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Dra. Almudena Hernando Gonzalo

En el marco del Doctorado en Arqueología que imparte la Facultad de Cs. Sociales, se ha dictado un Seminario de Postgrado denominado:  Arqueología, Identidad y Género” a cargo de la Docente invitada Dra. Almudena Hernando Gonzalo, proveniente de la Universidad Complutense de Madrid (España).

La investigadora explicó la particularidad de la temática que desarrolló en el seminario que dictó durante su estadía en la ciudad de Olavarría. 

Arqueología, Identidad y Género

El curso de doctorado que ha sido impartido en la FACSO entre el 5 y el 13 de junio de 2006 ha intentado analizar el modo en que los seres humanos que protagonizaron la vida en el pasado, construían su identidad.

Se parte de considerar que la identidad es el principal mecanismo de orientación del ser humano. Consiste en construir cognitivamente una idea de lo que es el mundo, y de lo que él mismo representa dentro de él. Su función principal es neutralizar la angustia que, de otro modo, le generaría la conciencia de la inabarcabilidad del universo. Si los seres humanos fuéramos conscientes de nuestra pequeñez dentro del universo, y de nuestra impotencia frente a la inmensa superioridad de sus fenómenos, la angustia nos bloquearía e impediría que pudiéramos desarrollar estrategias válidas de supervivencia. Para hacer esto, es necesario creer que tenemos en nuestras manos el control del mundo en el que vivimos, y es justamente para alcanzar este objetivo para lo que se desarrollan los mecanismos de la identidad. En consecuencia, dependiendo del grado de control material real que tengamos sobre los fenómenos de la realidad, construiremos la identidad de modos distintos, consiguiendo siempre el mismo resultado: sentir que tenemos control suficiente del mundo en el que vivimos. Ello establece una base de partida que permite universalizar los rasgos más estructurales de la identidad: existe una relación entre el grado de complejidad socio-económica y la estructura básica de la identidad de cada grupo humano. Es decir, tomando como variable independiente el grado de complejidad socio-económica, se considera posible intentar acceder a los rasgos más estructurales (nunca a los particulares) de la identidad de los grupos del pasado.

Uno de los rasgos implícitos en la construcción de la identidad es la valoración que se hace de los cambios. Cuando la división de funciones y especialización del trabajo es reducida, y por tanto, no se tiene un grado elevado de control material o tecnológico del mundo en el que se vive, el cambio constituye una amenaza y un riesgo. Si no se tiene un grado elevado de confianza en la capacidad de controlar y modificar las condiciones del presente, no se desea que ésas cambien, pues “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Al menos, se tiene la seguridad de que se sobrevive en las condiciones que se conocen, pero no se sabe lo que sucederá si ésas cambian. Por eso, hasta llegar a alcanzar un grado elevado de complejidad socio-económica, el pasado no se lee en función de unos cambios organizados en el tiempo, sino como una situación estática organizada en el espacio: el pasado se lee a través de los mitos, revelaciones sagradas que tienen el carácter de lo eterno, de lo inalterado, y que se visualizan a través de espacios míticos colocados en niveles de realidad paralelos al presente. En nuestra propia tradición histórica, sólo en el siglo XIX, una vez producida la Revolución Industrial, el ser humano tuvo suficiente confianza en su propia capacidad de transformación del mundo en el que vivía como para comenzar a leer el mundo en función de cambios, sustituyendo así el discurso mítico de los orígenes por una sucesión de etapas diferentes que habían conducido a la situación actual: Darwin en Biología, Marx en Sociología, Freud en Psicología, etc., comenzaron a generar discursos paralelos en los que distintos órdenes de la realidad pasaron a ser explicados en función de los cambios. Y dentro de esa nueva corriente discursiva e identitaria, surgió la Arqueología, que comenzó a explicar nuestro pasado más remoto en función de los cambios.

Ahora bien, el problema que esto plantea es que la Arqueología ha construido su discurso con el objetivo inconsciente, pero primordial, de legitimar la identidad del presente, de explicar a la gente de la modernidad su propio origen, de legitimar su orden actual. En consecuencia, ha construído un discurso que consistía en rastrear el origen de los rasgos que nos caracterizan a nosotros: el desarrollo tecnológico, la aparición e institucionalización de las posiciones de poder, etc. A través del positivismo y el evolucionismo se han proyectado al pasado la racionalidad y subjetividad modernas, y con ellas se ha “construído” a los “otros” del pasado de una manera en la que siempre aparecen como “etapas” menos maduras, como “embriones” de nuestra sociedad.

En este curso de doctorado se ha intentado hacer visibles estos mecanismos para poder comenzar a pensar en la gente del pasado como personas que construían su identidad de un modo tan complejo como el que rige nuestra propia construcción, pero organizado de forma distinta, en función de su menor complejidad socio-económica. Para ello, se ha partido de la convicción de que el modo en que los seres humanos construyen cognitivamente la realidad depende de dos factores: la ordenación que otorgamos a los fenómenos del universo, a través del tiempo y el espacio, y el modo en que representamos ese orden, a través de signos sacados o no de la misma realidad que ordenamos. Es decir, a través de signos abstractos e inventados por la mente humana, como la escritura (construyendo el discurso que llamamos científico), o a través de elementos que pertenecen a la naturaleza, pero que nosotros utilizamos como signos para representarla (construyendo el discurso mítico). Resulta imposible exponer aquí el desarrollo de esta temática, así que baste con decir que el curso ha consistido en explicar primero los fundamentos teóricos de esta formulación, para pasar a desarrollar después las evidencias etnológicas y los indicadores arqueológicos que nos permiten sostenerla.

Obviamente, la interdisciplinaridad es fundamental a este propósito, y éste es también uno de los objetivos del curso: luchar contra la limitadora especialización disciplinar que caracteriza a nuestras tradiciones académicas y generalizar la convicción de que cada una de las Ciencias Sociales y Humanas ofrece recursos esenciales para comprender la ilimitada complejidad del ser humano, que es, al fin y al cabo, lo que todas ellas pretenden.

En el caso concreto de Almudena Hernando, esta multi- o inter-disciplinariedad se concreta en el desarrollo de proyectos de Etnoarqueología con poblaciones actuales, que intentan relacionar el modo en que perciben su mundo y construyen su identidad con la “materialización” que hacen de su cultura, entendiendo así no sólo la fabricación de objetos concretos, sino el uso del espacio o del tiempo y la forma en que esto se materializa en su expresión cultural.

Nota en el Periódico Local “El Popular”:  www.elpopular.com.ar/06/06/11/index.html

Recomendados: Libros escritos por la Dra Almudena Hernando Gonzalo.

                                                                                              

Los primeros agricultores de la Península Ibérica: Editorial (Síntesis) 320 páginas.
Idioma:Español ISBN: 8477386803. - 1ª ed. (09/1999).

 “Este libro llega a la conclusión de que mantener la idea de que el Neolítico supone el inicio de una etapa diferente y una ruptura cultural con respecto al Epipaleolítico debe estar sólo relacionado con la necesidad que la sociedad moderna-occidental sigue teniendo de buscar sus raíces de identidad en “lo civilizado” frente a “lo salvaje”.

ARQUEOLOGÍA DE LA IDENTIDAD
Editorial(Akal)
Idioma: Español
ISBN: 8446016540.
224 p. ; 24x17 cm. (05/2002).

“El presente libro se propone un triple objetivo: 1) analizar la identidad de la Arqueología; 2) analizar la identidad social o cultural de los grupos de nuestro pasado; y 3) establecer una "genealogía" de nuestra propia identidad de sujetos modernos. Su último fin es analizar la estructura básica que explica las diferencias aparentes y la profunda similitud en la identidad de todos los grupos humanos que han existido en el pasado o existen en la actualidad.”  

¿DESEAN LAS MUJERES EL PODER?. CINCO REFLEXIONES EN TORNO A UN DESEO CONFLICTIVO
Almudena Hernando Gonzalo (Biblioteca Nueva)
Idioma: Español
ISBN: 8488123442.

264 p. ; 21x14 cm. 1ª edición (11/2003).

“La desigualdad en las proporciones de representación masculina y femenina resulta evidente en cualquier ámbito de poder. ¿Cuáles son las causas de esta situación? No cabe ninguna duda de que la competencia en un mundo que juega con claves masculinas o la necesidad femenina de duplicar los esfuerzos para atender simultáneamente a la vida pública y privada, dan buena explicación de algunas de las causas de esa desigualdad. Pero en este libro se intenta ir más allá, reflexionando sobre otro tipo de factores mucho más difíciles de tratar, que tienen que ver con la propia subjetividad femenina. Se parte de la convicción de que las mujeres encaran el poder de manera distinta a como lo hacen los hombres, porque el orden patriarcal genera en ellas conflictos que los hombres no experimentan. La pregunta de si las mujeres desean el poder intenta abrir la discusión relativa a hasta qué punto el orden patriarcal puede limitar en las mujeres un deseo que estructuralmente es inherente a la construcción de la identidad de toda persona individualizada”.