N17

newsletter_copete_articulosCEFERINO NAMUNCURA Y LAS POLÍTICAS DE REPRESENTACIÓN DE LA DIFERENCIA

Laura Zapata
Facultad de Ciencias Sociales (UNCPBA). Av. Del Valle 5737 (CP 7400) Olavarría.
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Recibido 13 de septiembre 2010. Aceptado 15 de noviembre de 2010.

RESUMEN

La relevancia teórica del proselitismo religioso para la Antropología es que hace evidente la emergencia contestada de comunidades políticas. Tal es el caso de la reciente beatificación de Ceferino Namuncurá por parte del Papa Benedicto XVII. Por medio del análisis de la tradición intelectual eclesial y nacionalista abocada a la creación de la figura del indio civilizado, pacificado y evangelizado, en este artículo se traza las características que asume el desarrollo de identidades étnicas contestadas al interior del contencioso proceso de emergencia nacional.

Palabras clave: Política; Diferencia; Etnicidad; Nación.

ABSTRACT

CEFERINO NAMUNCURA AND THE POLICIES OF REPRESENTATION OF DIVERSITY. For Anthropology, the theoretical relevance of religious proselytism is that it makes evident the contested emergence of political communities. That is the case of the recent beatification of Ceferino Namuncurá by Pope Benedict XVII. Through the analysis of the nationalistic and ecclesiastic intellectual tradition, devoted to the creation of the figure of a civilized, pacified and Christianized indian, this paper traces the characteristics of the development of the contested ethnic identities in the contentious process of national emergence.


Keywords: Polity; Difference; Etnicity; Nation.

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Ceferino Namuncurá. Foto tomada en Roma en 1905, poco antes de morir. Tenía entonces 18 años. Publicada por primera vez en el libro del padre Ricardo Noceti (2007)

“Y la patria define positivamente nuestras mejores aspiraciones locales de Verdad, Justicia y Belleza. Al conocer amamos. Y somos el paisaje y la historia. Sin embargo, en cada segmento de frontera el alcance de la Verdad y la Justicia importan, de modo ineluctable, una contienda. (…) Vos, yo y yo, y muchos más, criaturas pequeñas que pasamos fugazmente en la circunstancia de un espacio limitado, construimos y reconstruimos las naciones. Ayudamos a deshacer o a transformar”.
 Curapil Curruhuinca y Luis Roux (1984: 319)

La relevancia teórica del proselitismo religioso para la Antropología es que hace evidente la emergencia contestada de comunidades políticas. Este es el caso de la beatificación de Ceferino Namuncurá en julio del año 2007 por el Papa Benedicto XVI. Aquí los procesos políticos muestran su inextricable faz local y global. La presencia del secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, en la localidad de Chimpay (provincia de Río Negro) para presidir los actos de la consagración en noviembre de 2007, revela que se trató de un evento que forma parte de las políticas eclesiales de representación de la diferencia a escala global. La “celebración” del hecho por las autoridades eclesiales locales se contrapuso a la “indignación” con que reaccionaron varias autoridades mapuche, recreando sacerdotes e indígenas, escenas comunes y dramáticas que, al decir de Edward Said, configuran “historias entrecruzadas sobre territorios superpuestos”, sujetos a disputa simbólica (Said 2004: 35).
Ceferino Namuncurá nació en la localidad de Chimpay, actual provincia de Rio Negro, en 1886 y murió de tuberculosis en Roma en 1905. Fue hijo de Manuel Namuncurá y nieto de Calfucurá, importantes caciques mapuches actuantes durante la segunda mitad del siglo XIX. Con estos caciques la nación argentina firmó tratados de reconocimiento de soberanía política y territorial. Durante el mandato de su padre, Manuel, se produjo la invasión de los territorios mapuches por parte del Ejército argentino. Los misioneros de la Sociedad de Don Bosco (SDB) avanzaron junto a la línea de tropa, convirtiendo al cristianismo a la población mapuche diezmada. A pedido de su padre, los salesianos tomaron a su cargo la educación de Ceferino y, después de su muerte, lo convirtieron en un ícono de su presencia en el territorio patagónico.


GEOPOLÍTICA ECLESIAL DE LA DIFERENCIA
La producción de discursos eclesiales para el gobierno de poblaciones étnicamente distinguidas es un tema que transciende el caso mapuche. Ceferino es uno de los tantos beatos no blancos que últimamente colorearon el blanco panteón católico. Las condiciones sociales que hicieron posible la apertura de un espacio para la formulación de políticas multiculturales están asociadas al aggiornamiento con que la cúpula de la Iglesia Católica reaccionó al proceso de descolonización que recorrió el Tercer Mundo a mediados del siglo XX. La independencia política de las ex colonias europeas implicó la expulsión violenta de las burocracias coloniales y también la del contingente misionero que evangelizaba a los “nativos”. Esta bofetada libertaria marcó con su sello crítico toda la producción eclesial de discursos, haciendo explícita la necesidad de enfrentar de lleno el patrón de poder de origen colonial inherente al cristianismo proselitista. Es así como cobran sentido la convocatoria del papa Juan XXIII en 1959 al Concilio Vaticano II; la emergencia de discursos eclesiales radicales en América Latina como la Teología de la Liberación; la recodificación, a fines del siglo XX, de las viejas premisas proselitistas con Karol Wojtyla (Juan Pablo II) y Joseph Ratzinger (Benedicto XVI); y la más reciente teología de la inculturación.
La política de beatificaciones contemporánea es inherentemente ambigua: es un signo del poder desestabilizador de las minorías en la estructura eclesial y un indicador de la reformulación, en clave multiculturalista, de las viejas premisas coloniales. Hay una búsqueda desesperada por beatos y santos indígenas que muestren una faz menos europea de la Iglesia, pero también presión por parte de instituciones locales que demandan un lugar para los grupos étnicos en el panteón católico. Un ejemplo del primer punto es Santa Bakhita, una religiosa sudanesa que fue beatificada y canonizada en menos de diez años por Juan Pablo II. Ejemplo del segundo es el reciente pedido de los Obispos Católicos de África por la beatificación del primer presidente de Tanzania, de orientación comunista, Julius Nyerere.
Es posible hacer coincidir esta política de representación con los inicios del pontificado de Pablo VI, quien canonizó en un mismo año a Carlos Lwanga, mártir de Uganda y al mulato Martín de Porres. Pero las beatificaciones y canonizaciones se hicieron literalmente masivas con Juan Pablo II, en 27 años aprobó casi 1.500 beatificaciones y 482 canonizaciones.
Esta ambigua política eclesial diseña el terreno donde las congregaciones y asociaciones religiosas, esparcidas globalmente, se enfrentan unas a otras por concentrar prestigio y recursos económicos. En menos de 20 años, entre 1988 y 2007, la Sociedad de Don Bosco presente en la Patagonia se hizo con tres beatos actuantes en esa región: Laura Vicuña, Artémides Zatti y Ceferino Namuncurá. Esa política es el terreno donde las iglesias locales (Diócesis y Conferencias Episcopales) evalúan el peso relativo que tienen sobre los órganos y autoridades de la Curia Romana. La Conferencia Episcopal Argentina puede enorgullecerse de haber obtenido de Roma en menos de 20 años dos beatos (Ceferino y María del Tránsito Cabanillas) y un santo (Héctor Valdivieso Sáez).
La producción social de estos íconos religiosos revela una doble elaboración simbólica con destinatarios y significados que deben ser diferenciados para comprender su relevancia política. Por un lado, Ceferino es producido eclesialmente para la sociedad mapuche, como un signo válido de representación y enclave histórico de identificación. Es aquí donde la creación de un santo indio puede ser asociado a la emergencia de procesos de re-etnicización o etnogénesis (Sider 1976). Por otro lado, Ceferino es creado como un instrumento simbólico de orientación destinado a los agentes responsables del gobierno eclesial (Thomas 1994). El territorio y las identidades que emergen de esas dos intervenciones simbólicas diferenciadas, se entrecruzan y superponen con el modo en el que las configuraciones políticas (imperios, naciones, etnías) producen los ámbitos sobre los cuales pretenden actuación monopólica. Es esta divergencia la que se torna significativa para la reflexión antropológica sobre los procesos de politización y etnicización. Y el proselitismo religioso, como objeto empírico, se transforma en un lugar privilegiado para observar y comprender la fuerza tanto como la labilidad y el potencial de contestación comprometido en todo proceso de definición de fronteras étnicas y políticas.

CEFERINO: MARGEN CENTRAL DE LA NACIÓN

No existen biografías mapuches sobre esta figura, en cambio hay más de 60 de matiz nacionalista y eclesial. La estructura de estos textos revelan la importancia que tiene lo indígena como exterior constitutivo de la mismicidad nacional. Propongo tratar a esta literatura como una “formación discursiva” (Said 2002: 31): una forma católica de referirse al indio cristianizado y nacionalizado. Estos textos forman entre sí una red de referencias y citas bibliográficas entrecruzadas constituyéndose en un poder referencial. Se han reproducido y diseminado durante décadas en el heterogéneo espacio cultural, tornándose aptas para ser usadas como instrumentos válidos para conocer y operar sobre el sujeto social del que versan.
Veamos brevemente cómo ha sido tejida esta red de referencias cruzadas que conforman la formación discursiva que aquí trataremos de analizar. Como señaló en 1956 el sacerdote salesiano Raúl Entraigas: “El padre de Ceferino-símbolo es el padre {Luis} Pedemonte” (Entraigas en Noriega 1979: 11). Pedemonte, además de ser el responsable de la iniciación de la causa de la beatificación ante El Vaticano, entre la década de 1930 y 1940 publicó una serie de textos referidos al joven indígena. Sin embargo, fue el inspector salesiano José Vespigniani quién en 1911 inició la primera forma de referencia textual a Ceferino: distribuyó una encuesta entre los agentes eclesiales que habían tratado a joven para emitir opiniones sobre su personalidad. Usando como base esas encuestas Pedemonte escribió sus textos biográficos: “Ceferino Namuncurá: Lirio de la Patagonia” (Pedemonte 1945) y “Cartas y Escritos de Ceferino Namuncurá” (Pedemonte 1947). A medida que la causa por la beatificación avanzaba en las oficias de la Santa Sede, el joven mapuche se tornó en un tópico textual para los intelectuales católicos y nacionalista de la década de 1930 y 1940. Entre sus biografías dedicadas a los próceres nacionales (Domingo Faustino Sarmiento, Hipólito Yrigoyen y Juan Manuel de Rosas, entre otros), Manuel Galvés publicó en 1947 su libro “El santito de la Toldería: la vida perfecta de Ceferino Namuncurá”. El año 1966 la Editorial católica APIS realizó una segunda edición de la biografía de Galvés (Galvés 1966). El sacerdote salesiano Néstor Noriega presentó la nueva edición y realizó un estudio preliminar de la misma. En su presentación Noriega señalaba que esta obra de Galvés formaba parte de la “floreciente bibliografía ceferiniana” de la época (Noriega 1966: 12).
Después de varias décadas de producción literaria, a mediados de la década de 1960 Ceferino se había transformado en el tópico de una formación discursiva que se arrogaba la autoridad de hablar sobre y para el pueblo mapuche. El padre Noriega era parte de esta tradición: a través de la editorial APIS, en 1956 había publicado su libro “Poemas del indio santo”. Este texto fue reeditado y ampliado por Ediciones Don Bosco Argentina en 1979 (Noriega 1979). Raúl Entraigas (1974) publicó “El Mancebo de la Tierra: Ceferino Namuncurá” y prologó la nueva edición del libro de Noriega. La última biografía escrita sobre Ceferino fue publicada el año 2000 y reeditada en 2007 por la editorial católica Didascalia. Fue escrita por el padre salesiano Ricardo Noceti, párroco de la localidad de Chimpay. En 2007 su libro “La sangre de la Tierra: para una nueva visión de Ceferino”, fue presentado por el padre Néstor Noriega. Como es evidente, no sólo los textos que componen la bibliografía ceferiniana mantenían entre sí relaciones densas de mutua referencia, sus autores también participaban de una red personalizada de vinculaciones. Por ejemplo, Entraigas realizó la biografía póstuma de Pedemonte y Noriega hizo la semblanza del Beato Artémides Zatti.
El análisis histórico de este voluminoso y heterogéneo cuerpo documental ha tendido a organizarlo según dos líneas contendientes: las biografías eclesiales nacionalistas de inspiración asimilacionista habrían sido superadas por una “nueva visión” que en lugar de disimular el origen indígena de Ceferino lo “reivindicaría” (Nicoletti 2007; Nicoletti 2008a, 2008b). La tendencia liberal de recrear sentidos multiculturales en la conformación de las naciones se hace evidente en el esfuerzo contemporáneo de reponer serialmente a los grupos minoritarios como diferentes en cultura pero iguales políticamente en cuanto ciudadanos. En esa nueva tendencia se ubicaría la biografía del padre Noceti que señala en la introducción de su libro la necesidad de conocer y valorar debidamente la cultura mapuche para que “las minorías puedan tener efectivamente su lugar en la sociedad” (Noceti 2007: 11). Esa Sociedad con mayúscula es definida como “multiétnica y pluricultural”. El texto de Noceti reclama para sí el derecho tanto como la obligación moral de gestar y gestionar ese nuevo lugar multicultural para los mapuche dentro de la sociedad mayor que los incorporó como minoría. Su biografía forma parte de la emergencia de un discurso eclesial que buscaba “apoyar” los reclamos territoriales y políticos indígenas. Los agentes eclesiales constituidos al interior de ese discurso, en la década de 1980, impulsaron la creación de la Comisión Episcopal de Pastoral Aborigen (CEPA). No buscaban proponer mecanismos de subsumisión nacional por asimilación de las minorías sino su opuesto: se proponían su restablecimiento regulado en el terreno común de la nación. Para Noceti, Ceferino es “nuestro buen mapuche” (Noceti 2007: 92, 131): “nuestro” porque objeto de discurso eclesial; “buen(o)” porque pacificado. En pleno siglo XXI, Ceferino es definido como el lugar eclesialmente creado para el apaciguamiento, la “reconciliación”, de las guerras del siglo XIX. Es aquí donde el joven indígena aparece asociado no sólo con el proyecto salesiano de evangelización indígena, como señala Nicoletti (2009: 117-131), sino como ineludible símbolo bélico de la conformación nacional.
Todo intento por diseñar una imagen de Ceferino ha recurrido de manera sistemática a incorporar ese símbolo como un fragmento subordinado de la historia de la organización nacional. La reconstrucción de la historia biográfica del santo mapuche se apoya en elementos tomados directamente de textos escritos en el contexto de la guerra de ocupación del territorio indígena austral, elaborados por militares, autoridades políticas y funcionarios del estado-nación argentino entre 1870 y 1900. Es el uso no problematizado de esas fuentes, signos evidentes del poder avasallador de la sociedad nacional, el que hace aparecer a los mapuche como minoría subordinada y no como una nación soberana en beligerancia con respecto a la nación argentina, capaz de escribir su propia historia sin el recurso a mediadores eclesiales, capaz de representarse a sí misma.
Por lo tanto, pese a sus evidentes diferencias, todas estas biografías se apoyan en una formación discursiva previa, producida por figuras emblemáticas de la imaginación nacional como son Estanislao Zeballos, Lucio V. Mansilla, Dionisio Schoo Lastra, Manuel Olascoaga, Manuel Prado, entre otros. Sus obras contribuyeron para que la Patagonia y sus habitantes fueran percibidos como legítimamente incorporables al territorio y la sociedad nacional. Estos textos operaron como la contrapartida discursiva de los actos de guerra que a fines del siglo XIX se emprendieron contra los ocupantes del espacio patagónico. Pretendieron no sólo abarcar sino también representar lo que eran (“son”) el territorio de la Patagonia y sus habitantes, los indígenas. Sugiero que ambas formaciones discursivas, la nacionalista de orden burocrático-militar y la eclesiástica, han reproducido lo que Dipesh Chakravarty (1992) denomina una “historia nacional de la transición”: de la desorganización bárbara habría emergido el moderno orden (nacional). Según versa esa tradición, la “civilización” o exterminio del indio garantizó tal transición.
La narrativa ceferiniana, que creó al Ceferino de y para la estructura eclesial, se montó como mecanismo pedagógico que legitimó la desaparición del indio y con ello la transición hacia el orden, la nación. Sólo que la enunciación repetitiva de la desaparición del indio tuvo como resultado ambiguo el hecho de traerlo al presente como una sombra capaz de acechar desde los márgenes la ambivalente comunidad política, esa unidad totalizante que Homi Bhabha (1990) llama el “muchos-como-uno”. El indio invadido, pacificado, asimilado o exterminado, aparece como la condición de existencia del uno nacional; del pueblo como contemporaneidad. Sólo que cuando en línea con esa contemporaneidad el indio toma la palabra, autodenominándose mapuche, tehuelche o pehuenche, ese “uno” se revela como señal de un “minus in the origin, the less-than-one” (Bhabha 1990: 306): la nación dividida interiormente por una diferencia cultural que se resiste a la clausura de la imaginación nacional homogeneizante. No se trata aquí de afirmar que el discurso de los indígenas confronte la imaginación nacional totalizadora recurriendo a la contradicción o la negación de sus narraciones. El indio contemporáneo, enunciando su palabra viva, como señala Bhabha, “can never the national history look at itself narcissistically in the eye” (Bhabha 1990: 318). La diferencia que activa esa presencia arcaica “interrupts the sucessive seriality of the narrative of plurals and pluralism”; se presenta como una “meditation on the disposition of space and time from which the narrative of the nation must begin” (Bhabha 1990: 305-306, cursivas en el original). Aquí radica la fuerza desestabilizadora de la palabra indígena con respecto a las naciones modernas.
Por eso gran parte de la dirigencia indígena cuando se pronuncia sobre Ceferino apunta a esa ambigüedad encerrada en la figura del indio pacificado y beatificado. Algunos califican a la beatificación como una manipulación, un “botín de guerra” en manos de los administradores eclesiales. Junto con los diccionarios, las descripciones etnográficas, las exposiciones de fotografías que elaboraron a lo largo de más de un siglo los misioneros salesianos, Ceferino es visto por algunos mapuches como el signo de la dominación que recayó sobre ellos. Símbolo de la expropiación del recurso de representarse a sí mismos y de definir el modo de articulación que eventualmente podrían mantener con la nación moderna. Agentes del estado-nación y de la iglesia católica se disputaron el derecho de definirlos, de hablar por y para ellos, transformándolos en objetos arcaicos, figuras muertas del pasado nacional. Es por ello que el sentido de su incorporación política como pueblo derrotado es recusado, impugnando la comunidad mayor donde, por oposición, adquiere sentido su identidad. Una parte del significado de su existencia actual está marcada por y depende de la ocupación colonial de su territorio; pero a la vez, como aseguran Curruhuinca y Roux (1984) en el epígrafe que inicia este texto, esos pueblos son parte del “paisaje y la historia” de la patria (cursivas en el original).
El discurso eclesial nacionalista, sea en su versión asimilacionista o en la reivindicadora, y el discurso indígena de oposición mantienen entre sí algunos supuestos que une sus lógicas de articulación. Por un lado, la bibliografía ceferiniana recrea un sujeto que, pretendiendo versar sobre lo indígena, habla a través de la historia biográfica que escriben: es la voz omnipresente de la comunidad política nacional. El carácter de no indígena de los autores de esta tradición se da como descontado porque es la voz nacional la que habla a través ellos. En esta tradición literaria ese sujeto (nacional) no es interrogado en su existencia; por ello la nación se transforma en condición de posibilidad de la existencia de lo indígena. Por otro lado, la nación argentina suele presentarse para la imaginación étnica mapuche como el exterior constitutivo de su identidad. Otra vez, pero por otra vía, la nación se confirma como condición de posibilidad de la existencia de lo indígena. No obstante, una lectura atenta de las diversas biografías de Ceferino indica otra orientación que es preciso destacar. La imaginación nacional depende de la manera en la que la (in) existencia indígena, como minoría (in) subordinada, es reconocida, denegada o reivindicada. Los márgenes y sus ocupantes se transforman en centros de preocupación fundamentales para la imaginación nacional: la definen; por lo tanto, de su definición y actuación depende su re-articulación.
Si es admitida tal aseveración como plausible, de ella deriva una consecuencia que interviene en la definición misma de agenda de la lucha política: desde la posición y la voz de los grupos subordinados no basta con elaborar exhaustivas agendas reivindicativas que contemplen los derechos que afectan “sólomente” a las minorías étnicas. Hay autores como Stuart Hall (2003) que proponen que desde estas posiciones es preciso re-imaginar la nación moderna en su integridad de una forma completamente post-nacional. Otros sugieren transformarla “into a contentious internal liminallity that provides a place from which to speak” (Bhabha 1990: 300, cursivas en el original). La deconstrucción de los discursos eclesiales ceferinianos y de los discursos de resistencia que a aquéllos eleva la dirigencia indígena, permite poner sobre relieve que la posición subalterna indígena tiene capacidad de denunciar el hecho colonial de la expropiación, en sí mismo de suma importancia, pero también la potencia para rediseñar los tiempos, tradiciones y términos en los que son producidas las imaginaciones nacionales y los signos  históricos que las definen. En otros términos: son capaces de rediseñar los límites de esas comunidades que pretendieron totalizarlos. Curapil Curruhuinca y Luis Roux (1984) indican una orientación en este sentido: los indígenas saben lo que significa construir, reconstruir, deshacer y transformar las naciones; saben que en cada segmento de frontera de la patria se halla instalada una contienda.
En lo que al interés antropológico que suscita la tradición ceferiniana, es notable el hecho de que el proselitismo católico, por medio de su política de representación de las diferencias y sus beatificaciones masivas y etnificadas, colabore a desatar tales episodios políticos de carácter contencioso. Por ello tales intervenciones eclesiales se tornan de interés para una antropología interesada en la comprensión de los procesos de emergencia de comunidades políticas contestadas y de políticas de representación de la diferencia nacio/etno centradas.

AGRADECIMIENTOS
Deseo expresar mi gratitud a Catalina Saugy, antropóloga del INAPL, pues su iniciativa de convidarme a exponer mis inquietudes y preocupaciones teóricas en relación a la figura de Ceferino Namuncurá en 2009, es el origen de este artículo. También mi agradecimiento al hermano Marino del Archivo Central Salesiano de Buenos Aires por permitirme el acceso a la bibliografía ceferiniana allí existente.

BIBLIGRAFÍA

BHABHA, H. 1990 “Dissemination: time, narrative and the margins of modern nation”, En: H. Bhabha (Ed.): Nation and Narration, pp: 291- 322. London, Routledge

CHAKRAVARTY, D. 1992 “Postcoloniality and the Artifice of History: Who Speaks for 'Indian' Pasts?"Representations 37: 1-26.
CURRUHUINCA, C y ROUX, L. 1984 Las Matanzas del Neuquén. Buenos Aires, Plus Ultra.
ENTRAIGAS, R. 1974 El mancebo de la tierra, Buenos Aires: Instituto Salesiano Artes Gráficas.
GÁLVEZ, M. 1966: El santito de la toldería: vida perfecta de Ceferino Namuncurá. Rosario, Apis.
HALL, S. 2003 Da diáspora: identidades e mediações culturais. Belo Horizonte, Editora UFMG.
NICOLETTI, M.A. 2007 “Un concurso abierto para todos”: aproximaciones a la iconografía ceferiniana”. TEFROS (5) 2: 1-10
NICOLETTI, M.A. 2008a “Ceferino Namuncurá: hacia la construcción del ‘joven mapuche’”. Criterio, Nº 2335 (http://www.revistacriterio.com.ar/sociedad/ceferino-namuncura-hacia-la-construccion-del-joven-mapuche)
NICOLETTI. M. A. 2008b Indígenas y misioneros en la Patagonia. Hue­llas de los salesianos en la cultura y religiosidad de los pueblos originarios. Buenos Aires, Ediciones Continente
NOCETI, R. 2007 La sangre de la Tierra: para una nueva visión de Ceferino Namuncurá. Rosario, Didascalia.
NORIEGA, N. 1979 {1956} Poemas del Indio Santo, Buenos Aires, Ediciones Don Bosco Argentina.
NORIEGA, N. 1966 “Nota aclaratoria a esta edición de ‘El santito de la toldería’”, En Manuel Galvés, El santito de la toldería: vida perfecta de Ceferino Namuncurá, pp: 9-12. Editorial Apis. Rosario.
PEDEMONTE, L. 1945 Ceferino Namuncurá: Lirio de la Patagonia, Buenos Aires, Editorial Ceferino.
PEDEMONTE, L. 1947 Cartas y Escritos de Ceferino Namuncurá, Buenos Aires, Editorial Ceferino.
SAID, E. 2002 Orientalismo. Barcelona, Random House Mondadori.
SAID, E. 2004 Cultura e Imperialismo. Barcelona, Anagrama.
SIDER, G. 1976, “Lumbee Indian, Cultural Nationalism and Ethnogenesis”, Dialectical Anthropology  1: 161-172.
THOMAS, N. 1994 Colonialism Culture: Anthropology, Travel and Governement, Princeton: Princeton University Press, pp: 105-142.

NOTAS
Este texto es una reelaboración de la ponencia presentada en el Taller de posgrado, el 9-12-2009 organizado por Lic. Catalina Saugy, para debatir los temas presentados por la muestra “Ceferino Namuncurá: ermitas y devotos en la Provincia de Mendoza”, del fotógrafo César Panella, quién expuso en el Museo del Hombre, del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL).

2011. Newsletter . ISSN 1850-261X Copyright © Facultad de Ciencias Sociales. UNCPBA. Argentina

newsletter_copete_articulosEL AMBIENTE DEL PASADO: LOS MOLUSCOS FÓSILES COMO HERRAMIENTA PARA SU RECONSTRUCCIÓN

Pamela G. Steffan
CONICET – INCUAPA, Facultad de Ciencias Sociales (UNCPBA). Av. Del Valle 5737 (CP 7400) Olavarría.
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Recibido 29 de noviembre 2010. Aceptado 10 de diciembre 2010

RESUMEN

En éste trabajo se presenta una síntesis de los estudios del ambiente del pasado en arqueología. Esta breve síntesis pretende orientar la lectura de artículos más específicos, incluyendo las definiciones más simples y los alcances y/o limitaciones que cada una de las fuentes de información puede ofrecer a la arqueología. El artículo se centra en el análisis de los moluscos como herramienta para la reconstrucción paleoambiental. Se presentan los resultados obtenidos del análisis de los moluscos continentales recuperados en los sitios arqueológicos Campo Laborde, Calera y El Puente (partido de Olavarría, provincia de Buenos Aires) y de zonas aledañas a los mismos. El registro malacológico presenta una antigüedad de 8.800 años AP hasta la actualidad. El presente análisis permitió detectar condiciones pantanosas hace 8.800 años AP; seguidas por un breve evento de condiciones locales más húmedas. En Olavarría el clima fue más húmedo y levemente más cálido que en la actualidad durante el Holoceno tardío. No obstante faltan dataciones radiocarbónica para ajustar temporalmente este registro, se estima una cronología entre 3.000 y 2.000 años AP. Estas condiciones contrastan con el resto de la provincia de Buenos Aires, especialmente el sudeste, donde se registran características ambientales áridas.

Palabras clave: Estudios paleoambientales, moluscos, Sierras Bayas.

ABSTRACT

In this paper, a synthesis of the environmental studies of the past in archaeology is presented. This brief synthesis attempts to guide the reading of more specific articles, including the simplest definitions and the reach and limitations that each one of the sources of information can offer to archaeology. This article is centered in the analysis of mollusks as a tool for the palaeoenvironmental reconstruction. This work shows the results obtained by the analysis of the continental mollusks recovered in the archaeological sites Campo Laborde, Calera and El Puente (party of Olavarría, Buenos Aires province), and bordering areas to the sites. The malacological record has an antiquity of 8,800 years BP to the present time. The present analysis made it possible to detect marshy conditions to 8,800 years BP; followed by a brief event of more humid local conditions. In Olavarría, the climate was more humid and slightly warmer during Late Holocene than at the present time. Despite lack radiocarbon dating to adjust these conditions temporally, a chronology between 3,000 and 2,000 years BP is estimated. This conditions contrast with the rest of Buenos Aires province, especially the South East, where characteristics of arid environment are registered.
 
Keywords: Paleoenvironmental studies, Mollusk, Sierras Bayas hills.

INTRODUCCIÓN

En arqueología los estudios del ambiente del pasado se realizan con el objetivo de reconstruir los cambios en el contexto físico y biológico del hábitat humano. A través de la reconstrucción paleoambiental se intenta reconocer las condiciones iniciales de la ocupación humana e identificar cambios en aquellas condiciones que provocaron ajustes adaptativos. Estos estudios se enmarcan dentro del enfoque conocido como arqueología ambiental (Dincauze 1987, 2000).
Los estudios del paleoambiente, desde una perspectiva arqueológica, ofrecen datos que se ajustan a la escala espacial (pequeña o micro) de sitio o área de actividad y una escala temporal (micro) menor que un siglo, o bien que involucra centurias a milenios (mesoescala) (i.e., Dincauze 2000). Otras disciplinas involucradas en aspectos de reconstrucciones paleoambientales tienen diferentes objetivos, con sus propias escalas de observación y recolección de datos. El objetivo es evaluar la extensión geográfica y la duración temporal de las variaciones del clima, ya que pueden ser consideradas reflejo de condiciones locales y/o globales (ver Stein y Linse 1993).
La arqueología ambiental emplea conceptos, métodos y técnicas, desarrollados por varias disciplinas. Los principales aportes provienen de la paleontología, ecología, zoología, botánica, geología, oceanografía, climatología, pedología y geoquímica, entre otras (Redman 1999). La evidencia biológica puede ofrecer información de distintas escalas para la arqueología y se los denomina bioindicadores o proxy data. Los bioindicadores son aquellos restos que ofrecen evidencia indirecta relacionada con fenómenos del paleoambiente que se busca conocer. Por lo tanto, el conocimiento de los cambios climáticos del Holoceno se adquiere a partir de tales registros basándose en un razonamiento analógico. Cada una de las disciplinas se apoya en las observaciones del presente para comprender fenómenos del pasado imperfectamente observables.

ANTECEDENTES DE ESTUDIOS PALEOAMBIENTALES EN ARQUEOLOGÍA

El estudio del ambiente en contextos arqueológicos se ha realizado desde el siglo XIX en cuevas del paleolítico europeo y en sitios arqueológicos de diferentes partes del mundo (i.e., Baerreis 1976; Evans 1972, 1984, 1991; Bell y Walker 1992; Spindler 1994; Balakrishnan et al. 2005). Los primeros estudios del ambiente del pasado se realizaron a partir de restos faunísticos y granos de polen por parte de paleontólogos y neoecologistas (Guiot 1991; Evans y O’Connor 1999). Durante la década del ’90, en Europa y América del Norte, los estudios tradicionales incorporaron nuevas técnicas y se incrementó considerablemente la información sobre los cambios climáticos del Cuaternario.
En las investigaciones paleoambientales ocurrieron avances significativos que introdujeron cambios en el conocimiento a partir de las perforaciones en testigos de hielo y en fondos oceánicos, ya que ofrecieron un registro estratigráfico continúo. Por tal motivo, los registros utilizados más recientemente y de mayor resolución temporal son la dendroclimatología, los microfósiles (foraminíferos, moluscos, dinoflagelados, corales) obtenidos de testigos oceánicos, testigos de hielo, sedimentos de lagos/lagunas (varves, ostrácodos, diatomeas, carófitas), secuencias estratigráficas de loess y de sedimentos fluviolacustres (i.e., moluscos, fitolítos) (i.e., Williams et al. 1993; Lowe y Walker 1997; Battarbee y Binney 2007).
Los estudios sobre la vegetación del pasado se realizan a partir de los macrorestos de plantas (hongos, granos y flores) o microrestos tales como polen, esporas y fitolítos. La distribución discontínua de los macrorestos en el espacio puede responder a un tipo de actividad específica. Para determinarlo se debe tener en cuenta la distribución y el origen de la acumulación natural o cultural. En caso de depositación natural, el patrón de las asociaciones de especies se asemeja a la vegetación que crece en el lugar y las asociaciones reflejan la diversidad del medio. La disponibilidad de una colección de referencia con material comparativo para diferentes áreas permite evaluar la selección de los humanos con preferencia de ciertas plantas. Asimismo, determinar el agente que la depositó provee información acerca del comportamiento relacionado a las plantas, selección por uso, información del tamaño, diversidad y calidad de los recursos utilizados (i.e., Dimbleby 1985).
Los granos de polen son uno de los bioindicadores más utilizados debido a su notable resistencia a la desintegración a través del tiempo y la singularidad de su morfología. Su estudio es el fundamento de la Palinología. Los granos de polen son producidos por los órganos masculinos de floración de las plantas (i.e., bosques de coníferas). Las esporas son células reproductivas asexuales de plantas de no-floración (i.e., hongos, musgos, helechos). Estos bioindicadores involucran diferentes tasas de supervivencia de acuerdo al tipo de suelo, así como en la dimensión temporal y espacial (i.e., Prieto 1994; López Sáez et al. 2003).
Los fitolítos son estructuras de sílice de la planta y conforman la parte inorgánica que se incorpora rápidamente al sedimento cuando la parte orgánica se descompone. El tamaño de los fitolítos y su frecuencia de aparición dependen fundamentalmente de la humedad. Generalmente se utilizan en reconstrucciones paleobotánicas para inferir el tipo de vegetación en ambientes abiertos o de praderas y pueden ser usados en combinación con el análisis polínico. El análisis de los fitolítos también ha sido aplicado en otros contextos arqueológicos, como cálculos dentales de ungulados, residuos de cocina, en filos de instrumentos líticos (i.e., Pearsall 2000; Osterrieth 2000; Coils et al. 2003).
En ambientes lacustres los microrestos más utilizados son las diatomeas, carófitas, ostrácodos, e incluso insectos y coleópteros. Las diatomeas son estructuras silíceas de algas unicelulares, llamadas frústulo, que conforman una parte importante del fitoplancton. Debido a su buena preservación a través del tiempo, permiten reconstruir ambientes de distintos tipos, estuariales tanto como lacustres y fluviales. A partir de las diatomeas, es posible inferir variaciones ambientales ya que cada taxón posee un rango de tolerancia particular con respecto a ciertas variables del cuerpo de agua (i.e., salinidad del agua). En consecuencia, es posible inferir períodos de mayores precipitaciones debido al incremento de especies de agua dulce y o bien eventos de mayor evaporación debido a una mayor salinidad durante el verano (i.e., Espinosa et al. 2006). Otro bioindicador son los carófitos, algas verdes macroscópicas, que se preservan en estado fósil a través de la estructura llamada girogonite (resto calcáreo de gametangio femenino fertilizado). Debido a que son muy sensibles a los cambios ecológicos resultan de utilidad como marcadores paleolimnológicos (e.g., salinidad, profundidad, temperatura, energía) (García 1994). Asimismo, las cápsulas cefálicas de quironómidos, macroinvertebrados bentónicos de aguas dulces, brindan información sobre los cambios de temperatura debido a su alta sensibilidad a los mismos (i.e., Ruiz et al. 2006; Massaferro 2009).
La composición de Oxígeno y de Carbono de los microrestos previamente mencionados, pueden brindar información respecto del medio (i.e., Buchardt y Fritz 1980; Lowe y Walker 1984; Dawson 1992; Brenchley y Harper 1998). Ambos elementos integran la mayor parte de los procesos biológicos (respiración y fotosíntesis) y físicos (evaporación, condensación, congelación, fusión) (Lowe y Walker 1984; Molles 2005). El Carbono forma parte de los organismos en su mayoría bajo la forma y en menor proporción . La cantidad de no disminuye a partir de la muerte del organismo, como ocurre con la cantidad de , que se va desintegrando. La composición del carbono permite determinar el tipo de dieta de los animales herbívoros (consumidores primarios), de acuerdo al ciclo fotosintético utilizado por la planta consumida (Cerling 1984; Cerling y Quade 1993). El fundamento de estos estudios isotópicos ha sido aplicado para estudiar cambios faunísticos y de la comunidad vegetal en respuesta a variaciones climáticas (i.e., De Niro 1987; Balakrishnan et al. 2005). Otras aplicaciones arqueológicas se realizaron para evaluar diferentes aportes dietarios desde recursos marinos vs terrestres, o para reconocer a través de la alimentación diferencias de estatus entre sectores sociales en grupos de agricultura incipiente.
En la actualidad existe un detallado registro isotópico a partir de microfósiles (entre ellos, moluscos terrestres y acuáticos) de gran profundidad temporal provenientes de contextos diversos, tales como fondos oceánicos, paleosuelos sedimentos lacustres y eólicos (loess) (i.e., Shackleton 1987; Kelly et al. 1993; Bonadonna et al. 1999; Brennan y Quade 1997; Goodfriend y Ellis 2000; Rousseau et al. 2006).
El registro arqueofaunístico ofrece datos de las condiciones del ambiente donde el hombre y los animales coexistieron (clima y hábitat) (i.e., Marean y Gifford-González 1991; Gifford-González 1991; O’Connor 2000). Sin embargo, es necesario demostrar la asociación contextual entre ambos con evidencia adicional. La fauna que se preserva provee información respecto del rango areal y duración de la vida de un individuo. Por consiguiente, las escalas de las reconstrucciones ambientales del pasado varían con el tamaño y movilidad del indicador animal. La sensibilidad de los animales a los factores ambientales varía en una proporción inversa a sus tamaños. Los grandes animales de larga vida y alta movilidad son menos específicos como bioindicadores de las reconstrucciones del ambiente (O’Connor 2000). Asimismo, las inferencias acerca de las condiciones ambientales dependen en gran medida, del conocimiento disponible acerca de los componentes del clima y del ambiente que limita la abundancia de los taxones presentes en los depósitos arqueológicos.
El registro malacológico o los pequeños moluscos son típicamente mejores indicadores que los grandes mamíferos, ya que proveen datos a una escala micro (Evans y O’Connor 1999). Los moluscos de agua dulce son sensibles a la temperatura y a la composición química del agua del sistema fluvial o lacustre donde habitan (Lowe y Walker 1984). La morfología y la composición química de la conchilla está relacionada con las condiciones ambientales mencionadas así como por la disponibilidad de alimentos y estacionalidad (traducida en distintas tasas de crecimiento) (i.e., Claassen 1998). Los moluscos terrestres son sensibles al tipo y características del sustrato, la temperatura del suelo, la humedad y las comunidades de plantas del hábitat donde viven. La vegetación y la humedad del sustrato son condiciones del hábitat cruciales para los gasterópodos herbívoros (i.e., Evans 1991; Harris y Thomas 1991). La ocurrencia y abundancia relativa de estos moluscos brindan información paleoambiental a escala local en suelos calcáreos donde los moluscos son abundantes y se preservan bien (Evans 1984; Dincauze 2000). Las asociaciones de moluscos continentales son muy sensibles a la variación medioambiental, ya que el tiempo de respuesta de estas malacofaunas a los cambios es rápido (menos de 50 años) (Puissegur 1976; Lozek 1990; Light y Killeen 1996; Moine et al. 2002). Por consiguiente, a partir del registro malacológico y de las variaciones climáticas indicadas por los moluscos continentales, es posible obtener información indirecta del paleoambiente donde se encuentran los sitios arqueológicos.

Para la interpretación paleoambiental basada en restos fósiles es fundamental la comparación entre datos provistos por distintas fuentes de evidencia: análisis de asociaciones faunísticas, registros polínicos, estudios geológicos y control cronológico del área en cuestión. Al mismo tiempo se requiere el conocimiento de condiciones particulares de cada área. Este procedimiento es apropiado para realizar interpretaciones que involucren largos períodos de tiempo dentro del Holoceno.

CASO DE ESTUDIO: CARACTERÍSTICAS AMBIENTALES DE OLAVARRÍA DESDE HACE 8.800 AÑOS ATRÁS

En el partido de Olavarría (provincia de Buenos Aires), se llevó a cabo un estudio paleoambiental abordado a través del análisis de las conchillas de moluscos provenientes de los perfiles estratigráficos y de las excavaciones de tres sitios arqueológicos. Uno de ellos localizado en la cuenca superior del arroyo Tapalqué: Campo Laborde. Los otros dos sitios están ubicados en un valle intraserrano de las Sierras Bayas: Calera y El Puente. Este trabajo realizado en el marco de la tesis doctoral (Steffan 2009) y la beca postdoctoral permitió generar inferencias paleoambientales con implicancias arqueológicas con el objetivo de aportar datos en el estudio de las primeras ocupaciones humanas durante el Holoceno. Estos estudios están siendo llevados a cabo por un equipo de investigación arqueológicas de mayores alcances, integrado por Gustavo Politis, Pablo Messineo, Cristian kaufmann y colaboradores (ver Politis et al. 2005; Messineo y Politis 2009; Kaufmann y Messineo 2010).
En cada uno de los sitios se estudian diferentes aspectos del registro malacológico: taxonómicos, su distribución estratigráfica, su distribución geográfica moderna, la ecología de cada taxón (i.e., hábitat, dieta), observaciones tafonómicas y el análisis cuantitativo de las conchillas. Estas variables de análisis se consideran con el objetivo de caracterizar el paleoambiente en diferentes sectores aledaños a la ciudad de Olavarría durante el Holoceno temprano y el Holoceno tardío.
El sitio Campo Laborde está ubicado cronológicamente en el Holoceno temprano, ca. 8.000 años AP (Messineo 2008). La ocupación del sitio Calera presenta una cronología del Holoceno tardío, ca. 3.400 y ca. 1.750 años AP (Politis et al. 2005, Messineo y Politis 2007). Los materiales arqueológicos han sido estudiados desde diferentes enfoques (ver Politis et al. 2005). Las dataciones del sitio El Puente se encuentran aún en proceso; sin embargo, a partir de las características de la evidencia arqueológica, la asociación contextual y la estratigrafía se ha estimado que la ocupación humana podría corresponder al Holoceno tardío (Kaufmann y Messineo 2010).

Resultados

En Campo Laborde (Holoceno temprano) se reconocieron cuatro taxones de moluscos (Tabla 1). La especie más abundante es Succinea meridionalis (Figura 1) y la mayor proporción se concentra en la base del perfil estratigráfico (ca. 8.800 años AP). En cuanto al estado de preservación de las conchillas se observa cierto grado de fragmentación en S. meridionalis en los niveles inferiores del perfil.
En la cuadrícula 2 del sitio Calera (ca. 3.300-2.000 años AP) se identificaron un total de once taxones de moluscos. Diez de estos corresponden a gasterópodos y un bivalvo (Tabla 1). La mayor abundancia se observa en Drepanotrema sp. Desde el análisis tafonómico, se registra muy escasa fragmentación y pulido, particularmente en los taxones acuáticos de conchilla muy delgada como Aplexa minor, Drepanotrema sp., Uncancylus. concentricus y Pisidium sp. El análisis tafonómico y cuantitativo anexado recientemente para la cuadrícula 2 y las características geológicas, permitieron plantear algunas aproximaciones para el sitio arqueológico.
En El Puente se reconocen seis taxones de moluscos (Holoceno tardío) (Tabla 1). El taxón más abundante es Retidiscus reticulatus. El estado de preservación es muy bueno. La datación en proceso permitirán establecer la cronología del primer registro fósil para la región pampeana de Pisidium sp. y Antillorbis nordestensis.
En las recolecciones superficiales de ejemplares vivientes realizadas en el arroyo Tapalqué, arroyo San Jacinto y en zonas aledañas a los mismos se recuperaron ocho taxones de moluscos (Tabla 1). Entre ellos seis taxones de gasterópodos son de ambientes acuáticos (Heleobia parchappii, U. concentricus A. minor, Biomphalaria peregrina, Antillorbis nordestensis y Drepanotrama sp.), un taxón bivalvo (Pisidium sp) y uno hidrófilo (Omalonyx unguis).

Tabla 1: Composición total del registro malacológico de los sitios arqueológicos y vivientes en el área de Olavarría. Referencia: Se indican los primeros registros en el área.

b1

b2

Figura 1: Diversidad y abundancia relativa de moluscos de los sitios estudiados.

Interpretaciones paleoambientales para los sitios de Olavarría

El análisis sistemático, tafonómico y cuantitativo llevado a cabo permite inferir ciertas características ambientales para cada uno de los sitios arqueológicos de Olavarría. En el sitio arqueológico Campo Laborde se registran eventos de caza/carroñeo (muy próximos en el tiempo) de Megatherium americanum (Messineo 2008), cronológicamente ubicado en ca. 8.000 años AP, con edades extremas en ca. 9.700 años AP y 6.700 años AP (Holoceno temprano) (Messineo y Politis 2009). El análisis malacológico permite inferir la presencia de un ambiente de pantano, vinculado con el incremento de las condiciones de humedad del suelo. Posteriormente, se registra una leve disminución de la humedad, mientras se mantenían las características palustres del microambiente. Por lo tanto, en el depósito donde se hallaron los restos de megamamíferos presenta condiciones favorables para el encharcamiento durante periodos de tiempo prolongados. Estas conclusiones son coincidentes con la evidencia estratigráfica, sedimentológica y polínica (ver Prieto 1996; Messineo 2008).
Con respecto a la cuadrícula 2 del sitio Calera, trabajos arqueológicos previo proponen un origen relacionado con prácticas rituales múltiples y con el depósito ceremonial de objetos y desechos (Politis et al. 2005; Messineo y Politis 2007) y/o festines (Politis et al. 2005; Álvarez 2009). A partir del análisis de los moluscos dentro de la cuadrícula 2 se registra la presencia de un microambiente de agua dulce, de características lacustres a palustres calcáreas, oxigenado y sin corriente de agua encauzada. La cuadrícula 2 de Calera podría haber permanecido abierta luego de las ofrendas y se habría inundado a partir del escurrimiento superficial del agua hacia los rasgos excavados antrópicamente en el sedimento. Estas condiciones ocurren debido a la posición topográfica las superficies de escurrimiento del área de Calera, caracterizadas por una baja a muy baja capacidad de drenaje. Estas superficies favorecen la formación de cuerpos de aguas aislados, de profundidad variable durante un período de condiciones ambientales más húmedas que las actuales. Por lo tanto, estas condiciones ambientales explicarían la abundancia de taxones lacustres (i.e., Drepanotrema) en estrecha relación con restos de diatomeas (características de ambientes de baja energía). Además, la presencia de ostrácodos, carófitos (estructuras reproductivas de las algas) y la composición sedimentaria, (fundamentalmente arenosa) indicarían un microambiente de agua dulce. El desarrollo de las características lacustres habría ocurrido de manera alternante con los eventos de ocupación humana. E incluso se infieren momentos de desecación y exposición de las conchillas de moluscos. Estas oscilaciones se infieren a partir de la redepositación del carbonato de calcio en las conchillas. Con posterioridad a los eventos de ocupación del sitio Calera ocurrieron condiciones ambientales más húmedas que las actuales.
Las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en el sitio El Puente señalan que los depósitos podrían corresponder a un sitio arqueológico multicomponente como consecuencia de haber sido ocupado por los grupos indígenas en diferentes lapsos temporales (Kaufmann y Messineo 2010). Los resultados malacológicos preliminares de El Puente permiten inferir que en la sección inferior del perfil estratigráfico, se infiere la presencia de un sustrato húmedo, vegetado y rico en nutrientes. Posteriormente se desarrolló un sector inundable, de características pantanosas. Como resultado de un período de mayores precipitaciones, probablemente superiores a las actuales en el área. Luego se registra la desecación del mismo y posteriormente, leve desarrollo de un cuerpo de agua. Hacia la sección superior del perfil la asociación malacológica indicarían la desecación del cuerpo de agua hacia condiciones pantanosas y la presencia de suelos húmedos, marcada por una tendencia hacia el descenso de la humedad. Esta interpretación es coincidente con la composición sedimentológica arcillo-limosa. En cuanto a la cronología del sitio, se encuentra en proceso las dataciones, sin embargo, el registro de R. reticulatus permitiría generar ciertas expectativas respecto de la edad ya que su presencia está acotada entre ca. 4.900/4.700 y ca. 1.000 años AP. Sin embargo, su mayor abundancia ocurre entre ca. 3.000 – 2.000 años AP. Por lo tanto se espera que los fechados se ubiquen en el Holoceno tardío. Debido al carácter preliminar de estos resultados con posteriores estudios geoarqueológicos se espera establecer una correlación más ajustada entre el perfil analizado y el de la excavación del sitio arqueológico.
Las principales aproximaciones paleoambientales planteadas a partir del análisis de los moluscos presentan resultados coincidentes con los modelos paleoambientales propuestos por otros proxy (i.e., Prieto 1996; Quattrocchio et al. 2008). El registro de moluscos del Holoceno temprano muestra un incremento de la humedad en ca. 8.800 años AP que favoreció la presencia de condiciones palustres durante un período prolongado de tiempo. Seguido por una intensificación muy breve de las condiciones húmedas y un posterior descenso de las mismas.
Durante Holoceno tardío, el registro malacológico de las sierras Bayas muestra una notable abundancia de la diversidad, en general, vinculada a condiciones de mayor humedad.  La riqueza y diversidad de moluscos, y los atributos tafonómicos de las conchillas acuáticas (alta fragmentación) sugieren transporte de las conchillas, probablemente relacionadas con eventos cortos de inundación con posterioridad a los ca. 2.200/ca. 2.100 años AP en el sitio Calera. Estos eventos se relacionan con el período de mayores precipitaciones dentro de una tendencia árida durante el Holoceno tardío. Como evidencia adicional para dichas inferencias se registran desplazamientos biogeográfico por efecto de las variaciones en las precipitaciones en los sitios de las sierras Bayas (Calera y El Puente). Sin embargo, los estudios realizados para el área Interserrana indican extensos períodos áridos-semiáridos en el área Interserrana interrumpidos por cambios rápidos de humedad (i.e., Tonni et al. 1999; Quattrocchio et al. 2008). Lamentablemente, por el momento no es posible comparar el presente análisis con otros bioindicadores para el área serrana, ya que no se dispone de otros registros paleoambientales. Futuros estudios permitirán discutir con mayor número de evidencias estas señales del paleoambiente, en apariencia, diferentes entre el área Interserrana y serrana de la provincia de Buenos Aires durante el Holoceno tardío.

CONCLUSIONES

Los estudios malacológicos han demostrado ser buenos indicadores de las condiciones del ambiente del pasado. El estudio llevado a acabo en el área de Olavarría aporta elementos para detectar distintos microambientes durante el Holoceno. A partir del conjunto de resultados obtenidos se propone que durante el Holoceno temprano, los grupos humanos que ocuparon el área Interserrana se tuvieron que adaptar a un periodo de transición de condiciones paleoambientales semiáridas a húmedas. Estas condiciones favorecieron el desarrollo de ambientes de pantanos de mayor o menor extensión dependiendo de los sectores analizados.
Durante el Holoceno tardío se ha identificado una gran diversidad de restos de moluscos de ambientes terrestres y fluviales, en ciertos casos, vinculada a eventos húmedos de variable intensidad. Estos eventos de mayores precipitaciones habrían sido breves con posterioridad a los ca. 2.200/ca. 2.100 años AP dentro de una tendencia general de condiciones áridas durante el Holoceno tardío.

AGRADECIMIENTOS

A los Dres. Pablo Messineo y Cristian Kaufmann por facilitar información de los sitios arqueológicos analizados. A los directivos de la empresa Cementos Avellaneda S.A., que posibilitaron las excavaciones en los sitios Calera y El Puente. Los trabajos de campo y de laboratorio fueron realizados con subsidios del CONICET y del Núcleo de Investigación INCUAPA (Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano, FACSO-UNCPBA), dirigido por el Dr. G. Politis y el Lic. J. L. Prado.

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newsletter_copete_articulosTécnico Universitario en Producción Mediática

Gustavo Sarmiento

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Se recibió en junio pasado de Técnico Universitario en Producción Mediática en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. En 2007 formó parte del grupo “Miércoles!”, que llevó a cabo el programa de televisión “Anónimos” en el canal 5 de Olavarría, un ciclo de cine temático en el Foto Club, la cobertura de la muestra de cine nacional “Lucas Demare” de ese año, y la confección de textos que fueron subidos a la web del grupo. También escribió la reseña histórica de la primera muestra de cine y fue integrante del equipo de la cátedra Teorías de la Comunicación en 2003, que organizó un ciclo de cine académico abierto a la comunidad.

Desde principios de 2008 hasta el primer día de 2010 estuvo a cargo del servicio informativo de la tarde de Radio AM 1320 (Radio Azul) de la ciudad de Azul. En 2005 hizo lo propio en la AM de Bahía Blanca LU3.

Fue ayudante alumno del Taller de Técnicas Audiovisuales I (Cine y Video) desde mitad de 2006 hasta mitad de 2010, cuando finalizó el cargo. En esos años logró tener un espacio propio, diferenciado y complementario a los teóricos y prácticos.

Además de trabajar conceptos de la materia de cara a los parciales, allí proyectó películas y propuso temas de discusión que no se llegaban a ver en la cátedra. También realizó nuevos trabajos que no se hacían hasta ese entonces en el Taller, como la filmación de plano-secuencias con libre temática y elaboración, y un ejercicio domiciliario de análisis de films de acuerdo al estudio de elementos hecho en el espacio propio como los créditos iniciales de las películas, la puesta en escena, puesta en cuadro y puesta en serie, llegando a ver más de 30 ejemplos de directores como Bergman, Godard, Tarkovsky, Fellini, Buñuel, Truffaut o Hitchcock. Para los distintos ejercicios se capacitó asistiendo a los cursos de: Dirección de Arte en el rectorado de la UNICEN en Tandil, Dirección Cinematográfica en el Centro Cultural Rojas, Estéticas Contemporáneas en el Cine en la Universidad Nacional de Buenos Aires, Seminario de Guión con Alberto Rojas Apel, y este año, el curso de Análisis de Film, también en el Centro Cultural Rojas. En relación al espacio audiovisual, elaboró trabajos destinados a congresos, críticas de películas en portales digitales de noticias y junto a Leandro Vecino realizaron el video de cierre del Encuentro de Teatro de 2006.
El eje de su labor académica estuvo centrado en dos aspectos que considera esenciales: la parte analítica y la parte creativa, como sinónimo de realización/producción de trabajos. Este último punto es el que siempre prefirió fortalecer, ya que lo ve desestimado no sólo en esa cátedra, sino también en la Facultad en general, con la premisa no siempre cumplida de estar presente en la comunidad, nutriéndose de ella y devolviéndolo con producciones de distinto tipo, que generen empatía, curiosidad, conocimiento y demanda en vastos sectores de la población. Al menos hasta donde estuvo presente en la Facultad.
Hubo proyectos pendientes que considera interesante nombrarlos para los que continúen en el Taller. Realizaciones como un fotomontaje, cortometraje de 5 minutos de libre temática y la coordinación conjunta con la facultad para que la cátedra tenga una presencia activa en la Muestra de Cine de Olavarría. Se trata del mayor evento audiovisual de la región que mantiene una perspectiva de crecimiento, lo que vuelve necesaria la presencia no sólo nominal de la Facultad, y en especial las materias audiovisuales, para acompañar y sugerir nuevos ejes o contenidos que nutran y embellezcan aún más al certamen. Logrando, por fin, no pensarlo como algo de una semana al año, sino como la motivación para que durante todo el año se piense de forma activa al cine, en Olavarría y en la FACSO.

A fines de 2007 dejó Olavarría, y después de un año en Azul, pasó a radicarse en Capital Federal. Actualmente es redactor de la sección Sociedad del diario “ultraK”Tiempo Argentino. Ingresó el primer día que comenzó a funcionar el medio, a principios de marzo. Dos meses antes que saliera a la calle. Las notas pueden variar desde subejecución presupuestaria de Macri en Educación Sexual

(http://tiempo.elargentino.com/notas/macri-apenas-ejecuto-01-del-presupuesto-para-educacion-sexual) o los reclamos de músicos independientes (http://tiempo.elargentino.com/notas/los-musicos-le-reclamaron-macri-que-habilite-mas-lugares-para-tocar), hasta una expofúnebre (http://tiempo.elargentino.com/notas/urnas-de-diseno-y-ataudes-tuneados-ultima-moda-del-mercado-funerario), que dos de cada tres internos penitenciarios estudian (http://tiempo.elargentino.com/notas/servicio-penitenciario-federal-dos-de-cada-tres-reclusos-estudian) o el uso de redes sociales (http://tiempo.elargentino.com/notas/rapto-de-una-adolescente-alerta-sobre-abuso-traves-de-las-redes-sociales).

Los ritmos, estilos, contactos o tiempos del diario mantiene diferencias obvias de lo que uno vivió en un cuatrimestre de Periodismo Gráfico. Al menos antes que saliera a la luz el suplemento El Umbral que sirve de experiencia cierta para varios alumnos de la Facultad de Ciencias Sociales. La planta del diario es muy heterogénea: comunicadores, sí, pero también sociólogos, filósofos, estudiantes de Política, y muchos otros que se nutrieron hace años en la práctica sin haber terminado una carrera. De ahí el énfasis en cursar y estudiar, pero también salir a la calle y practicar, producir, crear, como una constante capacitación cotidiana, más allá de los caminos teóricos relativamente similares a la mayoría de las facultades.

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newsletter_copete_articulosLicenciada en Antropología Social

Lic.Carolina Planes

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Carolina Belén Planes es Licenciada en Antropología Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNICEN. Oriunda de Bahía Blanca, cursó sus estudios secundarios es las Escuelas Medias de la Universidad Nacional del Sur. Comenzó a estudiar Antropología en el año 2002 y reside permanentemente en Olavarría desde 2004.

Se graduó en 2010 con la tesis “Católicas Disidentes. Etnografía de una forma de identificación religiosa y acción política”. Desarrolló su trabajo de campo con la agrupación Católicas por el Derecho a Decidir de la provincia de Córdoba (en 2007).

A lo largo de la tesis la autora da cuenta de cómo la autoidentificación como católicas disidentes por parte del grupo se vincula con una particular representación y acción política.


La tesis se centra en el análisis de las percepciones de los límites y alcances que de política y religión tienen las personas con las que se llevó a cabo el trabajo y, de esta manera, subsidiariamente se ingresa en el campo de estudios de la política y la religión. La investigación de la tesis se enmarcó en su participación como integrante del Programa Permanente de Estudios de la Mujeres (PPEM) de la misma Facultad en la que estudió. En el año 2005 ingresó como pasante becada (por 6 meses) y luego continuó como integrante del Programa hasta 2009. A partir de la participación en el PPEM y de la formación con la Dra. Laura Masson, a cargo del mismo, la licenciada especializó su formación de grado en perspectiva de género; estudios de antropología de la política y etnografía en términos generales. A su vez, participó en la planificación y el desarrollo de diferentes acciones de extensión universitaria:
En 2005,  se formó en seminarios internos de lectura y análisis; llevó a cabo tareas de producción de artículos periodísticos publicados en el diario de la localidad de Olavarría (Mujeres y Política en Olavarría. Entrevista sobre Ley de Cupo Femenino en Argentina –Ley 24.012-) y participó del trabajo de campo en el XX Encuentro Nacional de Mujeres en Mar del Plata.
Entre 2005 y 2008, ya como integrante del Programa, participó del Consorcio Nacional por los Derechos Reproductivos y Sexuales (CoNDeRS) a partir de la asistencia a talleres organizados por el Consorcio; el monitoreo local de la aplicación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable y la redacción de informes de situación y difusión.
En 2006 participó de la organización y ejecución de talleres de género y sexualidad con integrantes del Taller Protegido “Crecer Juntos” de Olavarría.
Durante 2007 y 2008 fue integrante del equipo responsable del Proyecto “Educación Sexual para Decidir” subsidiado por la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) y que contó con el desarrollo de talleres de salud sexual para referentes barriales y en escuelas; capacitación para docentes y creación de material de difusión.
Durante el curso de su carrera de grado y su formación con la Dra. Laura Masson, la licenciada fue becaria de:

Becas de Formación en Docencia e Investigación para Estudiantes Avanzados de la Facultad de Ciencias Sociales, UNICEN. En el proyecto  “Relaciones de Género en el campo político en  Argentina”, por dos períodos durante 2006 y 2007.

Beca de Entrenamiento del Centro de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC). Con el plan de trabajo “Compromiso religioso y participación política: el caso de Católicas por el Derecho a Decidir en Argentina”, en el periodo 2007 -2008.

Desde 2008 trabaja en el ámbito privado como integrante del equipo social coordinado por la Magistranda Laura Díaz Galán y del que también participa Paula Rodríguez (tesista en Antropología Social, también de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNICEN). Desde ese año y hasta la fecha han trabajado para diferentes consultoras, empresas y fundaciones; llevando a cabo estudios de impacto, planes de relaciones comunitarias y relevamientos sociales de áreas rurales y urbanas dentro del territorio argentino, entre los que se cuentan:

2008-2009: Evaluaciones sociales para proyectos de explotación petrolera con la empresa consultora ERM S.A.

2009-2010: Evaluación social, diseño y aplicación de planes de relaciones comunitarias para la empresa Gran Tierra Energy Argentina.

2010: Evaluación social para el diseño de un plan de acción para la biodiversidad con la empresa consultora NVN S.A.

         Relevamiento del uso de los recursos naturales por la población wichí en el oeste formoseño con Fundación Norte.

Descargar tesis.

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newsletter_copete_articulosLA COMUNICACIÓN INSTITUCIONAL EN LOS COLEGIOS PRIVADOS CONFESIONALES

Prof. Julio Pereiro
Facultad de Ciencias Sociales (UNCPBA). Av. Del Valle 5737 (CP 7400) Olavarría.
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Recibido 11 de diciembre 2010. Aceptado 14 de diciembre 2010.

RESUMEN

El presente artículo aborda los diferentes tipos de relación que pueden establecerse entre un colegio y la comunidad a la que se circunscribe y como la comunicación institucional puede ser empleada como una estrategia para estrechar los vínculos entre ambos.

Palabras clave: Comunicación institucional; Escuela; Comunidad.

ABSTRACT

The present article approaches the different types of relations that can be established between a school and the community to which it is confined and how institutional communication can be used as a strategy to strengthen the bonds between both.
 
Keywords: Organizational communication; School; Community.

INTRODUCCIÓN

El presente artículo es una presentación de (una parte de) mi Trabajo Final de Integración, el cual pretende dar cuenta de la relación entre la comunicación institucional implementada por los colegios privados confesionales y la imagen que de éstos se forman sus públicos externos. Para ello he realizado un estudio de caso en el Colegio Santa Teresa. Dicho establecimiento educativo se fundó en 1901 en la localidad de Colonia Hinojo, partido de Olavarría. El Colegio es de carácter confesional, y pertenece a la congregación Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo.

RELACIÓN ENTE EL COLEGIO Y LA COMUNIDAD

Un aspecto central de la investigación fue la relación entre el colegio y la comunidad. En este sentido, toda organización se enmarca en un contexto determinado que lo atraviesa, configurando en parte sus características particulares. Al respecto, Emilio Tenti Fanfani analiza la relación entre comunidad y escuela a partir del siguiente interrogante: “¿de qué manera se realiza esta apertura de la escuela?” y propone tres formas o modelos de participación.
El primero de ellos es denominado estructural, puesto que necesariamente para que se produzca el aprendizaje se requiere una colaboración, un acercamiento entre el aprendiz y su familia, los docentes, los recursos pedagógicos, etc. Esta forma de participación de forma frecuente es dejada de lado en el análisis de la relación entre escuela y comunidad.
El segundo es el contributivo. En este modelo se asocia la participación con la contribución, especialmente económica, ya sea bajo la forma de dinero, trabajo u otros recursos. Esta es la forma tradicional de concebir la participación comunitaria en las escuelas. La unión de padres de familias, cooperadoras escolares y demás organizaciones similares son un claro ejemplo de cómo se materializa este modelo de participación.
Finalmente, el tercero es el político. En este caso la participación no solo se relaciona con el aporte económico, sino con la participación en la toma de decisiones, “tanto como elector o como representante y de esta manera contribuir a decidir el sentido, las finalidades y objetivos que vale la pena perseguir. Llamamos política a esta dimensión, porque tiene que ver con la construcción y el manejo del poder en las instituciones” (Tenti Fanfani 2004: 4).
En este sentido, a partir de lo investigado el tipo de participación que espera el Colegio de la comunidad es –de forma predominante– el contributivo y, en segundo término, el estructural, sintetizado este último en un deseo de acompañamiento a las diversas actividades organizadas por el establecimiento.

No obstante, en ningún momento se prevee que la participación trasciende este rol de provedor económico o “sostén emocional”, es decir que la participación política queda excluida por completo. Esto se debe en gran parte a la carencia del establecimiento de canales de comunicación entre el Colegio y la comunidad en un sentido bidereccional.

LA IMAGEN DEL COLEGIO EN LA COMUNIDAD

La imagen institucional puede ser considerada como el conjunto de características que posee una organización según la perspectiva de alguien externo a la misma. En este sentido, Norberto Chávez considera a la imagen institucional como “el fenómeno de opinión pública consistente en la lectura social de los atributos y valores de la institución” (Chávez 1994: 142). Planteado en otros términos, la imagen institucional es una reconstrucción relativamente sistemática realizada a partir de la opinión del público externo respecto de una organización determinada, en la cual no solo se incluye el conocimiento sobre la misma, sino también una valoración permeada por sentimientos.
En cuanto a la forma de indagar la imagen institucional, se consideró que la mejor manera de hacerlo es mediante una reconstrucción de la misma a partir del análisis del discurso de los miembros de la comunidad en que la organización se circunscribe. En este sentido, la técnica de recolección de datos empleada fue la entrevista en profundidad. Con este fin se establecieron cuatro ejes para la realización de las entrevistas.
El primer eje, conocimiento de las características del colegio en la actualidad buscó indagar acerca  de las representaciones que poseen los habitantes del colegio y si estas se relacionan o no –y en qué medida– con la realidad institucional del establecimiento. 
El segundo eje, conocimiento de las actividades que realiza el colegio hizo hincapié en aquellas actividades que realiza el colegio por fuera del rol tradicional de dictar clases, lo cual ayudará a comprender los alcances y limitaciones de la comunicación institucional de la organización.
El tercer eje, opinión general de la escuela se focalizó en los aspectos positivos y negativos del colegio según la visión de la comunidad, apelando al plano valorativo del discurso, es decir que se buscó analizar no solo lo que piensan los miembros de la comunidad de la institución, sino también como se vinculan –o no– afectivamente con la misma.
Finalmente, el cuarto y último eje, relación entre el Colegio y la comunidad, indagó sobre la percepción de los miembros de la comunidad respecto de la relación entre la misma y el colegio, así como las expectativas que poseen para con el establecimiento educativo.
Dentro de las proposiciones formuladas destacan cuatro, las cuales pueden ser consideradas como representativas de la imagen del colegio en la comunidad:

El colegio no comunica de forma eficiente los eventos que organiza o en los que participa. Varios miembros de la comunidad, en especial aquellos que no poseen relación directa con el establecimiento en la actualidad, es decir quienes no tienen un familiar estudiando o trabajando en el Colegio, a menudo desconocen los eventos que organiza el polimodal.

El colegio debería organizar y/o participar en (más) eventos para acercarse a la comunidad. Los miembros de la comunidad coinciden en que el colegio debería “acercarse” más a la comunidad, y que una buena forma de lograrlo es a partir de la participación y/u organización de eventos, tanto en la localidad de Colonia Hinojo como en la ciudad de Olavarría.

El colegio es solventado por la Congregación en Alemania. Si bien el Colegio recibe fondos de la Congregación cuya sede se encuentra en Alemania, la mayor parte de los ingresos para el mantenimiento así como para los salarios de algunos docentes (catequesis, informática, etc.) provienen tanto del cobro de una cuota mensual a los estudiantes, las colaboraciones recibidas así como de la organización de eventos para recaudar dinero. En este sentido, varios miembros del Colegio consideran que esta creencia es la razón por la que muchos padres deciden no pagar la cuota, asumiendo que los gastos del establecimiento serán cubiertos en su totalidad por la Congregación.

La escuela es cerrada a la comunidad. De forma similar a la proposición respecto a la buena situación económica de las Hermanas, otra frase que circula en el imaginario colectivo, la cual es reiterada por varios miembros de la comunidad es que el colegio no mantiene un diálogo fluido con la comunidad.

EL COLEGIO Y LA COMUNICACIÓN INSTITUCIONAL

Una de las principales inquietudes de los miembros del colegio se vincula con la escasa participación de la comunidad en los distintos eventos organizados por el establecimiento, ya sean muestras, actos académicos, presentaciones, bingos, etc.
No obstante, el colegio no posee canales de comunicación externa, más allá de la transmisión oral (boca en boca), así como tampoco existen canales formales de comunicación de la comunidad hacia el colegio.
Al respecto, Joan Costa sostiene que la comunicación es más fuerte que la acción, es decir que para que realmente una idea o una acción realizada cobre importancia, esta debe ser comunicada. En tal sentido, lo que las organizaciones “deciden, planifican y realizan solo adquiere sentido, significación y valores cuando lo comunican. Comunicar una decisión, una acción, es más fuerte que la acción misma. Y decimos ‘fuerte’ en el sentido pleno del término” (Costa 2001: 128). Planteado en otros términos, no alcanza con hacer, lo hecho debe también ser comunicado, pues de lo contrario las personas que no pertenezcan a la organización ni tengan relación directa con la misma, carecerán de la posibilidad de conocer lo que sucede en su interior, ya que “el acto desaparece y la comunicación permanece porque se difunde y también se conserva (…) la acción se socializa con la comunicación. La comunicación transporta información sobre el hecho comunicado, le confiere sentido y significación, lo enriquece con argumentos y valores. Y transforma las opiniones personales en una opinión generalizada y significativa: la opinión pública” (Costa 2001: 129 – 130).
Asimismo, otro aspecto importante en cuanto a la comunicación externa es a quiénes se consideran como público de la misma. En tal sentido, los miembros del colegio de forma frecuente identifican a la comunidad únicamente con los padres, excluyendo de este modo a un gran número de habitantes de la localidad de Colonia Hinojo. De esta manera, los alcances de la comunicación institucional se ven reducidos considerablemente, de forma proporcional –en cierto modo– a la reducción de lo que se identifica como público externo.

CONSIDERACIONES FINALES

A partir de lo investigado, se puede afirmar que la imagen que posee el colegio Santa Teresa en la comunidad de Colonia Hinojo en la actualidad, es el resultado de años de procesos de comunicación institucional, involuntarios en la mayoría de los casos, lo cual ayudó a configurar una imagen de “escuela cerrada.” Esta problemática podría ser modificada a partir de una estrategia de comunicación por objetivos, retomando el planteo de Costa (2001: 129),  para quien cualquier acción que se emprenda, tiene que ser a su vez, comunicada. Para ello deben establecerse en primer lugar premisas objetivables capaces de ser evaluadas en su eficacia, es decir que la comunicación institucional no debe quedar librada al azar, sino que por el contrario debe estar coordinada en función de determinados objetivos.

Del mismo modo, es necesario crear canales de comunicación que le permitan a la comunidad vincularse con el establecimiento al mismo tiempo que es preciso evaluar la eficacia de las estrategias de comunicación empleadas hasta el momento por el colegio para analizar cuáles de ellas ha mostrado una mayor efectividad y cuáles no.

BIBLIOGRAFÍA

CHAVEZ, Norberto 1994. La imagen corporativa. México, Ediciones Gustavo Gili.

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TENTI FANFANI, Emilio 2004 Notas sobre escuela y comunidad. Documento presentado en el Seminario Internacional Alianzas e Innovaciones en Proyectos Educativos de Desarrollo Local. Reflexiones desde la Iniciativa Comunidad de Aprendizaje. IIPE/UNESCO, Bs. As. 20 de Mayo de 2004. Disponible en http://www.iipe-buenosaires.org.ar/system/files/documentos/TentiFanfani-notaseducacion_0.pdf

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