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Arqueología
La
presente nota desarrolla la tarea realizada por el Dr. Gustavo
Politis con el Equipo Argentino de Antropología Forense en una
misión de la ONU en el África
Diario
El Día, La Plata
02-02-2005
Convocados
por la ONU, investigaron un posible genocidio
Las
matanzas en Sudán movilizan a científicos locales
Un
arqueólogo platense integró el grupo del Equipo Argentino de
Antropología Forense que estudió las persecuciones padecidas por
la población negra en Darfur
Hostilidad.
En Darfur hay cerca de dos millones de desplazados internos
El
Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) desempeñó un rol
importante en las inspecciones realizadas por la Organización de
Naciones Unidas (ONU) para determinar si hay un genocidio en los
violentos territorios de la región de Darfur, en el oeste de Sudán,
el país africano gobernado por una “dictadura islamista”.
El
informe que tiene en cuenta las conclusiones aportadas por el EAAF
fue hecho público esta semana por la ONU. La síntesis del
documento es que en esa zona existen claras violaciones de los
derechos humanos, pero la situación no llega a ser un genocidio.
El
arqueólogo del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, Gustavo
Politis, formó parte de la delegación de cuatro miembros que el
Equipo envió por pedido del Alto Comisionado del organismo
internacional. La trayectoria del EAAF es tenida en cuenta como
referencia mundial para abordar el costado “antropológico” de
los conflictos.
Experiencia
en Africa
“Formamos
parte de un equipo de más de 20 profesionales de distintas
especialidades, que trabajó primero en Ginebra y luego en las tres
provincias de la región de Darfur”, explicó a Hoy Luis
Fondebrider, el coordinador del grupo argentino que confirmó la
participación de Politis, junto a la antropóloga Mercedes Salado,
y la arqueóloga Claudia Bisso.
“Nuestro
objetivo era, a partir de la observación y el contacto con los
testigos de los hechos, determinar si existió un genocidio, si hubo
crímenes de guerra, e identificar a los victimarios”, explicó
Fondebrider.
El
trabajo en el campo incluyó, durante los meses de noviembre y
diciembre pasados, “la investigación en los distintos pueblos y
aldeas que sufrieron ataques de distinto tipo, e incluyó
entrevistas con testigos y víctimas de los ataques”. La
complejidad del caso estuvo dada por la permanente actividad militar
y los problemas logísticos y de accesibilidad que presentaba la
región de Darfur.
El
informe.
El
informe presentado esta semana por la ONU dice que el gobierno de
Sudán no persiguió una política de genocidio, aunque existen
indicios de severas violaciones de los derechos humanos perpetrados
por las fuerzas del Gobierno y las milicias bajo su control contra
las poblaciones negras de la región de Darfur. Si la ONU hubiese
confirmado el genocidio, los países que firmaron la convención
estarían obligados legalmente a emprender acciones para poner fin a
los abusos.
El
informe también precisa que hay indicios individuales de genocidio
deliberado por parte de integrantes de las fuerzas gubernamentales o
las milicias, pero no “una política de gobierno“ de las
autoridades de Jartum (capital de Sudán) para aplicar un mecanismo
de exterminio.
La
comitiva integrada por los argentinos tomó como punto de partida
para su trabajo la situación en Darfur, donde se concentraron
1.650.000 desplazados internos y 200.000 refugiados cruzaron la
frontera hacia el Chad.
También
tuvo en cuenta la destrucción en gran escala de aldeas en los tres
estados de Darfur, así como incidentes sobre matanzas de civiles,
abusos sexuales y pillaje.
La
Comisión que firma el texto reconoce que “en algunas ocasiones
individuos, incluidos funcionarios del Gobierno, pueden haber
cometido actos con intención genocida”.
Con
la información recopilada, parte de ella aportada por el EAAF, la
Comisión concluye que los actos “han sido cometidos de una forma
amplia y sistemática, por lo que pueden ser calificados como crímenes
contra la humanidad”.
Medio
siglo de confrontación
Sudán
se desgarra por guerras civiles intermitentes desde el momento en
que el país, el mayor de África, se independizó de Gran Bretaña
en 1956. Los enfrentamientos tienen su origen en décadas de enorme
desproporción entre el desarrollo del norte, árabe e islamista, y
las comunidades negras del sur, cristianas y animistas.
Pero
la guerra no fue sólo un enfrentamiento religioso, sino también la
lucha por el control de los recursos naturales. En el norte se
concentra la actividad comercial y agrícola, y las redes de
transporte terrestre y marítimo; mientras que el sur alberga las fértiles
tierras de Renk, la zona petrolífera de Bentiu y los yacimientos de
níquel y uranio.
El
conflicto étnico adquirió carácter de guerra civil. Los grupos
fundamentalistas no cejaron en su empeño para que el país sea un
estado islámico y esta presión se agravó en 1989, tras el golpe
de Estado de Omar Hasán al Bashir, que impuso la ley islámica.
Su
estrategia de poder se basó en la deportación masiva de la población
negra hacia zonas inhóspitas y la recolonización de los
territorios fértiles recién despoblados con grupos árabes.
Esta
espiral de violencia, agravada por las hambrunas, sequías e
inundaciones, ha sumido al país en una crisis humanitaria de
dimensiones incalculables: alrededor de 4,5 millones de sudaneses
permanecen sin hogar, viviendo en la pobreza como refugiados o
desplazados, más de dos millones y medio de personas han muerto y
otras tantas corren el riesgo de perecer de hambre.
En 2002 comenzaron las negociaciones de paz y se firmó un alto el
fuego. El 9 de enero último la paz asomó oficialmente en el sur
del país. Pero la violencia sigue presente en Darfur, donde el
Movimiento para la Liberación de Sudán lucha para terminar con la
discriminación de las tribus. Sus cruentos enfrentamientos con las
fuerzas gubernamentales han sumido a la población en la crisis
humanitaria más grave.
Un
equipo con mucho prestigio internacional
El
Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) es una institución
legalmente reconocida, no gubernamental e independiente, que desde
1984 trabaja en la aplicación de las ciencias forenses, en especial
la antropología, en investigaciones sobre violaciones a los
derechos humanos cometidas en la Argentina y, a partir de 1986, en
otras partes del mundo.
La
tarea principal es la investigación, la exhumación arqueológica
de restos óseos inhumados en fosas comunes e individuales, y el análisis
del material para lograr identificaciones positivas de las víctimas
y determinar causa y modo de muerte. Un aspecto central del trabajo
es la relación con los familiares de las víctimas y con los
testigos de los hechos para incorporar la temática de la memoria y
la reconstrucción histórica del pasado. Con ello se otorga un
componente humanitario a una tarea en apariencia sólo científica.
El incremento de actividades internacionales a partir de 1986 resultó
esencial, formando equipos afines, asesorando a quienes lo
requirieran y contribuyendo a la documentación científica de
abusos a los derechos humanos para
propósitos legales e históricos, creciente necesidad en las nuevas
democracias. Los miembros del EAAF -que se financia a través de los
aportes de fundaciones no gubernamentales europeas y de EEUU y de
algunos gobiernos europeos- cubren las áreas arqueológica, médica,
antropológica, jurídica e informática. Desde 1986 el equipo
realizó viajes a varias partes del mundo para conducir
investigaciones de casos, dictar seminarios y conferencias, con el
objeto de difundir la importancia de las ciencias forenses en la
comprobación científica de violaciones a los derechos humanos.
Como parte de la actividad se da un énfasis muy grande a la tarea
de formar equipos similares de expertos en Antropología Forense en
cada lugar visitado. El equipo está formado por miembros con
dedicación exclusiva que cubren las áreas arqueológica, médica y
antropológica; y miembros con dedicación semi exclusiva que cubren
las áreas jurídica e informática.
El
hambre es la consecuencia.
La
hambruna que viven cerca de dos millones de personas es la
consecuencia directa de la crisis que persiste en Darfur, la zona
menos productiva de Sudán. Los rebeldes acusan a las autoridades de
Jartum de favorecer económicamente a las comunidades árabes del
norte, en detrimento de esta desértica región habitada por
numerosas tribus de raza negra, así como de ejercer una fuerte
represión sobre ellas condenándolas al subdesarrollo. La política
de “tierra quemada” llevada a cabo por las milicias árabes causó
cerca de 50.000 muertos y obligó a huir de sus hogares a más de un
millón y medio de personas, que se convirtieron en desplazados
internos dentro del país. Otras 200.000 personas huyeron al vecino
Chad, aunque, según Cruz Roja, sólo la mitad se refugió en los
campamentos. El resto están diseminadas a lo largo de los 600 kilómetros
de frontera, en condiciones extremas. Las ONG, que llevan meses
pidiendo ayuda para civiles, acusan a estas milicias, vinculadas
supuestamente con el gobierno, de quemar las aldeas, provocar
violaciones en masa, asesinatos indiscriminados y otros atentados
contra los derechos humanos.
El
Dr. Gustavo Politis se desempeña como Docente / Investigador
en la Universidad de La Plata y en la Facultad de Ciencias Sociales
de la UNICEN.
Director del Doctorado en Arqueología en la Facultad de Cs.
Sociales - UNICEN.
Investigador PRINCIPAL del CONICET.
Desde 2006 es Presidente de la Sociedad Argentina de Antropología.
Desde
2005. Miembro de la Posgraduate
School de Texas A&M University, College Station, Texas, EEUU.
2003.
Beca John Simon Guggenheim.
2003.
Premio Nacional de Ciencia "Bernardo Houssay" en la
Categoría
Desde
2002. Investigador Asociado a la Fundación La Salle, Caracas,
Venezuela.
Investigador
Consolidado en al área de Historia, Antropología y Geografía.
1999. Miembro Honorario de la Sociedad Colombiana de Arqueología.
1998. Premio a la Producción Científica Individual (Categoría
Investigador Formado). Universidad Nacional del Centro de la Pcia.
de Buenos Aires.
1998.
Banquet Speaker. 31st Annual Canadian Archaeological Association
Conference, Victoria, Canada, 10 de mayo de 1998.
1994. Banquet Speaker. Annual Meeting of the Texas Archaeological
Society, Lubbock, Texas, 6 de noviembre de 1984
1994. Banquet Speaker. 52nd. Annual Plains Anthropological
Conference, Texas, 3 de noviembre de 1994.
1991. Associate Member. Darwin
College. Cambridge, Gran Bretaña.
1987. Premio Nacional de Ciencia "Bernardo Houssay" a uno
de los mejores trabajos de investigación Científica. Categoría B
(menores de 35 años).
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