06/08/2021 - En un contexto de crisis de magnitudes que no encuentran correlatos en la historia reciente como lo es la pandemia por el Covid-19, la antropología resurge como una ciencia social con amplio potencial para detectar dificultades y construir preguntas necesarias. La experiencia desde la Facultad de Ciencias Sociales.

pandeintA través de distintas investigaciones antropólogos y antropólogas han abordado desde diversas aristas las implicancias y efectos que ha tenido la pandemia por el Coronavirus en la vida cotidiana. “Creo que uno de los principales aportes que la Antropología Social puede ofrecer en un contexto tan crítico como el actual, tiene que ver con lo que el antropólogo Esteban Krotz caracterizó en algún momento como el carácter ‘esencialmente crítico y subversivo’ de la disciplina”, analizó el docente e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales, Dr. Juan Pablo Matta.

Para el Director del Grupo de Estudios Socioculturales del Conflicto (GESC-FACSO-UNICEN) la investigación antropológica “en tanto ejercicio de deconstrucción del orden establecido pone en evidencia las tramas socioculturales que dan forma a la vida social pero que, precisamente por su recurrencia y obviedad, se vuelven opacas desde cualquier otro punto de vista”. Tal es así que “estas tramas, tomadas usualmente como obvias y naturales, delimitan silenciosa y cotidianamente los márgenes de posibilidad de los grupos humanos por lo que el ejercicio de revelación que la tarea etnográfica supone -descubre lo que está oculto por recurrente y obvio- es en sí mismo un recurso fundamental para la necesaria transformación social”, agregó el Dr. Matta.

“Tal vez la mayor fortaleza de la Antropología Social no radique tanto en su capacidad para ofrecer soluciones concretas a temas específicos, aunque la tenga, sino más bien en su enorme potencial para dar respuesta a las dificultades que cada contexto impone a los miembros de una sociedad para realizarse las preguntas adecuadas. En tiempos en donde las preguntas y respuestas sobre los asuntos sociales parecen necesitar mayor creatividad, la Antropología Social es sin dudas un recurso social clave”, refirió el Dr. Matta.

En la Facultad de Ciencias Sociales se dictan la carrera de grado de Antropología Social y la Maestría en Antropología Social, y además cuenta con un conjunto de equipos de investigación especializados en distintas temáticas, lo que “supone una gran ventaja a la hora de pensar las capacidades que la localidad dispone para desarrollar proyectos sociales superadores. La Antropología Social dispone de una gama muy amplia de posibilidades que podrían potenciarse si se profundizaran aún más las articulaciones entre Universidad, gobierno municipal y los distintos actores que configuran el tejido social local”, refirió el Dr. Matta. Son diversas las problemáticas locales en las cuales la Antropología tiene mucho que aportar, como lo son las vinculadas a salud, ambiente, género, violencias, conflictos, educación, patrimonio, desarrollo rural y urbano, pobreza, religión, entre muchas otras.

Con el avance de la pandemia rápidamente se redefinió la agenda y se puso la capacidad de trabajo al servicio de distintas demandas coyunturales que surgían. “En nuestro caso esto tuvo que ver con una serie de episodios que comenzaban a suscitarse en distintos puntos del país (inicialmente concentrados en el AMBA) vinculados a situaciones de escrache, estigmatización, discriminación, acoso y amenazas a personas sospechadas o confirmadas de COVID-19 y agentes de salud vinculados a su atención”, refirió.pandeint1

Detalló además que su trabajo de investigación habitual está vinculado a la comprensión antropológica de los procesos que en un contexto dado vuelven problemáticos o conflictivos determinados temas, y se preguntó: “¿Cómo es que algo se convierte en un momento dado en un problema por el cual ciertos actores se sienten interpelados y movilizados a disputar públicamente; asignar responsabilidades, construir y movilizar audiencias, encontrar chivos expiatorios, etc.?”. Ante este nuevo escenario, definieron reorientar las actividades y enfocarlas en el análisis de este tipos de situaciones con el objeto de proveer en forma rápida conocimiento actualizado y de calidad a los organismos que tengan que elaborar políticas públicas para la gestión de estas situaciones.

En este contexto el Dr. Matta agregó que “desde un primer momento resultaba claro que en forma paralela al desarrollo de la enfermedad se iba desplegando otro tipo de problemática social capaz de agravar muchas situaciones que de por sí ya eran muy complicadas y que esto requeriría de atención estatal". El resultado de este trabajo enriqueció los recursos de agencias estatales y de otros investigadores que al mismo tiempo estaban analizando temas similares en otros contextos.

La participación en procesos sociales críticos

A 49 años de la fundación del Colegio de Graduados de Antropología en la Argentina, que se cumplieron el pasado 27 de julio cuando también se celebró el Día de los Antropólogos y las Antropólogas, el Dr. Matta, quien durante 7 años fue el director de la carrera de Antropología Social de la Facultad de Ciencias Sociales, analizó que “la Antropología Social argentina acredita ya una larga trayectoria de participaciones, aportes y compromisos en procesos sociales críticos”.

“Si bien el motor principal de los principales cambios sociales en materia de, por ejemplo, ampliación o protección de derechos siempre es la movilización ciudadana, antropólogos y antropólogas argentinas han ocupado un papel importante en numerosos casos. El reciente contexto de pandemia reforzó esta tradición reiterando el potencial disciplinar para elaborar respuestas y alertar sobre numerosos temas que afectan a distintos colectivos sociales”, cerró Matta.