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Newsletter Nº 11


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MARCAS URBANAS.

SEÑALIZACIONES Y DUELO COLECTIVO .

Lic. María Rosa Gómez, periodista, docente e investigadora

mariargomez@speedy.com.ar

 Comunicación Social -  FACSO - UNCPBA -UBA

 

Palabras claves: Memoria-acción -arte

Keywords: Memory-action-art

 

SEÑALIZACIONES Y DUELO COLECTIVO

La utilización de señalamientos en el espacio público urbano como práctica artística que apunta a reorientar la percepción cotidiana de la realidad y a la vez interpelar al transeúnte-espectador aparece, en lo que -a falta de otro concepto que lo englobe- se conocerá como “conceptualismo latinoamericano” entre los años 60-70.

Los "vivo dito" de Alberto Greco, realizados a inicios de los 60 y las señalizaciones de Edgardo Antonio Vigo , hacia finales de esa década, tuvieron como marco un contexto nacional signado por interrupciones recurrentes del estado de derecho y un plano internacional radicalizado a la luz de revoluciones triunfantes y procesos de descolonización. (Ver Foto 1). Estas acciones, articulan con un clima de época en que las vanguardias artísticas se encuentran abocadas a involucrar el arte con los procesos sociales, politizando las prácticas artísticas, desmitificando la esfera autónoma del arte y el concepto "aurático" de la obra. Existe en estas vanguardias, en las que Vigo y Greco constituyen referentes tempranos, una fuerte apuesta por tomar como soporte de sus acciones, el espacio público. Esta actitud antiinstitucional que buscó desplazar el arte del espacio tradicional de museos y galerías hacia la calle -mucho más potente en Vigo que en Greco- se intensificará a partir de 1966 hasta los primeros años de la década de los 70. La opción por el espacio público, aún cuando expresara en la superficie la intencionalidad de poner en tela de juicio los circuitos de exposición y circulación del arte, en lo profundo, subrayaba también un desafío político al intervenir de manera no formal el trazado urbano, político por naturaleza.

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(Foto 1) Alberto Greco, vivo dito, 1962

El trazado político.

Desde el trazado del espacio público disciplinador pensado por George Eugene Haussmann para París durante el siglo XIX, se reproduce en las urbes de Occidente centrales y periféricas la intención de adecuar el diseño urbano como factor instrumental de construcción de identidad simbólica, a la vez que dispositivo ordenador de los circuitos de producción y consumo. El espacio público de la modernidad delimita los espacios de la dominación política, económica, espiritual, cultural y los diferencia de los asignados a la fuerza de trabajo. Facilita, a su vez, el control de desplazamiento de los distintos actores políticos y sociales. En tal sentido, el intento de apropiación del espacio público por parte de las vanguardias artísticas argentinas de los 60 y los colectivos artísticos gestados desde los 90 hasta la actualidad, fueron y son opciones que desnudan dispositivos simbólicos de construcción de sentido, que denuncian emplazamientos represivos y de control, a la vez que potencian la capacidad emancipatoria de lugares de encuentro e intercambio. El espacio público, como la identidad y la memoria, es una construcción política y social, el "dominio de la calle", como así también su abandono como escenario de participación, estará dado por los procesos históricos de avances y retrocesos de los sujetos políticos en sus demandas de derechos laborales, políticos, culturales, en suma condiciones de existencia. "Los espacios físicos siempre son al mismo tiempo espacios sociales. Cada configuración espacial expresa situaciones sociales, y, del mismo modo, las atribuciones de significado también vienen siempre estructuradas por hechos sociales".

Señalización, señalizaciones.

"La señalización es el lenguaje de comunicación destinado a transmitir al usuario de la vía las advertencias, prohibiciones, obligaciones, informaciones, orientaciones y prioridades de paso, acceso y uso de las distintas partes de la vía".(Municipalidad de Comodoro Rivadavia). "Señalar significa poner o estampar señal en una cosa para darla a conocer o distinguirla de otra, o para acordarse después de algo". (Diccionario de la Real Academia Española).

Sobre el escenario urbano, se despliegan señalizaciones viales, de obra, de casco urbano, como así también las plasmadas por las organizaciones sociales que participan de distintos reclamos y protestas. Todas estas marcas actúan sobre la percepción conciente o inconciente que se tiene respecto de la ciudad. Ciudad, que en sintonía con lo que afirma Andreas Huyssen , puede leerse "en tanto imagen y en tanto signo". Las acciones urbanas realizadas por las vanguardias de los 60-70, tienen puntos de encuentro y discontinuidad con las acciones de arte -colectivas e individuales- de quienes denuncian los crímenes cometidos por el Terrorismo de Estado (Grupo de Arte Callejero, En Trámite y Fernando Traverso, de Rosario, Escombros, de la Plata, y otros). Las condiciones de producción de estas experiencias difieren, pertenecen a contextos nacionales e internacionales particulares, con formas asociativas, objetivos y funciones distintas. Las señalizaciones institucionales se corresponden con formas convencionales que desde la administración pública apuntan a advertir, informar u orientar respecto de normas de uso y acceso al espacio público. Las impulsadas por la denuncia social, además de intervenir políticamente sobre el trazado urbano, exteriorizan situaciones emergentes de las secuelas del terrorismo de Estado ocurrido en Argentina entre los años 70 al 83, como por ejemplo el pasaje del duelo -instancia privada y personal- a la esfera pública, colectiva.

La señalización de ex centros clandestinos de detención, domicilio de represores y otros lugares relacionados al plan sistemático de genocidio implementado por la última dictadura, ya sea a través de la resignificación de los códigos viales (GAC), la reutilización de la silueta del desaparecido, devenida signo ideológico a partir del "Siluetazo" (ex centros clandestinos de detención Club Atlético y Escuela de Mecánica de la Armada) y la puesta de baldosas con los nombres de los desaparecidos realizadas por organismos de derechos humanos y organizaciones barriales son acciones que contribuyen a marcar las huellas del terrorismo de Estado, denunciar las ausencias y la morosidad de la justicia. (Ver fotos 2,3, y 4).

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(Foto 2) Señalización Grupo de Arte Callejero (GAC) (Foto 3) Siluetazo, 1983 (Foto 4) Siluetazo 2, rejas de la Escuela de Mecánica de la Armada.

En las señalizaciones viales resignificadas del Gac, hay un profundo sentido de politización en aquello, que en la marcación tradicional, sólo implicaba un ordenamiento urbano de circulación. Esta marca, además de intentar reorientar la percepción del transeúnte (como podía ser la pretensión de Greco y Vigo) asume un compromiso político que da cuenta, por un lado, de la memoria del genocidio y, por otro, de una dimensión ética que denuncia la persistencia de la impunidad, obliga a brindar esa información porque, como afirma Paul Ricouer "una acción deja una huella, pone su marca, cuando contribuye a la aparición de pautas que se convierten en los documentos de la acción humana" . En un sentido más profundo, la acción de señalizar y recordar bajo distintas formas, en fechas emblemáticas a los detenidos desaparecidos, exterioriza el trauma colectivo que instaló el genocidio en varias generaciones y materializa el desbordamiento del duelo privado hacia la esfera colectiva -tal como ha ocurrido en los funerales públicos de víctimas del HIV en EE.UU.- .

Este duelo público busca dejar una marca en la ciudad que dé cuenta del paso por la vida de un desaparecido (marcaciones sobre asfalto y veredas, baldosas y placas) o que denuncia el sitio concentracionario utilizado por el terrorismo de Estado para ejecutar el genocidio. La marca puede señalar tanto la ausencia (el desaparecido es alguien que no está, pero estuvo allí en un momento concreto), la presencia de un genocida suelto o un sitio de memoria. El repertorio de acciones realizadas por colectivos artísticos se articula y entra en sintonía con la de otros colectivos organizados -Encuentro de Barrios por la Memoria. H.I.J.O.S, Madres, Abuelas- dando lugar a nuevas acciones. La trama de lo social se expande, como también se difunde el repertorio de experiencias de lucha y denuncia. Así, en el activismo una acción es recuperada por otros sujetos colectivos, se resignifica, se modifica, crea un campo fecundo para la copia, la ritualización, la innovación, que se adapta a cada reclamo. La acción política de señalizar es por tanto una obra viva, que adapta a la vez que crea distintas instancias de la lucha por la memoria en contra del olvido y la indiferencia por la historia reciente.

Bibliografía:

Blisset, Luther y Brunzets, Sonia. Manual de guerrilla de la comunicación, Grupo Autónomo A.F.R.I.K.A, Madrid, 2000.

· Benjamin, Walter. Discursos interrumpidos I, Taurus, Buenos Aires, 1989. · Burger, Peter. Teoría de la vanguardia, Península, Barcelona, 1987.

 Candau, Joel. Antropología de la memoria, Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 2002.

 Longoni, Ana y Mestman, Mariano. Del Di Tella a Tucumán Arde, El cielo por asalto, Buenos Aires, 2000.

Longoni, Ana. ¿Tucumán sigue ardiendo? En revista Sociedad, Facultad de Ciencias Sociales-UBA, Número 24, Buenos Aires, 2005.

Masotta, Oscar. Revolución en el arte. Pop art, happenings y arte de los medios en la década del sesenta, Los libros de Sísifo, 2004. · Museo de Arte Moderno. Arte de acción 1960-1990, Buenos Aires, 1999.

Naishtat, Francisco. Problemas filosóficos en la acción individual y colectiva: una perspectiva pragmática, Prometeo, Buenos Aires, 2004.

 Ricouer, Paul. Del texto a la acción. Ensayos de hermenéutica, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2000.

 Schechner, Richard. Performance. Teoría & prácticas interculturales, Libros del Rojas, Buenos Aires, 2000.

 Voloshinov, Valentin N. El signo ideológico y la filosofía del lenguaje, Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1976.

 Wittgenstein, Ludwig. Investigaciones filosóficas, Editorial Crítica, México, 1988.

 Zibechi, Raúl. Genealogía de la revuelta. Argentina, la sociedad en movimiento, Letra Libre, La Plata, 2003.

CV abreviado de la Lic. María Rosa Gomez

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[1] Alberto Greco, artista plástico argentino. integró un grupo “informalista” en el año 1959 junto a  Enrique Barilari, Kenneth Kemble, Olga López, Fernando Maza, Mario Pucciarelli, Silvia Towas y Luis Wells En 1962 comenzó una serie de acciones urbanas que denominó vivo dito. La idea de Greco consistía en elegir a un transeúnte por la calle, detenerlo y declararlo una obra de arte. A continuación, lo rodeaba con un círculo de tiza. El acto de habla –“usted es una obra de arte”- realizaba la consumación del arte de acción; designarlo era la creación materializada. Greco también desarrolló vivo ditos en España -donde nominó a todo el pueblo de  Piedralaves  como obra de arte- en Francia e Italia.

[2] Longoni, Ana. Otros inicios del conceptualismo (argentino y latinoamericano), conferencia presentada en “Vivid Radical Memory”, Macba, Barcelona, 2007.

[3] Davis, Fernando. Edgardo Antonio Vigo y las poéticas de la revulsión, en catálogo Arte Nuevo en La Plata 1960-1976, Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, 2007, en prensa.

[4] Blisset, Luther y Brunzels, Sonia, Manual de guerrilla de la comunicación, Editorial Virus, España, 2000.

[5] Huyssen, Andreas. En busca del futuro perdido. Cultura y memoria en tiempos de globalización, Fondo de Cultura Económica,  Buenos Aires, 2007.

[6] La acción conocida como Siluetazo se desarrolló en la Marcha de la Resistencia del 21 y 22 de septiembre de 1983, durante la dictadura militar. Ese año, las Madres de Plaza de Mayo habían decidido homenajear a los jóvenes desaparecidos realizando la marcha en el Día del Estudiante. Los artistas plásticos Julio Flores, Rodolfo Aguerreberry y Guillermo Kexel, llevaron a las Madres y al Servicio de Paz y Justicia la idea de trazar sobre papel, en tamaño natural, las siluetas de los 30 mil desaparecidos y pegarlas a lo largo de Avenida de Mayo –desde el Congreso hasta la Plaza de Mayo- y calles aledañas. Algunas siluetas se realizaron previamente en facultades, escuelas de arte y partidos políticos. A lo largo de las dos jornadas centenares de manifestantes -algunos poniendo el cuerpo y otros contorneándolo sobre papel- realizaron más siluetas, que eran pegadas por grupos de jóvenes que las desplegaron sobre paredes, muros y edificios. Fue una de las acciones de resistencia urbana más impactante de la historia argentina.

[7] Ricouer, Paul. Del texto a la acción. Ensayos de hermenéutica, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2000.

[8] Crimp. Douglas. Posiciones críticas. Ensayos sobre las políticas de arte y la identidad, AKAL, Madrid, 2005.