Bajo
la denominación “Mientras el tiempo diga todavía...” la
experiencia pedagógica fue diseñada especialmente para
estudiantes de tercer año del nivel Polimodal en ocasión de
producirse un acercamiento de los mismos a nuestra institución en
el momento de definir su perfil universitario. En primera
instancia se desarrolló en las jornadas denominadas “Sociales
en Acción” en noviembre del año 2005 y luego fue repetida en
el “Curso de integración a la vida universitaria” (marzo de
2006) con uno de los grupos de jóvenes que ingresaban a la
Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría. La modalidad
seleccionada fue la de taller teniendo en cuenta el dinamismo y la
construcción colectiva que permite. Y el objetivo del mismo fue
situado en analizar críticamente, y desde la comunicación,
las vinculaciones entre el pasado dictatorial y el presente democrático.
II.
Situación áulica:
Problemáticas:
La
problemática que esta propuesta pretende cubrir es la fragmentación
que la circulación de discursos mediáticos, curriculares y de
sentido común generan socialmente en su lectura del
pasado y el presente.
Tema:
Las
representaciones de los jóvenes egresados del nivel Polimodal e
ingresantes a la facultad, que subyacen tras los discursos, acerca
de la relación entre la última dictadura
militar y el presente democrático.
Contenidos:
A
partir de la lectura crítica que el cuerpo de talleristas realiza
respecto de la circulación social de los discursos se estableció
la necesidad de trabajar sobre la probada polisemia de los mismos,
proponiendo distintas categorías de análisis aplicables a
la discursividad contemporánea.
Para
ello se establecieron relaciones entre autores inscriptos en la
corriente del interaccionismo verbal como Barthes y Voloshinov; y
el concepto de “lucha simbólica” de Pierre
Bourdieu que fueron anclados en las
sistematizaciones de Eliseo Verón respecto de las condiciones de
producción, circulación y recepción.
Hablar
de “lucha simbólica” constituye un intento por desnaturalizar
la creencia de una representación univoca entre el referente y el
objeto referenciado. Este concepto se centra en el hecho de que
sobre cada objeto de representación convergen y se yuxtaponen
distintas representaciones y acentos valorativos que están en
pugna y permite vislumbrar que al interior de cada sociedad, las
representaciones consiguen percibirse de manera natural o dada,
disfrazando su carácter de construcción. Bourdieu afirma que es
la sumatoria de capitales económicos y culturales los que
conforman el capital simbólico necesario para
poder “eternizar” una determinada visión de la realidad en un
contexto específico.
Roland
Barthes, por su parte, en “La guerra de los lenguajes” plantea
las categorías de lenguajes encráticos (los
que se desarrollan a la luz o bajo la sombra del poder) y
acráticos (aquellos que se construyen fuera y/o contra el
poder); mientras que Voloshinov, en una paráfrasis teórica,
plantea que el signo ideológico, la palabra en este caso, es
siempre algo re-accionario en el marco de una IDEOLOGÍA
DOMINANTE, dado que ésta se encarga de operar en el flujo dialéctico
del proceso generativo social impulsando la estabilidad de los
elementos precedentes para “acentuar” la verdad de ayer y
presentarla como de hoy.
Este
desarrollo sumado a la utilización teórica de los conceptos de
condiciones de producción, circulación y recepción de Eliseo
Verón, tiene por finalidad darle un anclaje material a los
discursos. Es decir, que se pueda vislumbrar e identificar que en
cada construcción discursiva existe una situación contextual
específica, así como los distintos discursos que forman parte de
la enunciación.
En
suma, la intención pedagógica reside en poner en evidencia que
no es el sujeto el que construye un discurso original y propio,
sino que, por el contrario, son los discursos
sociales los que hablan al sujeto. El lenguaje no es sólo
el instrumento con el que hablamos, el lenguaje nos habla, habla
de nosotros, como explicara Lacan.
Metodología:
La
modalidad de taller se propone en función de reconocerla como un
espacio de interacción en el que es posible generar un
intercambio real con los estudiantes, a partir de que se produzca
un diálogo genuino entre sus saberes previos y el material teórico
a trabajar.
Uno
de los atributos principales del enunciado es su naturaleza dialógica,
es decir: el conocimiento de a dos, plural; complemento,
confrontación, refutación, contrapunto.
La clase fue planificada en cuatro momentos. El primero de ellos
consistió en proponer a los estudiantes la elaboración de
definiciones de los siguientes conceptos:dictadura,
desaparecidos, desnutridos y piqueteros.
Pretendiendo
en esta instancia que los jóvenes recurran, individualmente, a
sus saberes previos y los materialicen en producciones escritas
las cuales se convertirían en el corpus de análisis para
el testeo y la evaluación posterior del equipo.
Una
vez redactadas las definiciones, se inició la segunda instancia
de la clase. Esta se organizó a partir de una breve explicación
realizada por los talleristas en la que se dieron a conocer
conceptos de Roland Barthes (lenguaje encrático y acrático);
Voloshinov (el signo ideológico como arena de la lucha de
clases), Pierre Bourdieu (lucha simbólica) y Eliseo Verón
(condiciones de producción, circulación y recepción).
Luego
de la explicación, se proyectaron dos breves fragmentos de
entrevistas audiovisuales: la primera realizada a un hijo de
detenidos desaparecidos y la segunda a un joven sin relación
“directa” con la dictadura (ambos estudiantes de la Fa.C.S.O.).
El
tercer momento fue de trabajo grupal. Divididos en cinco grupos,
con un tallerista coordinando la actividad en cada uno de ellos.
Cada grupo recibió un autor de los anteriormente presentados y a
partir de sus categorías se les pidió que analizaran las
entrevistas.
Por
último, para cerrar la clase, se retomaron las definiciones que
abrieron el taller para problematizarlas desde las actualizaciones
que fueron propuestas en las instancias anteriores. A partir de la
construcción de cadenas nominativas se buscaron relaciones entre
las definiciones para sistematizarlas a fin de encarar un análisis
crítico del propio discurso.
Evaluación:
La
mecánica no prevé evaluación de las
producciones escritas, sino, al final de la clase, una puesta
colectiva que genere y promueva el debate sobre las categorías
que ellos mismos utilizaron para definir a la dictadura,
los desaparecidos, los piqueteros y los desnutridos. Por
último se intenta que los estudiantes puedan desentramar
vinculaciones entre estos términos.
III.
Reflexiones en torno a la experiencia:
La
educación formal, el permanente acceso a los discursos mediáticos
y el sentido común generan un vacío de la historia.
La
experiencia arrojó la aparición de supresiones en las
competencias para relacionar distintos hechos y contextos. Los jóvenes,
en principio, no pueden aprehender la realidad en forma procesual,
sino que la perciben recortada en fragmentos sin relaciones
visibles en un contexto ahistórico.
Sin
embargo luego de estos cuatro momentos, se consiguió cumplir con
el objetivo de ofrecer una batería de instrumentos que permitan
indagar en el camino hacia una reflexión que vincule el pasado
dictatorial con el presente democrático. Uno
de los análisis desarrollados posteriormente, lo atestigua a
partir del hallazgo de rupturas y continuidades
que los jóvenes manifiestan entre el presente y el pasado en las
producciones escritas que desarrollan en los inicios de la
actividad. A saber: Tomando
las relaciones construidas entre un par de definiciones:
“desaparecidos-dictadura”, puede verse que ambos conceptos,
además de dar cuenta del paradigma que remite a un mismo tiempo
histórico, marcan rupturas y evidencian continuidades entre un
pasado aparentemente cerrado y un presente que se presenta como
eterno.
En
principio aparecen construcciones conceptuales que intentan
propiedades “objetivas” del sentido de ambos términos.
No obstante, estas explicaciones refieren en su totalidad a
lexemas de la misma raíz: “personas”, en
el caso de las definiciones de desaparecidos (“personas
que desaparecen de su ámbito habitual y no se saben las causas”)
y
“régimen” y “gobierno” en el
caso de las definiciones de dictadura (“un
régimen autoritario, donde no existen las libertades o son
reducidas”;
“es
un gobierno ejercido por las fuerzas”).
Como
afirma Humberto Eco el significado es una construcción cultural
condicionada por las redes de relaciones que una sociedad
establece, por lo tanto, podría decirse que la ausencia
planificada y el obsceno exterminio de los cuerpos, metodología
distintiva de la dictadura, se materializa en los discursos de las
actuales generaciones. Todas las construcciones conceptuales
alrededor del lexema “personas”carecen de un tiempo y un
espacio que los ubique en la historia y les otorgue nombre,
apellido, edad, genero y ocupación.
Por
su parte, la asociación que efectúan del término
“dictadura” con “régimen” y “gobierno” da cuenta, en
un principio, del reconocimiento de una instancia coercitiva. Sin
embargo, no se nombra, en términos generales, quién o quiénes
formaron parte del terrorismo de Estado. Se obstruye así, el
sujeto de la acción. Tampoco se expresa a quién o a quiénes se
reprime. Se prescinde de una referencialidad que objetive a los
militares, no sólo como los responsables de haber asesinado a
30.000 individuos, sino, simplemente, como hombres que ejercieron
el poder en un momento concreto.
En términos de Barthes, la historia se mitifica tras los
enunciados:“el mito no niega las cosas, su función, por el
contrario, es hablar de ellas; simplemente las purifica, las
vuelve inocentes, las funda como naturaleza y eternidad, les
confiere una claridad que no es la de la explicación, sino de la
comprobación”.
Para
explicar “dictadura” se mencionan términos que dan cuenta del
proceso histórico(“régimen militar gubernamental” o“ideologías
peronistas y socialistas”)
pero se los utiliza como conceptos aislados,: no se ingresa en
ellos ni en sus relaciones. Por ejemplo:
Desaparecidos:
“…son personas que nadie conoce su paradero, en la
dictadura significó la gente que la fuerza armada secuestraba
y
se llevaba a campo de concentración, eso, sino la mataban
antes…” – (definición número 21).
Dictadura:
“régimen
militar gubernamental,
que restringe
las
libertades individuales de la masa obrera y de las distintas
ideologías peronistas y socialistas” - (Definición número
7).
Analizado
en términos de Barthes, se manifiesta el “mal militar” como
una “enfermedad”reconocida pero se lo defiende de una acusación
generalizada; se evaporan aquellos procesos que vinculan “lo
militar” no sólo a las técnicas de terrorismo de Estado sino,
fundamentalmente,
a
los objetivos y consecuencias de ese terrorismo.
En
segundo lugar, la privación del sentido de la historia se
manifiesta concibiendo al período 1976-1983 como un
compartimiento cerrado en el que había “buenos” y “malos”
inmersos en
una des-realidad des-contextualizada del proceso internacional que
sacudía a América Latina. Ejemplo: Desaparecidos: “…fueron
secuestradas, torturadas y ‘eliminadas’,
por
no compartir los
mismos ideales que los que predominaban y que se imponían
bajo ese régimen…” (definición número 15).
Dictadura: “parámetro
de la bestialidad, de lo inhumano,
de
lo criminal. Creadores del
profundo
terror que vivió la sociedad. Régimen autoritario que no
reconoce ideas ajenas a sus
intereses,
o las reconoce para callarlas”- (definición número 4).
Estos
enunciados no explicitan, en ningún caso, qué ideas se defendían
y cuáles se reprimían. Sólo se menciona que se pensaba distinto
incluso sin especificar distinto de quién. Se obtura nuevamente
el sujeto de la acción. Se comprueba que hubo ideas diferentes a
las de aquellos que ostentaban el poder, pero se las purifica y se
las esencializa
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