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Newsletter Nº 6


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Arqueología:

Dra. María Luz Endere

 

 

 Últimos avances en materia de protección del patrimonio a nivel mundial

En el contexto internacional se observa una tendencia hacia la integración de los diferentes componentes del patrimonio, es decir no sólo la cultura material es inseparable de su entorno natural, sino que tampoco es posible encontrar paisajes naturales prístinos en que este ausente la presencia del hombre. A ello se suma una nueva concepción consagrada definitiva en la última Convención de la UNESCO sobre Patrimonio Intangible (2003) por lo que cabría afirmar que toda cultura material (i.e. el patrimonio cultural material) tiene una dimensión espiritual insoslayable que está compuesta por las memorias, tradiciones y visiones que tuvieron y tienen los grupos humanos pasados o presentes sobre dichos bienes. Ejemplo de ellos son los paisajes culturales asociados (e.g. sitios sagrados, recientemente reconocidos por la UNESCO).

En los últimos años se ha ampliado enormemente la noción de patrimonio desde lo conceptual, lo temporal y lo espacial. Patrimonio excede la idea de monumento para incluir lo cotidiano y lo tradicional, definido ya no en términos de excepcionalidad, sino de aquello que hace a la identidad de un pueblo o de un grupo humano determinado. Se han roto las barreras de lo temporal para incluir el pasado reciente, que es receptáculo de la nostalgia de las generaciones presentes (e.g. el patrimonio industrial constituido por estructuras y maquinarias hasta hace poco en funcionamiento) y las grandes obras artísticas y arquitectónicas contemporáneas.

Finalmente se ha superado la escala geográfica, ya que es necesario proteger los bienes que se elevan por sobre la superficie de la tierra, pero también los enterrados –sitios arqueológicos hallados o potencialmente hallables- y los sitios sumergidos bajo las aguas. La Convención de la UNESCO sobre Patrimonio Subacuático -que aún no entró en vigencia- nos alecciona sobre este increíble patrimonio –barcos hundidos de todas las épocas con sus cargas, sitios prehistóricos costeros sumergidos por cambios en los niveles del mar, etc.- que sólo pueden ser preservados mediante la cooperación internacional, poniéndolos a resguardo de los grandes buscadores de tesoros.

En suma, el patrimonio se está perfilando como un continuum entre el pasado y el presente. Por otra parte, solo desde el presente somos capaces de reconocerlo y aceptarlo como patrimonio. Nuestro cometido como científicos sociales es no solo estudiarlo sino interpretarlo desde una mirada pluralista, hacerlo accesible al público, permitir su goce y tratar de contribuir a hallar en él un sentido colectivo de pertenencia y de continuidad. 

 UNESCO. Convención de la UNESCO sobre Patrimonio Subacuático. París, 2 de Noviembre de 2001.

 

UNESCO. Convención para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. París, 17 de Octubre de 2003.