Capacitaciones

Newsletter Nº 6


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Ira Jornada de Enseñanza de la Comunicación Social en el Nivel Polimodal.

Olavarría 2006

"Deconstruir el Olvido. Una experiencia pedagógica"

Abbatí, Ana; Fischer, Ana; Jouliá, Marcela; Lic. Martín, Ivonne; Restivo, Soledad; Rodríguez Crako, Patricia; Scipioni, Luis; Zangara, Nicolás

Colectivo de investigación e intervención social Espartaco Pertenecientes al grupo II “La construcción de lo Social” a cargo del profesor Leonardo Varela, del Proyecto de Investigaciones en Comunicación (Pro.In.Com.)

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I. Contextualización:



Bajo la denominación “Mientras el tiempo diga todavía...” la experiencia pedagógica fue diseñada especialmente para estudiantes de tercer año del nivel Polimodal en ocasión de producirse un acercamiento de los mismos a nuestra institución en el momento de definir su perfil universitario. En primera instancia se desarrolló en las jornadas denominadas “Sociales en Acción” en noviembre del año 2005 y luego fue repetida en el “Curso de integración a la vida universitaria” (marzo de 2006) con uno de los grupos de jóvenes que ingresaban a la Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría. La modalidad seleccionada fue la de taller teniendo en cuenta el dinamismo y la construcción colectiva que permite. Y el objetivo del mismo fue situado en analizar críticamente, y desde la comunicación, las vinculaciones entre el pasado dictatorial y el presente democrático.

II. Situación áulica:

Problemáticas:

La problemática que esta propuesta pretende cubrir es la fragmentación que la circulación de discursos mediáticos, curriculares y de sentido común generan socialmente en su lectura  del pasado y el presente.

Tema:

Las representaciones de los jóvenes egresados del nivel Polimodal e ingresantes a la facultad, que subyacen tras los discursos, acerca de la  relación entre la última dictadura militar y el presente democrático.

Contenidos:

A partir de la lectura crítica que el cuerpo de talleristas realiza respecto de la circulación social de los discursos se estableció la necesidad de trabajar sobre la probada polisemia de los mismos,  proponiendo distintas categorías de análisis aplicables a la discursividad contemporánea.

Para ello se establecieron relaciones entre autores inscriptos en la corriente del interaccionismo verbal como Barthes y Voloshinov; y el concepto de “lucha simbólica” de  Pierre Bourdieu  que fueron anclados en las sistematizaciones de Eliseo Verón respecto de las condiciones de producción, circulación y recepción.

Hablar de “lucha simbólica” constituye un intento por desnaturalizar la creencia de una representación univoca entre el referente y el objeto referenciado. Este concepto se centra en el hecho de que sobre cada objeto de representación convergen y se yuxtaponen distintas representaciones y acentos valorativos que están en pugna y permite vislumbrar que al interior de cada sociedad, las representaciones consiguen percibirse de manera natural o dada, disfrazando su carácter de construcción. Bourdieu afirma que es la sumatoria de capitales económicos y culturales los que conforman el capital simbólico necesario  para poder “eternizar” una determinada visión de la realidad en un contexto específico.

Roland Barthes, por su parte, en “La guerra de los lenguajes” plantea las  categorías de lenguajes encráticos (los que se desarrollan a la luz o bajo la sombra del poder) y  acráticos (aquellos que se construyen fuera y/o contra el poder); mientras que Voloshinov, en una paráfrasis teórica, plantea que el signo ideológico, la palabra en este caso, es siempre algo re-accionario en el marco de una IDEOLOGÍA DOMINANTE, dado que ésta se encarga de operar en el flujo dialéctico del proceso generativo social impulsando la estabilidad de los elementos precedentes para “acentuar” la verdad de ayer y presentarla como de hoy.

Este desarrollo sumado a la utilización teórica de los conceptos de condiciones de producción, circulación y recepción de Eliseo Verón, tiene por finalidad darle un anclaje material a los discursos. Es decir, que se pueda vislumbrar e identificar que en cada construcción discursiva existe una situación contextual específica, así como los distintos discursos que forman parte de la enunciación.

En suma, la intención pedagógica reside en poner en evidencia que no es el sujeto el que construye un discurso original y propio, sino que, por el contrario,  son los discursos sociales los que hablan al sujeto. El lenguaje no es sólo el instrumento con el que hablamos, el lenguaje nos habla, habla de nosotros, como explicara Lacan.

Metodología: 

La modalidad de taller se propone en función de reconocerla como un espacio de interacción en el que es posible generar un intercambio real con los estudiantes, a partir de que se produzca un diálogo genuino entre sus saberes previos y el material teórico a trabajar.

Uno de los atributos principales del enunciado es su naturaleza dialógica, es decir: el conocimiento de a dos, plural; complemento, confrontación, refutación, contrapunto. La clase fue planificada en cuatro momentos. El primero de ellos consistió en proponer a los estudiantes la elaboración de definiciones de los siguientes conceptos:dictadura, desaparecidos, desnutridos y piqueteros.

Pretendiendo en esta instancia que los jóvenes recurran, individualmente, a sus saberes previos y los materialicen en producciones escritas las cuales se convertirían en el corpus de análisis para el testeo y la evaluación posterior del equipo.

Una vez redactadas las definiciones, se inició la segunda instancia de la clase. Esta se organizó a partir de una breve explicación realizada por los talleristas en la que se dieron a conocer conceptos de Roland Barthes (lenguaje encrático y acrático); Voloshinov (el signo ideológico como arena de la lucha de clases), Pierre Bourdieu (lucha simbólica) y Eliseo Verón (condiciones de producción, circulación y recepción).

Luego de la explicación, se proyectaron dos breves fragmentos de entrevistas audiovisuales: la primera realizada a un hijo de detenidos desaparecidos y la segunda a un joven sin relación “directa” con la dictadura (ambos estudiantes de la Fa.C.S.O.).

El tercer momento fue de trabajo grupal. Divididos en cinco grupos, con un tallerista coordinando la actividad en cada uno de ellos. Cada grupo recibió un autor de los anteriormente presentados y a partir de sus categorías se les pidió que analizaran las entrevistas.

Por último, para cerrar la clase, se retomaron las definiciones que abrieron el taller para problematizarlas desde las actualizaciones que fueron propuestas en las instancias anteriores. A partir de la construcción de cadenas nominativas se buscaron relaciones entre las definiciones para sistematizarlas a fin de encarar un análisis crítico del propio discurso.

Evaluación:

 

La mecánica no prevé  evaluación de las producciones escritas, sino, al final de la clase, una puesta colectiva que genere y promueva el debate sobre las categorías que ellos mismos utilizaron para definir a la dictadura, los desaparecidos, los piqueteros y los desnutridos. Por último se intenta que los estudiantes puedan desentramar vinculaciones entre estos términos.

 

III. Reflexiones en torno a la experiencia:

 

La educación formal, el permanente acceso a los discursos mediáticos y el sentido común generan un vacío de la historia.

La experiencia arrojó la aparición de supresiones en las competencias para relacionar distintos hechos y contextos. Los jóvenes, en principio, no pueden aprehender la realidad en forma procesual, sino que la perciben recortada en fragmentos sin relaciones visibles en un contexto ahistórico.

Sin embargo luego de estos cuatro momentos, se consiguió cumplir con el objetivo de ofrecer una batería de instrumentos que permitan indagar en el camino hacia una reflexión que vincule el pasado dictatorial con el presente democrático. Uno de los análisis desarrollados posteriormente, lo atestigua a partir del  hallazgo de rupturas y continuidades que los jóvenes manifiestan entre el presente y el pasado en las producciones escritas que desarrollan en los inicios de la actividad. A saber: Tomando las relaciones construidas entre un par de definiciones: “desaparecidos-dictadura”, puede verse que ambos conceptos, además de dar cuenta del paradigma que remite a un mismo tiempo histórico, marcan rupturas y evidencian continuidades entre un pasado aparentemente cerrado y un presente que se presenta como eterno.

En principio aparecen construcciones conceptuales que intentan  propiedades “objetivas” del sentido de ambos términos. No obstante, estas explicaciones refieren en su totalidad a lexemas de la misma raíz:  “personas”, en el caso de las definiciones de desaparecidos (personas que desaparecen de su ámbito habitual y no se saben las causas”) y  “régimen” y “gobierno”  en el caso de las definiciones de dictadura (un régimen autoritario, donde no existen las libertades o son reducidas”; “es un gobierno ejercido por las fuerzas”).

Como afirma Humberto Eco el significado es una construcción cultural condicionada por las redes de relaciones que una sociedad establece, por lo tanto, podría decirse que la ausencia planificada y el obsceno exterminio de los cuerpos, metodología distintiva de la dictadura, se materializa en los discursos de las actuales generaciones. Todas las construcciones conceptuales alrededor del lexema “personas”carecen de un tiempo y un espacio que los ubique en la historia y les otorgue nombre, apellido, edad, genero y ocupación.

Por su parte, la asociación que efectúan del término “dictadura” con “régimen” y “gobierno” da cuenta, en un principio, del reconocimiento de una instancia coercitiva. Sin embargo, no se nombra, en términos generales, quién o quiénes formaron parte del terrorismo de Estado. Se obstruye así, el sujeto de la acción. Tampoco se expresa a quién o a quiénes se reprime. Se prescinde de una referencialidad que objetive a los militares, no sólo como los responsables de haber asesinado a 30.000 individuos, sino, simplemente, como hombres que ejercieron el poder en un momento concreto.

En términos de Barthes, la historia se mitifica tras los enunciados:“el mito no niega las cosas, su función, por el contrario, es hablar de ellas; simplemente las purifica, las vuelve inocentes, las funda como naturaleza y eternidad, les confiere una claridad que no es la de la explicación, sino de la comprobación”.

 Para explicar “dictadura” se mencionan términos que dan cuenta del proceso histórico(“régimen militar gubernamental” oideologías peronistas y socialistas”) pero se los utiliza como conceptos aislados,: no se ingresa en ellos ni en sus relaciones. Por ejemplo:

Desaparecidos: “…son personas que nadie conoce su paradero, en la dictadura significó la gente que la fuerza armada secuestraba y se llevaba a campo de concentración, eso, sino la mataban antes…” – (definición número 21).

Dictadura:régimen militar gubernamental, que restringe las libertades individuales de la masa obrera y de las distintas ideologías peronistas y socialistas” - (Definición número 7).

Analizado en términos de Barthes, se manifiesta el “mal militar” como una “enfermedad”reconocida pero se lo defiende de una acusación generalizada; se evaporan aquellos procesos que vinculan “lo militar” no sólo a las técnicas de terrorismo de Estado sino, fundamentalmente, a los objetivos y consecuencias de ese terrorismo.

En segundo lugar, la privación del sentido de la historia se manifiesta concibiendo al período 1976-1983 como un compartimiento cerrado en el que había “buenos” y “malos” inmersos en una des-realidad des-contextualizada del proceso internacional que sacudía a América Latina. Ejemplo: Desaparecidos: “…fueron secuestradas, torturadas y ‘eliminadas’, por no compartir los mismos ideales que los que predominaban y que se imponían bajo ese régimen…” (definición número 15). Dictadura:parámetro de la bestialidad, de lo inhumano, de lo criminal. Creadores del profundo terror que vivió la sociedad. Régimen autoritario que no reconoce ideas ajenas a sus intereses, o las reconoce para callarlas”- (definición número 4).

Estos enunciados no explicitan, en ningún caso, qué ideas se defendían y cuáles se reprimían. Sólo se menciona que se pensaba distinto incluso sin especificar distinto de quién. Se obtura nuevamente el sujeto de la acción. Se comprueba que hubo ideas diferentes a las de aquellos que ostentaban el poder, pero se las purifica y se las esencializa