compromisos que ellos.
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