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RESEÑA DE TESIS DE GRADO DE LA LICENCIATURA EN ANTROPOLOGÍA ORIENTACIÓN SOCIAL

“EL VERDE SE ESTÁ SECANDO”: CONFLICTO SOCIOAMBIENTAL EN EL PARTIDO DE TANDIL EN TORNO A LA GESTIÓN, UTILIZACIÓN Y OCUPACIÓN DEL SISTEMA SERRANO DURANTE EL PERÍODO 2006-2010.

Girado Agustina

Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría (UNICEN)

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Recibido 27/04/2012.

Aceptado 9/052012.

RESUMEN

El presente artículo exhibe avances y reflexiones generales surgidas en el marco de la realización de la tesis de Licenciatura en Antropología Social. La misma aborda un conflicto socioambiental existente en la ciudad de Tandil, provincia de Buenos Aires, en torno al uso, gestión y ocupación del sistema serrano de Tandilia. En este conflicto por la explotación/preservación del medio ambiente se enfrentan determinados actores colectivos en una arena con pluralidad de significados y prácticas.

Palabras clave: conflicto socioambiental; sistema serrano; Tandil.

ABSTRACT

This article presents general progress and reflections arising in the context of the completion of the Bachelor thesis in Social Anthropology. It addresses an existing socio-environmental conflict in the city of Tandil, Buenos Aires, about the use, management and occupation of the mountain system of Tandilia. In this conflict by preservation /exploitation of the environment certain collective actors confront in an arena with several meanings and practices.

Keywords: socio-environmental conflict; mountain system; Tandil.

INTRODUCCIÓN

A partir de considerar las relaciones socio-históricas que los actores sociales mantienen con su entorno natural y entender al medio ambiente como un universo social, como una construcción socio-política, la investigación se focalizó en la utilización, gestión y ocupación del recurso natural sierras del Partido de Tandil, problematizando las diferentes racionalidades que expresan diversas lógicas socio-políticas de los agentes participantes, las cuales se visibilizan a partir del conflicto socioambiental existente en la mencionada ciudad. El análisis se centró en el período 2006-2010 con una mirada retrospectiva para comprender mejor la problemática socioambiental. Este período incluye como acontecimientos relevantes la conformación de la Asamblea Ciudadana en Defensa de las Sierras, la sanción de la Ley de Paisaje Protegido Nº14.126[1] y la implementación de un nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT)[2], medidas municipales y provinciales tendientes a solucionar el conflicto socioambiental.

En este sentido, la problemática de investigación se abordó a partir del análisis de la complejidad vinculada a la utilización y gestión de los recursos naturales no renovables, y desde las “alteraciones” ambientales, socioeconómicas y políticas que generan determinados usos del recurso, específicamente la instalación de industrias extractivas mineras y el mercado inmobiliario. De la misma forma, la investigación intentó dar cuenta de estos factores desde su asociación con aquellos imaginarios[3] que relacionarían una “identidad de la ciudad” con el “recurso natural sierras”[4].

Asimismo, para la contextualización de esta problemática se consideró la identificación de Tandil como ciudad turística a partir de la presencia del cordón serrano. Desde el actual discurso municipal, atendiendo a esta construcción imaginaria, se vislumbra un cambio de orientación en la gestión del recurso sierras. Es decir, el beneficio que generaba la actividad minera unas décadas atrás deja de ser redituable socio-económicamente para ponderarse actualmente la conservación del recurso con fines turísticos, recreativos e inmobiliarios. Esta situación permite poner en cuestionamiento la representación social que concibe a las sierras como un bien público, pudiéndose visibilizar su apropiación privada. La reconfiguración del imaginario social genera una situación de tensión entre los ciudadanos que reclaman el acceso público y gratuito a las sierras y los propietarios privados que defienden sus derechos adquiridos por ley, en el medio de esta situación se encuentra el Municipio el cual “intenta” mediar en la disputa por el control de los recursos del medio ambiente producida entre la comunidad local y el sistema político y económico dominante.

Por otra parte, los conflictos sociales habilitan la emergencia de diversos actores que buscan tensionar las estructuras vigentes mediante la puesta en escena de sus capitales simbólicos y racionalidades divergentes. De este modo, en el conflicto socioambiental investigado, se manifiestan posiciones y valoraciones diferentes en relación a la utilización de los recursos naturales, expresándose racionalidades que se oponen a la gubernamental y/o empresarial. Por esta razón, se enfatizó en las diferentes modalidades que adquiere la resistencia comunitaria desde su capacidad de autoorganización y visibilidad, como así también en la promoción que realizan explícita y/o implícitamente de una racionalidad ambiental.

En base al trabajo etnográfico desarrollado se desprendió como hipótesis preliminar que los conflictos socioambientales cumplen un rol positivo tanto en la visibilización de las problemáticas ambientales como en la promulgación de políticas públicas. Empero, en la mayoría de los casos, no logran generar cambios estructurales en la gestión del medio ambiente ya que desde los distintos ámbitos del Estado no se habilitan canales concretos de participación y se sancionan medidas legales que en lo enunciativo están muy bien redactadas, pero no logran implementarse efectivamente. Sumado a ello, poseen una fuerte eficacia simbólica sobre la población debido a que los sujetos sociales identifican la sanción de una medida legal como “la solución definitiva a los conflictos”, distendiéndose –al menos coyunturalmente, como se pudo observar en el trabajo de campo- en los reclamos por la preservación del medio ambiente. Al mismo tiempo, se debe recuperar la idea de que los conflictos socioambientales son dinámicos y por ende continuamente surgen nuevos factores de tensión que reactivan los reclamos, imposibilitando una resolución definitiva de los mismos y poniendo de manifiesto la amalgama de intereses económicos y políticos que subyacen en la utilización y explotación de la naturaleza.

En síntesis, mediante la realización de la tesis se intentó hacer un estudio de caso de la arena de conflictos que se crea como resultado del proceso de expansión urbana sobre el sistema serrano, expresión de la dinámica sociedad-naturaleza. El crecimiento económico de la ciudad de Tandil durante los últimos 3O años se vincula con las diferentes formas de utilización y explotación del sistema serrano, lo que conlleva una fuerte presión sobre el ecosistema y la institucionalidad pública, y al mismo tiempo importantes repercusiones y disputas al interior de la población local.

 

ASPECTO METODOLÓGICO

En la investigación se estableció como unidad de estudio la localidad de Tandil, no sólo en sus contornos físico-geográficos sino en su contexto relacional-histórico, y como unidad de análisis los discursos y prácticas, también en contexto, de los actores sociales que intervienen en la arena de conflictos que se crea como parte del proceso de expansión urbana sobre el ecosistema serrano.

En este sentido, se reconocieron tres grandes grupos de actores con lógicas e intereses diferencialmente definidos política, social, económica, cultural y ecológicamente: grupos de la sociedad civil (agrupaciones ambientalistas, vecinos pertenecientes a determinados barrios, representantes del “saber experto” y prensa local); actores y protagonistas del campo de la política municipal, provincial y nacional; y grupos con intereses económicos en juego (representantes del sector inmobiliario y del sector minero). El análisis de los discursos y prácticas de los mencionados actores posibilitó abordar tres ejes relevantes de la problemática: lo político, lo económico y lo social. Empero, no se realizó un análisis aislado de cada aspecto sino que se indagó en la problemática desde una perspectiva que prioriza la concepción de sistemas complejos referenciada por Rolando García (1994).

Asimismo, el trabajo en terreno se abordó a partir de técnicas cualitativas tradicionales de la etnografía, combinándose diversas estrategias de campo y estilos analíticos y narrativos, en donde los discursos de los actores juegan el rol central en el entendimiento y abordaje del conflicto socioambiental. A partir de la reconstrucción expositiva de la investigación se busca mostrar tanto las condiciones materiales que permiten el surgimiento del conflicto cuanto la construcción subjetiva y colectiva del mismo, en donde las condiciones políticas y económicas deben complementarse con la dimensión de las representaciones y estructuras simbólicas para elucidar la complejidad de la problemática socioambiental.

 

CONSIDERACIONES GENERALES

El conflicto socioambiental presente en la ciudad de Tandil permite vislumbrar, a través del estudio de los discursos y prácticas de los actores sociales, la disputa que se genera en torno a la “ciudad imaginada” y al tipo de desarrollo que se quiere para la misma. Al mismo tiempo, posibilita reflexionar respecto a la valoración del vínculo que la comunidad mantiene con los recursos naturales.

En este sentido, existe una compleja relación entre el orden simbólico y el orden natural que conlleva a la producción de diversas racionalidades sobre el uso, gestión y ocupación del sistema serrano. La contraposición entre racionalidades (ambiental y económica) supone evaluar y comparar alternativas entre diferentes tipos de actividades: extractiva o no extractiva, sustentable o no sustentable, e implica una oposición entre dos dimensiones temporales, una acotada al presente y otra proyectada hacia el futuro (Fernández 2007).

Así, en el espacio local es posible identificar diversas valoraciones y racionalidades respecto al medio ambiente. Por una parte, se encuentra el reclamo de los vecinos, ONGs y agrupaciones ambientalistas interesadas en conservar el recurso sierras como un patrimonio natural y cultural de incuestionable valor geológico, estético-paisajístico, hídrico e identitario que excede lo netamente económico. Reclaman que se permitan sólo aquellos usos y actividades productivas que resultan compatibles con la finalidad de protección y acceso público a las sierras.

Por otra parte, se encuentra el reclamo de los empresarios mineros y los propietarios de los terrenos localizados sobre el faldeo serrano, quienes entienden a las sierras como un recurso productivo, fuente de trabajo y lugar de residencia. Cuestionan la protección “extrema” del sistema serrano fundamentando que la no utilización productiva y recreativa del recurso generaría una disminución en las fuentes laborales e impediría el desarrollo económico y social de Tandil. Asimismo, argumentan que las actividades productivas y recreativas permiten realzar las características del recurso, “ponerlo en valor” y generar un paisaje particular “que dice más que las sierras en sí mismas”.

Finalmente, se encuentra la posición del gobierno municipal que destaca el valor que poseen las sierras en tanto recurso para el desarrollo turístico de Tandil. Son los funcionarios políticos principalmente los que impulsan la imagen de Tandil como “lugar soñado”, “ciudad serrana”, visualizando al recurso serrano como plusvalor para el armado de proyectos urbanísticos y turísticos porque conjuga el interés y especulación económica con la belleza y singularidad paisajística. De este modo, detrás del discurso ambientalista que esgrime el Municipio existe una serie de intereses políticos y económicos que obstaculizan la efectiva preservación del medio ambiente.

En lo que respecta a la explotación y preservación de las sierras está en juego mucho más que el cuidado del medio ambiente. El tema de fondo es el derecho de las personas a decidir cómo deben utilizar sus territorios, como también la posibilidad de participar en la distribución de los costos y beneficios generados por ciertas actividades y/o usos de la naturaleza.

Actualmente el interrogante entre los actores en conflicto es: ¿Sierras para quién y para qué? Esta situación permite repensar el creciente proceso de urbanización que ha repercutido diferencialmente en la apropiación del suelo y los recursos de la ciudad. El Estado Municipal es quien debe realizar una equitativa regulación del recurso para conseguir una efectiva preservación de las sierras y evitar las desigualdades sociales que se generan cuando se restringe el derecho a una utilización pública y gratuita del mismo.

El desarrollo del conflicto ha puesto de manifiesto que el poder no se posee sino que se ejerce (Foucault 1973), es algo que circula, ya que los diferentes actores sociales a partir de sus acciones y discursos han generado cambios en el rumbo, foco y abordaje de la problemática, demostrando que no existe un único lenguaje ni una única manera de imaginar el desarrollo futuro de su ciudad. Es decir, la eficacia de los procesos hegemónicos de producción de sentidos sociales está puesta en debate desde los sectores subalternos ya que se oponen a los dispositivos hegemónicos[5] de dominación, generando diversas formas de resistencia y construyendo valoraciones que explican y articulan fragmentos de una “realidad alternativa”, de otra “cosmovisión del mundo”.

Es difícil proyectar el desarrollo y posible desenlace del conflicto ya que este fenómeno relativamente reciente todavía tiene mucho por debatir respecto a qué ciudad se quiere construir y qué tipo de racionalidad debería imperar. Empero, la investigación permitió develar que muchas personas se resisten a contemplar pasivamente la degradación del recurso natural sierras y, sobre la base de sus condiciones materiales de existencia, intentan participar e intervenir en la gestión, utilización y ocupación del sistema serrano.

 

BIBLIOGRAFÍA

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Plan de Ordenamiento Territorial del Municipio de Tandil.

Ley de Paisaje Protegido Nº 14.126.

Plan de Manejo Ambiental de la Ley Nº 14.126 de Paisaje Protegido.

NOTAS



[1] La Ley declara “Paisaje Protegido de Interés Provincial” el área del Partido de Tandil denominada “la poligonal” (intersección de las actuales Rutas Nacional Nº 226 y Provinciales Nº74 y Nº 30), prohibiendo  la actividad minera de las canteras que allí se localizan.

[2] El Plan de Ordenamiento Territorial regula el uso, ocupación, subdivisión y equipamiento del suelo del Partido de Tandil, al igual que determina el sistema de gestión territorial.

[3] Utilizo el concepto en el sentido que le da Armando Silva (1992) en su estudio de los imaginarios sociales urbanos como sistema de representaciones histórica y culturalmente construidas con referente en el espacio urbano, que permiten dar cuenta de la ciudad como espacio vivido. Esta concepción es solidaria de una comprensión de los imaginarios sociales que busca anular la dicotomía esencialista entre lo real y lo imaginario para desplazar sus fronteras recíprocas al interior del espacio semántico de la realidad.

[4] La denominación “recurso natural sierras” resulta ser una simplificación personal a la hora de referirme al cordón serrano de Tandilia, el cual es identificado por la totalidad de los actores seleccionados como un recurso natural. Mastrangelo establece que los recursos no son naturales sino son naturalizados por las personas: “(…) son el tipo de agente socioeconómico que aprovecha un recurso y las condiciones sociales de su apropiación las que centralmente determinan la condición de recurso, que sea renovable o no renovable y los impactos socioambientales de su aprovechamiento”. (Mastrangelo; 2008:7)

[5] Para Michel Foucault (1973) el dispositivo es una red de relaciones entre instancias y elementos heterogéneos: discursos, instituciones, arquitectura, reglamentos, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas, lo dicho y lo no dicho, donde lo más importante es la naturaleza del vínculo que  puede existir entre estos elementos, los cuales atraviesan al Estado, lo incluyen (Svampa; 2009).


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