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derLaura M. Giosa: Abogada. Profesora en las Cátedras de Derechos Humanos y Garantías y de Derecho Internacional Público en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Co-Directora del Centro de Estudios en Derechos Humanos (CEDH).

Gerardo Cerabona: Abogado. Docente de la Clínica Jurídica de Interés Público y de Derechos Humanos y Garantías en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Miembro del Centro de Estudios en Derechos Humanos (CEDH). 

⇒Introducción

Desde el año 2012 la Facultad de Derecho viene llevando adelante una agenda en materia de género que hoy le permite participar de distintos espacios institucionales a través de la enseñanza, la investigación, la extensión y la transferencia. El año 2020 posibilitó la confluencia de diferentes espacios de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires con el objetivo de trabajar un proyecto que reglamente el cupo laboral trans en nuestra institución, que derivó en un consenso más amplio sobre acceso a trabajo y educación de personas del Colectivo LGTTTBIQ de nuestra región.

⇒Propuesta de Cupo Laboral Trans en la UNICEN

Durante el año 2020, y como producto de la convergencia de diferentes experiencias y trayectorias en el ámbito universitario, comenzó a gestarse un equipo de trabajo para elaborar un proyecto de cupo laboral trans en la UNICEN.

Primero coincidieron integrantes de distintos espacios de la universidad: docentes de la Facultad de Cs. Sociales y de la Facultad de Cs. Humanas, representantes del gremio no docente, grupos extensionistas, el Programa de Género de la UNICEN. Posteriormente, se sumó la Facultad de Derecho.

La discusión que comenzó concentrada en el cupo laboral trans, dio lugar a intercambios y miradas distintas, que se complementaron y coincidieron en plantear un objetivo más amplio, que recogiera el cupo laboral, pero que no se agotara en él. De esta manera, la perspectiva se dirigió a pensar en términos de autonomía personal, para lo cual, es necesario “construir igualdad” con y para un grupo históricamente desaventajado, o más concretamente, un grupo históricamente sometido.

El Derecho occidental históricamente ha planteado diversas relaciones entre las nociones de libertad e igualdad. Seguramente los ámbitos internos de los Estados han sido el espacio más proclive para plantearlos en términos de disputa. Sin embargo, el Derecho Internacional de los Derechos Humanos promovió desde sus orígenes en 1945, una visión integradora y complementaria de ambos principios, aunque es cierto que ello ha sido expresado en forma más manifiesta recién en las últimas décadas de nuestro tiempo.

De esta forma, el Derecho Internacional de los Derechos Humanos promueve una visión de la libertad individual, del desarrollo personal, pero en un contexto de justicia social, de goce y ejercicio de condiciones de igualdad, donde la discriminación por razones de sexo o género están prohibidas. De esta manera, entender que la autonomía personal puede concebirse sólo a partir de determinadas condiciones para su ejercicio, es un punto de partida imprescindible para comprender la problemática que atraviesan los grupos históricamente desaventajados. Pero además de ello, es necesario comprender que en particular, respecto de las personas que integran estos grupos, son necesarias medidas de acción positiva, es decir, medidas que reviertan las situaciones estructurales o sistemáticas de discriminación.

Las personas del colectivo LGBTTTBIQ históricamente han sido excluidas y violentadas en el reconocimiento y ejercicio de sus derechos, por su sola identidad u orientación de género. Ello significa que no sólo han sido discriminadas en el ámbito laboral, indispensable para garantizarse por sí un adecuado nivel de vida, sino también en otros como en los espacios de salud, educación, inclusive en sus propias familias.

Por esta razón, desde los espacios públicos y privados deben pensarse y construirse condiciones que permitan comprender la problemática estructural justamente en estos términos. Una mayor autonomía de las personas trans, será posible sólo si se garantizan más y mejores condiciones para el ejercicio de derechos. Ello implica que los esfuerzos de la comunidad universitaria deben dirigirse al menos a la cuestión laboral de las personas trans, y al acceso, permanencia y graduación en la educación superior.

De esta manera, a la clásica acción afirmativa para revertir una situación de discriminación, se suman otras condiciones, que en última instancia, tienen la potencialidad de incidir en la vida de un número mayor de personas integrantes del colectivo.

Por último, es necesario resaltar que el grupo de trabajo generó un espacio de encuentro y conversación con organizaciones del colectivo de la región. Ello permitió comenzar a construir una agenda de interés entre la universidad y la propia comunidad LGTTTBIQ de nuestra región.       

⇒La Agenda de Género 2021 en la Facultad de Derecho

Desde hace varios años la Facultad de Derecho mantiene una agenda de género que se amplía constantemente, abarcando actividades de enseñanza,  extensión,  transferencia, e investigación.

Durante el 2021, se han desarrollado y restan realizarse distintas actividades en el área. En el mes de marzo, en conjunto con el Programa de Género de la UNICEN, comenzó a dictarse la capacitación en Ley Micaela para el Poder Ejecutivo y Legislativo del Municipio de Azul. Asimismo, se firmó un convenio con la Municipalidad de La Madrid para comenzar en dicha ciudad la Diplomatura Universitaria Superior en Estudios de Género y Estrategias en Políticas Públicas. Para el mes de agosto se prevé el inicio de módulos de formación en género para funcionarios/as del Municipio de Coronel Pringles. Por último, se espera iniciar la primera cohorte de la Maestría en Género, Derechos Humanos y Políticas Públicas.

En la investigación, la Facultad renovó su compromiso con la inclusión de la perspectiva de género en las convocatorias de nuevos proyectos en general, y una convocatoria especial para proyectos de investigación sobre problemáticas actuales y género, asignando a tal efecto la posibilidad de designar becarios/as en los proyectos seleccionados. Asimismo, docentes e integrantes del Centro de Estudios en Derechos Humanos de la Facultad participan de un proyecto de transferencia financiado por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) e iniciativa Spotlight conjuntamente con el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades, para relevar las medidas de reparación que surgen de las diversas políticas públicas y de sentencias nacionales e internacionales para víctimas de violencias extremas. Por otra parte, la Secretaría de Extensión y el Consultorio para Víctimas de Violencia de Género representan a la Facultad en la Mesa Local Interinstitucional contra la Violencia de Género. 

La cuestión de género fue y es una de las líneas prioritarias de la institución, incorporando como objetivo actual el desarrollo de la gestión con perspectiva de género, cuyo primer desafío es el de crear el área de género de la Facultad de Derecho, de forma tal que desde allí puedan construirse de manera colectiva con los diferentes claustros y espacios de la institución, las políticas en materia de género respecto de la enseñanza, la investigación, así como la extensión y transferencia.

⇒Reflexiones finales

En síntesis, con diversas estrategias y medidas, la Facultad de Derecho procura incidir en la agenda local y regional de género, y en particular, respecto del reconocimiento y ejercicio de los derechos de las personas del colectivo LGTTTBIQ. La formación de nuestros/as futuros/as profesionales y el trabajo mancomunado con el ámbito judicial y político, son un camino indispensable para modificar patrones de discriminación estructural. La promoción de nuevos espacios y la institucionalización de políticas dentro de la Facultad y la Universidad, constituyen otra forma de mejorar las condiciones de garantía de derechos de las personas LGTTTBIQ.

Sin embargo, y más allá de los trayectos recorridos, todavía falta mucho camino por desandar. Aún no las vemos caminar por las aulas, ni compartir nuestros trabajos, continúan con problemas en el acceso adecuado a la salud, y a la seguridad social. Por todas estas razones, es que la inclusión y participación real de las personas del colectivo LGTTTBIQ en la vida de las instituciones continúa siendo un gran desafío por alcanzar, una deuda que impide reconocernos como iguales, y por tanto, como personas más allá de cualquier condición.         

 

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