Proteger a la niñez de la zona rural
La protección de la niñez que sobrevive en la zona rural será una realidad cuando desde el Estado se realicen políticas que impliquen, entre sus virtudes, “una acción de contingencia” que dé un impulso definitivo contra la miseria, la desnutrición y el abandono que persiste en el campo, especialmente en la población infantil.
La niñez es un “activo invaluable” para el país. Por tanto, urge que sea protegida, pero especialmente la que habita en las zonas rurales. Los gobiernos no sopesan la situación que vive la infancia del campo. En esa línea de acción, apremia que los partidos y los liderazgos políticos elaboren y apliquen programas específicos, especiales, para auxiliar a los niños de las zonas rurales.
En la actual coyuntura, el liderazgo de la nación, sin importar los colores partidarios, tienen que crear una sólida base de asistencia alimentaria que salvaguarde a los niños de la zona rural. Se requiere armar el más formidable blasón para el sostén de la calidad de vida y el nivel cognitivo de la niñez campesina, en sentido general.
Es tiempo de que el Estado dominicano, y en especial los líderes políticos, en estos tiempos de campaña, asuman, discutan y contemplen en sus respectivos programas de gobierno, iniciativas a favor de la niñez campesina durante el período del 2024 a 2028. Hablamos de destinar grandes recursos para crear estructuras, especies de guarderías, “aldeas nutricionales infantiles” que tengan como único propósito garantizar a los niños rurales un esquema de alimentación balanceada, vacunación preventiva, recreación y educación, todo en un solo lugar.
Se alimentan muy mal
Muchos niños de zonas rurales se alimentan muy mal, lucen desnutridos, lánguidos y a veces obesos, aunque “coman de todo”, como se dice con mucho “orgullo” en nuestros campos. Una cosa es comer y otra es alimentarse, nutrirse sanamente.
Es un secreto a voces. Aquí todo el mundo sabe que un elevado número de la niñez de zonas rurales, especialmente del Sur lejano, sufre problemas de desnutrición. Y a veces no es ni siquiera porque falte comida, sino por falta de educación y buenos hábitos alimenticios. Lo malo de este síndrome es su consecuencia, como es la lamentable expresión, deplorable situación que se da cuando los nuevos ciudadanos provenientes del campo reflejan malnutrición mental y confrontan de por vida problemas cognitivos, tanto en su desarrollo cotidiano, como en el aprendizaje y, por ende, en su plena integración a la sociedad.
A la vez que es visible la desnutrición de la niñez rural, en la adultez esta persona muestra un estado de torpeza, luce atolondrado. Duele pensar que este estado de cosas se manifieste en el rol de la vida de esta persona, que tenga un marcado déficit de entendimiento, además de que afloren en él dificultades para integrarse a complejos procesos productivos propios de esta época. Y no exageramos. “El mal comido no piensa”, es una socorrida, aunque lamentable frase de la parafernalia política.
Pero ¿importa a nuestra clase política la situación que atraviesan estos seres humanos? ¿Se dan por aludidos frente a este problema, tanto el sector gobernante o los que aspiran a tomar las riendas del poder a partir de este año? Parece que no. Sus visiones del gobierno apuntan para otros lados: construcción, turismo, zonas francas, transporte, etc. No piensan que para que estos sectores sean exitosos se necesitan buenos ciudadanos, en todos los sentidos, particularmente con excelentes dotes cognitivas.
¿Prefieren una población bruta?
Se ha dicho que “los políticos prefieren que haya una población bruta”, porque es más fácil de manipular para sus proyectos partidarios. No lo creo y ni quisiera creer que eso es verdad.
Pero hay algo peor en esa realidad. Y es que: ¿se le ha ocurrido a algún periodista preguntar al presidente Luis Abinader o a cualquiera de los aspirantes a la presidencia de la República sobre cuáles son o serán sus políticas frente a la niñez, especialmente la niñez rural?
El tema no es nuevo, ha sido planteado durante años por CONANI, UNESCO, UNICEF, Visión Mundial, ONG y otras entidades. Todas estas instituciones coinciden en la necesidad de aplicar políticas de protección integral a favor de la niñez.
La asistencia puntual a los niños en el país está recogida en un código de la niñez, un marco teórico, normativo y regulatorio, y fue establecida, asimismo, en la Agenda 2030 de la República Dominicana. El único problema está en que muchas de las recomendaciones de estos organismos nacionales e internacionales no se aplican. En ese aspecto, se requiere que el Estado ponga en marcha sus políticas de asistencia y destine más recursos para la protección de los infantes.
De hecho, existe el Sistema Nacional de Protección de la Niñez y adolescencia, el cual contiene “principios, normas, procedimientos, técnicas e instrumentos que orientan la intervención del Estado con la finalidad de integrar, estructurar, coordinar, supervisar y evaluar las políticas, planes, programas y acciones para la atención integral de niños y adolescentes a nivel nacional”.
Para poner en marcha el señalado Sistema está el Consejo Nacional de Protección a la Niñez (CONANI). Esta institución no solo está llamada a “diseñar las políticas públicas, planes y programas a favor de la niñez y la adolescencia”, sino que también debe elaborar propuestas y velar por el cumplimiento de las normas y decisiones adoptadas a favor de este sector de la población.
En ese entorno tenemos, además, a la UNICEF, a la UNESCO, a Visión Mundial, fundaciones y entidades ONG que han estado haciendo aportes puntuales a la protección integral de la niñez en el país. Pero según nuestro parecer, no ha sido suficiente, se requieren más acciones puntuales, sectorizadas y, por consiguiente, más recursos. ¿A qué aspiramos?
Anhelamos que se realice lo siguiente:
1) Que la protección de la niñez se coloque como tema principal de los debates de los candidatos presidenciales para las elecciones del 19 de mayo de este año 2024.
2) Que la inversión en la niñez se redireccione para hacer hincapié en programas de nutrición para niños de zonas rurales.
3) Los programas de gobierno de los distintos partidos o colores políticos que se disputan las riendas del gobierno, deben contemplar entre sus planes la creación o construcción en poblaciones campesinas de “Aldeas de Nutrición de la Niñez de las zonas rurales”.
4) Que el nuevo gobierno –aunque sea una prolongación del actual- disponga de mayores recursos para poner en marcha un profundo programa de asistencia nutricional de los niños en los campos del país, especialmente en el Suroeste.
Invertir en la niñez
El estudio sobre “La inversión pública dirigida a la niñez y la adolescencia en la República Dominicana en 2021”, que fue publicado por el Ministerio de Hacienda, Dirección General de Presupuesto, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, el CONANI y UNICEF, publicado en mayo de 2023, establece las directrices de inversiones para este sector, por lo que en la actualidad solo habría que direccionar esas inversiones a la niñez de la zona rural.
“En el caso de la República Dominicana, -señala el estudio- el bienestar de los niños, niñas y adolescentes es primordial para el desarrollo y la sostenibilidad social. Para estos fines, tanto en el marco normativo nacional como internacional, se establece como una obligación a cargo del Estado destinar una proporción adecuada del gasto público a la infancia y la adolescencia”.
“En ese sentido, este estudio fue realizado con el propósito de cuantificar la proporción del presupuesto público que se destinó a la niñez y adolescencia en la República Dominicana durante el período 2021, tanto de manera directa como indirecta.
Por consiguiente, el análisis pretende facilitar a las autoridades la toma de decisiones vinculadas a satisfacer las necesidades colectivas y el bienestar de los niños, niñas y adolescentes, y fortalecer las políticas que hacen posible el cumplimiento de los derechos”. Para la medición se utilizaron dos categorías de análisis por tipo de inversión: la inversión directa, que responde a programas específicos para beneficiar a la niñez y la adolescencia; y la inversión indirecta, que corresponde a las iniciativas que, sin haber sido diseñadas específicamente para este grupo poblacional, repercuten de manera visible en su bienestar.”
Congreso de Agroecología de los Pueblos, del monocultivo a la biodiversidad
Mayo 2025
La localidad bonaerense de Luján será sede del Primer Congreso de Agroecología de los Pueblos, que reunirá a familias productoras, cooperativas, organizaciones sociales, comunidad indígenas, investigadores y asambleas socioambientales. "Un espacio de la gente que está en el territorio, que sufre los efectos del agronegocio y también produce otro modelo de campo", invitan.
El floreciente movimiento agroecológico, surgido desde los pueblos como contraposición al modelo agroexportador extractivista, se sigue organizando desde las bases y se reunirá en el Primer Congreso de Agroecología de los Pueblos. Cientos de productores, consumidores, profesionales, académicos, artistas y comunicadores, que aportan a la construcción de esta necesaria herramienta de transformación social, se darán cita en la Universidad Nacional de Luján los días 5, 6 y 7 de junio, para intercambiar, debatir y compartir sobre sus experiencias de producción y consumo en armonía con el ambiente.
Impulsado desde el Encuentro de Pueblos Fumigados Por la Agroecología y el Buen Vivir de la provincia de Buenos Aires (Epfba), el congreso promete ser un espacio en el que las y los asistentes abordarán las potencialidades y los desafíos que entraña la agroecología como paradigma alternativo, que recupera saberes ancestrales e incorpora conocimiento científico y popular, en un contexto de profundización del modelo extractivo.
Nahuel Pallitto es vecino de San Antonio de Areco y participa de diversas experiencias agroecológicas entre las que se cuentan Semilla Baguala (Red integrada de Huertas Comunitarias), el Grupo para la Promoción de la Agroecología Arequera (GruPAA), la Asamblea Socioambiental de San Antonio de Areco y Kay Pacha (espacio de permacultura), colectivos con los que participará del congreso. Pallitto es también biólogo, filósofo e investigador del Conicet y desde ese lugar plantea la relación que deben tener el conocimiento científico y los desarrollos tecnológicos con la ética y el vivir; pensando en cómo esos conocimientos pueden efectivamente ayudar a las comunidades a vivir mejor.
"Esperamos que el congreso sea un espacio para generar articulaciones. Que las experiencias que se vayan a contar puedan articularse y generar un nosotres. Un nosotres que sirva como frontera política para seguir construyendo un mundo mejor. Así que ojalá podamos encontrarnos a intercambiar, no sólo desde los saberes sino también desde los afectos, para generar ese nosotres necesario, tan necesario en este momento", plantea.
Pallitto, quien será parte de una de las mesas de debate del viernes bajo el eje "Manos a la tierra, experiencias y posibilidades", amplía: "Aclaro que no me refiero a un nosotres cerrado y rígido, que delimite con otros compañeros y otras compañeras que andan en las mismas búsquedas, sino que la delimitación sea con ese adversario que nos está generando tanto daño, con ese 'sistema mundo' que nos oprime, que nos desgasta, que nos daña. Ese es el nosotres que me gustaría que se genere en el Congreso y que delimite esa frontera política entre quienes estamos a favor de la vida y quienes no".
Entrevista Rodolfo Giardino
"En unidad, en solidaridad y en organización", propone el lema del congreso en el que colectivos sociales, productivos y académicos de varios puntos del país disertarán en torno a ocho ejes temáticos, con los que se intenta abarcar el amplio panorama de interrogantes y las valiosas certezas de la agroecología para la satisfacción de necesidades humanas.
Con la premisa de producir "en armonía con la naturaleza y el buen vivir" y el objetivo "del monocultivo a la biodevirsidad", otros ejes de debate y presentación de las decenas de ponencias recibidas plantearán discusiones profundas como "¿Transición hacia la agroecología o a la coexistencia con el agronegocio?" o "¿Agroecología autogestiva o de cogestión con el Estado?", en las que además de productores también tendrán la voz de funcionarios municipales, trabajadores del INTA y organizaciones territoriales.
Entrevista a Gabriel
¿Por qué un Congreso de Agroecología de los Pueblos?
"Sostenemos que abordar la agroecología como temática integral implica cuestionar el actual rol del Estado en el desarrollo de instituciones y políticas complejas que acompañan el modelo productivo extractivista del agronegocio, vulnerando la producción y el consumo agroecológicos", marcan posición las organizaciones convocantes como objetivo de este primer congreso.
Rodolfo Giardino, integrante del Epfba y de la Campaña Por Iniciativa Popular en Defensa del Agua Para La Vida, señala que la expectativa es la de "poder intercambiar experiencias y opiniones acerca del modelo del agronegocio, el modelo con el que se produce el alimento en nuestro país de forma hegemónica. Todos sabemos qué es una producción con venenos, con agrotóxicos que contaminan no sólo la tierra sino también a los animales, el agua y a los habitantes, perjudicando el ecosistema y la biodiversidad".
"Ahí estaremos intercambiando para ver cómo podemos ofrecer, de conjunto, un nuevo modelo más solidario, basado en la agroecología", sostiene Giardino, quien participará de una de las mesas de debate del sábado 7, bajo el eje "Acceso a la tierra, el agua y las semillas", junto a académicos de la Universidad Nacional de Luján, del Instituto de Investigaciones Gino Germani de la UBA y de la Tecnicatura Universitaria de Agroecología de la Universidad Nacional de La Plata.
Entrevista Rodolfo Giardino
Gabriel Arisnabarreta y Andrea Tortorolo forman parte de chacra La Bonita, ubicada en la localidad de Saladillo, y hace treinta años que se dedican a la producción agroecológica de verduras y lácteos. Elaboran quesos artesanales caseros, yogurt, queso crema, ricota y dulce de leche, todo con leche agroecológica producida en la chacra. En el 2005 conformaron, junto a otros vecinas y vecinos, la agrupación socioambiental Ecos de Saladillo y también forman parte del Epfba.
Gabriel estuvo presente en la asamblea del Encuentro de Pueblos Fumigados que decidió impulsar el Primer Congreso de Agroecología de los Pueblos en diciembre pasado. "Lo que se pretende es que la participación activa sea de las organizaciones sociales, ambientales, de productores y productoras que están en el territorio haciendo agroecología. Que haya un debate en el que destaque la importancia de la gente que está en el territorio, sufriendo los efectos del agronegocio y, al mismo tiempo, produce tratando de cambiar de modelo", destaca Arisnabarreta.
El productor de la chacra La Bonita, quien también presentará la experiencia productiva en el congreso, insiste en la idea de que el encuentro busca que "se escuche la voz de esas organizaciones y personas, que se arme un gran debate que aporte a construir una agroecología desde el territorio, de abajo hacia arriba y no al revés". Arisnabarreta marca el respaldo de los distintos gobiernos al agronegocio y la responsabilidad en las consecuencias del modelo actual: desforestación, expulsión de pequeños productores, concentración de la tierra y la enorme cantidad de residuos de agrotóxicos presentes en la fauna, la flora, el agua superficial y subterránea, hasta en los cuerpos de las personas.
Y resalta para quienes niegan el cambio climático, que "está relacionado con el modelo de producción y con el modelo de sociedad" en el que vivimos. "Esperamos que el congreso sirva para que todo esto salga a la luz y para hacer la mayor fuerza posible en pos de que se tome conciencia de esto y se cambie de modelo".
"En armonía con la naturaleza y el buen vivir"
"La Agroecología Integra", "Producción para la Vida Digna", "¿A dónde va nuestra producción y qué variantes podemos ofrecer", son otros de los ejes de las mesas de debate que del Congreso, donde también habrá momento para las intervenciones artísticas, el cine, la feria de productos agroecológicos y el intercambio de semillas, como parte de la cultura que promueva la agroecología y que llegará desde distintas partes del país.
Melisa Vila es agroecóloga, oriunda de Santa Fe capital y, tras vivir diez años en Brasil (donde cultivó su conocimiento en relación con la Asociación Brasilera de Agroecología), retornó al país para aportar al desarrollo de la agroecología en Argentina. Desde su regreso al país se vinculó al Grupo de Estudios sobre Espacios Cotidianos y Memoria de la Universidad Nacional de Catamarca, que busca acompañar técnicamente los procesos productivos, fortaleciendo la autonomía alimentaria mediante un diálogo horizontal entre conocimientos académicos y tradicionales, preservando saberes y variedades locales adaptadas al territorio.
Nahuel
Como parte de esa programa acompaña a un grupo de mujeres huerteras en Agua Colorada, Valle Viejo (Catamarca). "Estas mujeres demuestran que es posible producir alimentos nutritivos y libres de venenos incluso en contextos adversos, constituyendo una práctica concreta de promoción de la salud y la nutrición comunitaria. En este contexto, las variedades locales cultivadas, muchas de ellas autóctonas o criollas, poseen un alto valor nutricional y una riqueza en micronutrientes que suele verse disminuida en los cultivos estandarizados del sistema agroindustrial. Tales prácticas cuestionan el paradigma productivista y ofrecen alternativas concretas para la soberanía alimentaria, favoreciendo una alimentación más diversificada, segura y culturalmente apropiada", detalla Vila sobre la experiencia que presentará durante el congreso.
La agreocóloga es una de las tantas personas que llegarán desde otros puntos del país expectantes de las redes que logren construirse para fomentar la producción de alimentos sanos, con voluntad de aportar su conocimiento y su voluntad para la construcción colectiva. Como otros disertantes y participantes podrá quedarse los tres días del congreso gracias en una red de hospedaje solidario. "Voy con las ganas de conocer experiencias agroecológicas y ver cómo podemos hacer redes. Creo que tenemos que unir fuerzas ya que esto es algo revolucionario, porque si cambiamos la forma en la que consumimos y la forma en la que producimos, estaríamos hackeando gran parte del sistema", se ilusiona.
"Cualquier acción agroecológica necesita de mucha fuerza y unión para salir adelante y para pelear con los grandes monstruos", señala Vila sobre el modelo del agronegocio y a la espera, como el resto de los participantes, de que el Primer Congreso de Agroecología de los Pueblos abra una etapa de sistematización y consolidación de las experiencias que miles de personas de Argentina vienen realizando con la convicción de estar forjando un mundo y una sociedad en los que valga la pena vivir.
Fuente aquí
Pueblos Indígenas. Esclavitud en el Chaco, la opresión del pueblo Guaraní
Pese al Estado Plurinacional, en el Chaco del Oriente boliviano el pueblo guaraní sigue viviendo en condiciones muy precarias y como fuerza de trabajo semi-esclava. Esta situación no es nueva ni desconocida por las autoridades, lleva sucediendose por más de un siglo, el pueblo que sufre esta situación es el Guaraní, que resistió la colonización española por más de cuatro siglos, hasta que el Estado facilitó su derrota y usó como mano de obra barata si es que no esclava.
Matthias Zizka
En Bolivia este pueblo vive un estado de ‘ciudadanos de segunda clase’ o inclusive peor desde la batalla de Kuruyuki en 1892. Los guaraníes han vivido en condiciones de esclavitud o servidumbre a diferentes hacendados en la región del Chaco. En algunos casos han recibido ayuda monetaria o legal del gobierno, para afianzarse con el territorio que ha servido de vivienda a los pobladores guaraníes por generaciones. La ayuda monetaria vino bajo la excusa de que el Estado es ‘incapaz’ de proveer educación a las poblaciones remotas que viven en el Chaco, dejando esta tarea a los hacendados, dándoles remuneraciones monetarias por llevar a cabo esta tarea. La educación que se le ha dado a la población guaraní en las haciendas, ha sido una totalmente paternal con la consigna y objetivo de hacer dóciles y serviles a los pobladores, para que estxs no intenten una vez más levantarse contra sus opresores quienes explotan a la población guaraní. ¡Expropiación obrero-campesina de las tierras sin indemnización del estado al patrón!
Deolinda Carrizo: "El futuro está en la agricultura familiar" La funcionaria campesina y feminista que busca empoderar a las mujeres de la tierra
La directora de Género de la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena, militante del Mocase, promueve políticas públicas para favorecer el arraigo y la producción local.
El trabajo por la igualdad de género reviste características particulares cuando se aborda desde la ruralidad. A eso se dedica Deolinda Carrizo desde chica, mucho antes de asumir como directora de Género e Igualdad de la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (SAFCI) del Ministerio de Agricultura de la Nación. Incluso antes de que las mujeres de la agricultura familiar fueran consideradas sujetos activos para las políticas públicas en Argentina.
“Muchas acciones diarias de las mujeres campesinas se vinculan a la defensa de sus tierras, al acceso al agua, y a los recursos naturales para su subsistencia”, define, desde esos campos donde el agua es escasa y la tenencia de la tierra es precaria. Los pueblos quedan lejos y la vida humana trata de armonizar con el ambiente. En eso trabaja Deolinda del Valle Carrizo, desde el área que se oficializó como dirección nacional en pandemia. “Solo dos veces fui al ministerio como funcionaria”, destaca en la entrevista con Página/12, desde la localidad de Quimili, en Santiago del Estero, a 200 kilómetros de Santiago capital. Allí vive. Otras veces, recuerda Deolinda, había estado en el antiguo edificio de estilo donde funciona Agricultura, “por reclamos”. “Soy del Mocase”, se presenta.
Se escucha a un niño en la conversación telefónica. “Es Héctor, ha cumplido dos años”, cuenta Deolinda. La llaman “Deo”. El comentario evidencia el trabajo diverso de las mujeres en los lugares donde lo productivo –y sus carencias– se combina con la maternidad, las tareas del hogar, y hoy la nula conectividad para tramitar documentos o el seguimiento escolar de los hijos.
"Lo productivo" se resuelve de formas tan diversas como variada es la geografía de este país: son crianceras, horticultoras, pescadoras artesanales, tejedoras, elaboran dulces y quesos, harinas o conservas. La dimensión económica y sociocultural las unifica. Allí emerge la mujer campesina, criolla, de ascendencia inmigrante o indígena, sostén de las producciones familiares.
Según la FAO –aporta Deolinda--, la agricultura familiar “enfría el planeta y genera alimentos en el 24 por ciento de las tierras cultivables”. "Acá está el futuro", concluye. Destaca que “el 70 por ciento de los alimentos del planeta, provienen de estos sistemas de agricultura, indígena y pastoril”. No usan productos químicos. “Y su traslado manual hace que los alimentos no pierdan propiedades”, añade.
En el trabajo de Deolinda lo productivo es básico. “En mi región del semiárido, un problema es el acceso al agua para el consumo humano y animal. Sin agua todo se complica –describe–. Si no se construye una represa o un aljibe para acopiar lluvia, no se puede producir. Con la represa tienes agua para caballos, vacas, chivas, gallinas”. Claro, hay que tener la tierra.
En la Argentina hay más de 70 conflictos de tierras en la actualidad, y hay muchas mujeres involucradas. Para Deolinda, esto es producto de un sistema judicial que no solo promueve el desarraigo, ya que avala desalojos sistemáticamente, sino que “tiene todo reglado desde el patriarcado: la herencia, las tenencias”. A esto le suma “los créditos, los subsidios, la asistencia. Todo para los varones”.
--¿En qué ejes se enfoca la nueva Dirección de Género?
--Buscamos incorporar transversalmente la perspectiva en las políticas de producción. Y avanzar en la reglamentación de la Ley de Agricultura Familiar, la 27.118, que fue impulsada por las organizaciones y sancionada en 2014. También en promover a grupos de mujeres a través del plan "En nuestras manos", para visibilizar el rol de la mujer, y su estar en su territorio.
--¿La ley promueve acciones es ese sentido?
--No solo eso, también el arraigo de los jóvenes y los pueblos indígenas, y es importante para el sistema alimentario de nuestro país. Algo que nos atraviesa a las mujeres cuando hablamos de arraigo es que se garantice el acceso a la tierra, porque si es individual, o una parcela familiar, normalmente está a nombre del varón. Pero hay otras formas de vivir que se basan en lo comunitario, y se tiene que reconocer esa práctica.
--Parece un proyecto ambicioso…
--Es ambicioso, no imposible. Trabajamos la ley en forma integral desde la producción y el fortalecimiento de las organizaciones, pero también pensando en regular el acceso a los bienes para la producción y el arraigo, para la vuelta al campo. Que quienes quieran volver a trabajar la tierra tengan la oportunidad. Fomentar la producción local y la agroecología.
--¿Qué políticas han comenzado a implementar?
--Logramos créditos con tasa diferenciada para la mujer, con el Banco Nación. Un requisito es estar inscriptas en el Registro Nacional de Agricultura Familiar (RENAF). Hay 189.672 mujeres registradas, son el 45 por ciento del sector, de los que han accedido al registro, que fue cerrado durante el macrismo.
Primera médica wichi
Mientras en Bolivia la población indígena ronda el 41% y el 24,8% en Perú, en Brasil apenas llega al 0,4%. En la Argentina, alcanza el 2,3%. Acceder a la educación suele ser dificultoso para estos grupos generalmente por falta de recursos económicos, obligados también a recorrer mayores distancias. Luchan, además, contra los prejuicios y la discriminación.
El cuestionario del Censo 2022 incluía preguntas en cuatro lenguas originarias sobre si el entrevistado se consideraba indígena o descendiente de pueblos indígenas u originarios. Unas 955.000 personas se identificaron como indígenas o de ascendencia indígena en primera generación.
En estos días, Sandra Toribio celebró haber alcanzado el anhelo de sus ancestros al convertirse en la primera integrante de la comunidad wichi en recibirse de médica. Es la 11ª estudiante indígena que egresa de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste como becaria del Programa Pueblos Indígenas. Muchos fueron los obstáculos que debió sortear Sandra desde sus primeros años de jardín de infantes y primaria bilingüe, en los que aprendió sobre la base de su lengua indígena. Criada en Ingeniero Juárez, un pueblo del oeste formoseño, agradece los esfuerzos de sus padres para que ella y sus hermanos pudieran estudiar.
Si bien primero se inclinó por la docencia, la suerte quiso que pensara luego en ingresar a la universidad para seguir una carrera a la que sumará seguramente sus conocimientos ancestrales y que conllevará mayores beneficios para sus pares wichis.
Advertida por los suyos respecto de las injusticias hacia su comunidad, admite que le costó adaptarse, pero hoy ve coronados todos sus esfuerzos. Su valioso ejemplo confirma la importancia de democratizar el acceso a la educación para todos por igual.
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